jueves, abril 18

Evangelio de hoy

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (15,1-8):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Palabra del Señor

Jn 15, 1-8: La unión
1) Lo poda: la vida se construye con sacrificio. Todo tiene una paga en la vida. Para crecer también hay sacrificios que al inicio cuestan, pero luego ello nos fortalece. Como ese momento en que, para ser joven, el niño dejará sus juguetes para experimentar otras cosas que aparecen en la vida. Las lágrimas son parte de ese “podar”. Aquí entra lo que es criterio y discernimiento. Pensar si lo que sacrifico implica que lo hago por algo mayor que aporte a mi vida. Esto hasta te lo paso en una cuestión afectiva «estar por estar con alguien que no aporta a mi vida». Pero para esto hay un camino de discernimiento. Toda decisión implica el respeto a pensar, luego consultar y por consiguiente actuar. Las decisiones de vida no se las hace de golpe porque es como un médico cuando opera, un movimiento brusco puede ser perjudicial. Por eso, si no la vez clara, espera…

2) Permanezcan en mí: la palabra permanecer es muy interesante, porque el tener a Cristo no significa que es un trofeo. Uno puede tener un encuentro, pero también uno puede alejarse y perderlo. «Día nuevo, lucha nueva». Es por ello por lo que hoy Dios te recuerda volver a Él y estar en Él. Permanecer en su presencia a través de las tres cositas que siempre te digo: oración, sacramento y ayuda a los demás.

3) Separar: separarse de Jesús puede llevarte a quedarte seco por dentro. Esto es un miedo que me da. Porque los que laburamos en las cosas de Dios nos entusiasmamos con muchas acciones «atender comedores, hacer visitas, misionar, etc.» y son cosas buenas y productivas, “sanantes”. Pero pueden llevarte a perder ese momentito de encuentro con Jesús. Esto de «hablar mucho DE Dios y nada CON Dios». Es como que yo hiciera todos los días el audio y atendiera los comedores de la capilla, pero no tuviera mi momentito de rezar el Rosario o ponerme frente al Santísimo o estar solo meditando un ratito la Palabra de Dios. Terminaría “seco”.