martes, abril 23

Desafiante, Trump llegó a la Casa Blanca se sacó el barbijo frente a todos

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Al llegar a la Casa Blanca, se sacó el barbijo para la foto, y luego grabó un video en el que volvió a relativizar el riesgo del virus: «No dejen que los domine. No dejen que tome sus vidas», dijo.

Tras una internación de tres días que mantuvo en vilo al mundo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó el hospital militar Walter Reed y regresó a la Casa Blanca, donde continuará con su recuperación del coronavirus. Su equipo ya comienza a afilar el «operativo regreso» a la campaña presidencial, y adelantó que Trump planea participar del segundo debate con su rival, Joe Biden, el 15 de octubre en Miami.
«¡Me siento realmente bien! No le tengan miedo a Covid. No dejen que domine su vida. Hemos desarrollado, bajo la Administración Trump, algunos medicamentos y conocimientos realmente excelentes. ¡Me siento mejor que hace 20 años!», tuiteó el mandatario, al anunciar su regreso a la Casa Blanca, que quedó doblegada y paralizada por una ola de contagios que sacudió a la administración trumpista.

Cerca del atardecer, Trump salió caminando del hospital, saludó a los periodistas que lo esperaban en la puerta y abordó el helicóptero Marine One para volar de regreso a la residencia oficial. Centenares de simpatizantes reunidos fuera del hospital celebraron su mejoría con aplausos, gritos, y con sus banderas en alto mientras el helicóptero presidencial ascendía y ganaba altura. Un pulido video de la Casa Blanca con imágenes de su retorno buscó aportarle un aura de épica al alta médica.

Al llegar a la Casa Blanca, se sacó el barbijo para la foto, y luego grabó un video en el que volvió a relativizar el riesgo del virus: «No dejen que los domine. No dejen que tome sus vidas», dijo.

El polémico mensaje celebratorio de Trump para anunciar su mejoría y salida del hospital llegó cuando Estados Unidos superó las 210.000 muertes confirmadas por coronavirus, mientras el país se acerca a los más de 7 millones de contagios. En el hospital Walter Reed, Trump recibió además la mejor atención médica disponible, y fue sometido a un intenso tratamiento que incluyó un cóctel de anticuerpos experimental, el retroviral Remdesivir y un esteroide que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda solo para los casos más críticos, además de refuerzos de vitaminas y zinc para su sistema inmune. Trump nunca tomó hidroxicloroquina, un medicamento que puede conllevar riesgos, y que el mandatario recomendó en múltiples ocasiones yendo en contra de la recomendación de los expertos.

Al brindar detalles sobre su salud, su médico, Sean Conley, dijo que Trump había cumplido con todos los requisitos para ser dado de alta, y no había sufrido fiebre desde el viernes y sus niveles de oxígeno eran normales. El médico dijo que Trump todavía «no había salido del todo», pero podía regresar a la Casa Blanca.

Trump recibirá su última dosis de Remdesivir hoy, en la residencia oficial. La conferencia de prensa volvió a dejar varios aspectos de su salud en la nebulosa, y Conley ofreció de nuevo un tono más alentador sobre la recuperación del mandatario a la vez que se guardó varios detalles. «Han visto los videos, los tuits, y ahora lo verán a él en breve. Está de vuelta», declaró el médico.

El faraónico retorno de Trump a la Casa Blanca conlleva un enorme riesgo para el mandatario porque el coronavirus parece que ha circulado fuera de control en la residencia oficial. Mientras su equipo de campaña comenzó a perfilar el «operativo regreso», su gobierno forcejea para contener el insólito brote de Covid-19 que despuntó en el lugar más seguro y custodiado de todo Estados Unidos. Ayer, la vocera de Trump, Kayleigh McEnany confirmó que también se contagió, al igual que dos de sus colaboradores, y los empleados y funcionarios del Ala Oeste y la residencial oficial fueron enviados a trabajar desde sus casas para intentar evitar una mayor propagación del virus.

Fuera de hospital, decenas de simpatizantes del mandatario esperaron desde muy temprano por su salida. «¡Cuatro años más! ¡Cuatro años más!» y «¡Dios bendiga a Donald Trump!» fueron algunos de los cantos que se escucharon. Con la llegada de la tarde fueron cada vez más las personas que se pararon frente a la puerta del hospital militar Walter Reed con banderas y gorras trumpistas. «Estoy muy contenta y entusiasmada que va a salir, siempre supe que estaría bien, tenemos muy buenos hospitales y médicos», dijo Janette Gamble, una mujer que manejó tres horas desde Virginia a Bethesda, en Maryland, donde se encuentra el hospital, para expresar su apoyo al mandatario. Como otros fervientes seguidores de Trump, Gamble ventiló una teoría conspirativa: «Creo que Trump fue el blanco de una operación para contagiarlo», afirmó.

Trump anunció su alta médica antes de que los médicos brindaran nuevas precisiones sobre el avance de su tratamiento, y otros expertos consideraron que su alta fue prematura, sobre todo teniendo en cuenta la situación en la que se encuentra la Casa Blanca. El gobierno trumpista manejó la enfermedad del presidente bajo un fuerte hermetismo y generó una avalancha de desinformación. El propio médico de Trump, Sean Conley, y el jefe de gabinete, Mark Meadows, ocultaron información sobre los síntomas y la gravedad del estado de salud del presidente, quien durante su internación publicó videos y ayer salió a dar una vuelta en una camioneta suburban para saludar a sus seguidores para marcar la narrativa.

Pero Trump había dejado saber desde su entorno que estaba ansioso por regresar a la Casa Blanca y, sobre todo, a la campaña presidencial. El mandatario aparece muy rezagado en las encuestas respecto de su rival demócrata, Joe Biden. Su campaña ya comenzó a preparar el terreno para intentar capitalizar su recuperación como un testamento de su fortaleza.

Fuente: La Nación