La hija de la víctima de 74 años reveló los detalles del accidente que involucran a la finalista del programa televisivo.
En medio de la polémica denuncia por “homicidio culposo” que se conoció de Samanta Casais, la finalista de Bake Off, se conocieron los detalles del fatal accidente vial ocurrido en 201 en el cual murió Alfredo Olguín, de 74 años.
Según la denuncia que realizó Lorena
Olguín, hija de la víctima, Samanta manejaba el auto que estaba frenado
sobre la banquina de la autopista al momento del impacto.
“Tuvimos varios problemas porque ella dijo que fue mi papá el que se la llevó puesta, pero en las grabaciones y fotos de la autopista 25 de Mayo se ve que ella amagó con salir con el auto justo cuando venía mi papá y ella se lo come en una curva a unos 500 metros de la cancha de Vélez. Ella se cruzó del cuarto carril a la banquina porque reventó una cubierta”, contó la hija de la víctima en Informados de todo, por América.
Además, sostiene que “la causa continúa abierta porque Samanta no cumplió con la tarea comunitaria -realizar un curso viral durante tres meses- y a la espera del resarcimiento económico”. “Le retiraron el registro, pero el resarcimiento nunca lo hizo, que encima fue por monedas… No tiene precio la vida de mi padre. A mí esto me revuelve muchos sentimientos. Esta persona vio a mi padre tirado en la autopista y ni siquiera se bajó del auto”, contó la hija del hombre que estuvo en coma durante cuatro meses y luego murió.
Según el relato de Olguín, Samanta “se declaró insolvente”. “Para eso vendió un fondo de comercio, por miedo a que le iniciemos algún tipo de acción legal”, indicó. Por otro lado, reveló cómo fue el encuentro que mantuvo con Casais días antes de que muriera su padre. “La cité en el hospital los primeros días de enero. Ahí me contó todo esto: que la Policía sospechó que el auto podía ser robado porque no estaba a nombre de ella, y ni siquiera tenía la cédula azul. Ni el seguro estaba a su nombre. El auto era de una amiga de ella y me contó que tenía cinco tortas en el asiento de atrás para entregar. Tenía miedo de que se pudrieran. Estaba más preocupada por eso que por la vida de mi padre”.
“Lo que más me indigna de esta situación es la poca empatía de estas dos personas (Samanta y su novio) porque su pareja la apoya. Todo surgió porque me enteré que no fui la única estafada, mi hijo vio en las redes que ella había estafado a un familiar”, concluyó Lorena Olguín.