Médicos cubanos en Argentina: ¿y el bonete quién lo tiene?

0
351

Nota extraìda de Clarìn por Ricardo Kirschbaum .jueves 23 de abril de 2020 8:38

La Cancillería no pidió la ayuda cubana, tampoco Salud, quizá Axel Kicillof pero su ministro dice que ni.



Realmente ¿nos faltan médicos en la Argentina para que necesitemos que Cuba​ nos mande 200 profesionales, pedido del que hasta ahora nadie se hace cargo?

Es más aceptable considerar esta eventual “asistencia” a una cuestión de raíz política y hasta de ingresos para la isla, que sospechar que quien la ha solicitado (si se ha formalizado) considere insuficiente la dotación o, peor, la formación de nuestros médicos. Muy raro: el nivel de la formación de médicos en la Argentina ha tenido históricamente un nivel de atracción por su excelencia para estudiantes de la región que han venido a nuestras universidades y se especializan aquí.

La proporción de médicos está cerca de 4 por cada mil habitantes. Por encima de EE.UU., Brasil, Australia, Japón, Holanda, Nueva Zelanda, Turquía, Chile, entre otros.

Cuba tiene un ratio de 8,19 por cada mil habitantes.

Las estadísticas dicen mucho y también poco. De lo que se trata aquí es que los médicos y paramédicos argentinos estén entrenados -o entrenándose- para enfrentar la pandemia. Si lo están, como se está demostrando, ¿es suficiente?

Son preguntas que deben contestar los promotores (¿o promotora?) de traer cubanos.

Cuba tiene una política explícita: el envío de contingentes de médicos tiene una retribución concreta, ya sea política, de petróleo, alimentos o dinero. Actualmente estas delegaciones están en 50 países y cálculos parciales de lo que ingresa a ese país por la asistencia: entre 8 a 10 mil millones de dólares.

¿Quién pidió esos médicos? ¿O quién recibió la oferta cubana? Muchos o nadie.

El embajador cubano en la Argentina, Pedro Pablo Prada, habló de cooperación -interferón, personal- en los primeros días de marzo en la Cancillería, que aseguran no se formalizó.

El ministro de Salud, Ginés González García​, dijo hace poco que los cubanos vendrían pero “no es para que estén en primera línea”. ¿Entonces? Explicó que estarían en el banco para que los médicos argentinos pudieran descansar. No dio más detalles. Se advirtió en sus palabras que no le otorgaba importancia al hecho. Trascendió que el ministro no fue sponsor de esta iniciativa. Más rarezas porque hay un comando único en la lucha contra la pandemia.

Después el Gobierno se desligó: por ahora no se necesitan. Todos miraron hacia Kicillof​ que fue el primero en hablar de la colaboración médica cubana. Su ministro de Salud aclaró que todo depende de la resistencia del sistema provincial de salud. Si colapsa, vendrían los cubanos. También dijo que ese sistema está afectado por “años y años de falta de inversión” en infraestructura y la “fuga” de médicos estatales hacia el mundo privado. Una curiosidad no menor: Gollán fue ministro de Salud de la Nación. Y la provincia, salvo los primeros años de la restauración democrática y los últimos cuatro de Vidal, fue gobernada ininterrumpidamente por el peronismo. Gollán debería dar una respuesta responsable de esa situación de debilidad que hoy denuncia.

Los médicos argentinos se preguntan, a su vez, varias cosas.

La primera es sobre la necesidad real de que vengan; la segunda, es sobre la idoneidad de estos profesionales -reválida de título- y la tercera, si los eventuales visitantes harán la cuarentena obligatoria, como cualquiera.

Hasta ahora todo está en lista de espera.