miércoles, noviembre 6

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌾

Miércoles 4 de Septiembre de 2024

Lucas 4, 38-44

Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos.
Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. De muchos salían demonios, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!» Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.
Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero él les dijo: «También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado.»
Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.

Palabra del Señor
🌾 MEDITACION DEL EVANGELIO🌾

Lc 4, 38-44:

💫Increpó la fiebre

1) La fiebre:

Hay veces en la vida que uno tiene una cierta fiebre existencial, en donde estás molesto y, encima, no toleras nada. Hay veces que esto es producto del cansancio y de un ritmo de vida acelerada en donde constantemente haces las cosas ya no por gusto sino más bien “para no quedar mal”. Es entonces donde empieza a aparecer el enojo y un ritmo de agenda del día que te imponen otros y no vos mismo. Cuando aparece esto la temperatura de tu enojo sube, encima de ello a la vida la empezás a ver distorsionada.

2) Increpaba:

El corregir es parte de la vida. Alguna vez escuché la frase “los hijos explican y los padres indican”. Porque quien ama desde temprano corrige, porque desea el bien del otro. Honrar a una persona también implica corregir. Vos y yo seguro que nos hemos criado en la cultura del no puedo y del no hay. Hoy ha cambiado mucho eso. Hasta hay padres que se endeudan tremendamente para dar a los hijos y evitar el “no se puede”. En la vida aprendemos que no todo lo que se quiere se puede, pero se puede vivir sin todo lo que se quiere. Acordate lo que dice el proverbio “la vara y la corrección dan sabiduría”

3) Retenerlo:

Cuántas veces queremos retener a las personas y hasta incluso queremos hacerlas sentir parte de nuestra posesión. En esto Jesús es claro y recuerda que todos tenemos una vida y una misión. Nadie puede retener a nadie. Tenemos que aprender a ceder para respetar lo que es lo importante para el otro. Y retener a una persona por el solo hecho que me hace bien, sin que esa persona lo quiera, puede ser producto de egoísmo más que de amor. Hoy pedí a Jesús aprender a liberar más que retener, soltar más que agarrar, ceder más que atosigar, amar más que controlar. Algo bueno está por venir.