La institución responsable de organizaciones como la congregación del Convento San Bernardo resaltó que las partes respondieron al llamado de conciliación del Papa Francisco.
El arzobispo Mario Cargnello fue denunciado por violencia de género en abril
Un comunicado firmado ayer en el Vaticano
destaca el arreglo al que llegaron las Carmelitas Descalzas de Salta y
el arzobispo Mario Cargnelllo, luego de que las religiosas lo
denunciaran por violencia de género, y resalta la intervención del Papa
Francisco.
“Tal acuerdo es fruto del espíritu de conciliación que las
partes han demostrado al responder al llamado que el Santo Padre Papa
Francisco realizó a través del Dr. Javier Belda Iniesta, a quien nombró
su delegado para ayudar a restablecer el diálogo fraterno entre ambas
instituciones”, señala el documento emitido por el “Discaterio para los
Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica”, una
institución de la Curia Romana responsable de todo lo concerniente a
organizaciones religiosas como la de las Carmelitas Descalzas.
En las
últimas horas se conoció que, tras cinco meses de denunciar por
violencia de género al arzobispo Mario Cargnello, las Carmelitas
Descalzas firmaron un acuerdo con la Iglesia y se levantó la custodia
policial que tenían en la puerta del convento. Del convenio se desprende
que las monjas pueden ‘practicar la devoción que deseen‘, luego de que
la cercanía de la congregación con la Virgen del Cerro generara
rispideces con la máxima autoridad eclesiástica. Un delegado del papa
Francisco, Javier Belda Iniesta, actuó como mediador entre las partes.
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Desde
la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada se resaltó que
las partes aceptaron que Belda Iniesta, actúe como intermediario y que
supervise la situación de ahora en adelante. También informaron que se
suspende la designación de un asistente apostólico para el monasterio,
decisión que se había tomado tras conocerse las denuncias por violencia
contra Mario Cargnello.
A mediados de abril, el arzobispo fue
denunciado por religiosas del Convento San Bernardo. La acusación de las
monjas de clausura era por violencia psicológica, económica y física.
La jueza a cargo de la causa, Carolina Cáceres Moreno, había ordenado
que hubiera una consigna policial fija afuera del monasterio, que ahora
se levantó con acuerdo de las partes.
En el acuerdo que firmaron las
partes, el Arzobispado reconoce que “cada hermana puede practicar las
devociones particulares que desee” y las Carmelitas se comprometen a
presentar balances periódicos al arzobispo sobre sus ingresos y egresos,
entre otros puntos.