jueves, marzo 28

Récord de empleo público y un año con menos de 6 millones de asalariados privados en blanco

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Por Francisco Jueguen para LaNación

La foto del mercado laboral en crisis acentuó sus contrastes durante la pandemia. Fuerte crecimiento del empleo público.

En un marco de creciente precarización, en 2020 el empleo público siguió batiendo récords, mientras la cantidad de asalariados privados estuvo por primera vez por debajo de los 6 millones durante casi todo el año.

Tal conclusión surge de los datos oficiales del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que mes a mes procesa el Ministerio de Trabajo, que conduce Claudio Moroni. Esa base de datos muestra solamente la realidad de los trabajadores registrados o en blanco, por lo que excluye tanto los trabajadores asalariados informales, como los cuentapropistas sin aportes.

En noviembre -último dato disponible-, la serie sin estacionalidad muestra que los empleados públicos fueron 3.229.500. Es el mayor número desde 2012, cuando comenzó a relevarse el informe oficial. En enero de ese año había en el país 2.548.400 trabajadores en el sector público. El crecimiento entre esas puntas fue del 26,7%.

Los asalariados privados, en tanto, sumaban en el anteúltimo mes de 2020 5.798.100 empleados, muy cerca de la menor cantidad récord de la serie (registrada en agosto, cuando fueron 5.794.700). El dato más llamativo es que desde diciembre de 2019 la cantidad de asalariados privados registrados se mantuvo por debajo de los 6 millones, algo que no se había dado nunca en los últimos ocho años.

Los autónomos que más ganan también sufrieron los embates durante estos tiempos de pandemia y cuarentena. El piso más profundo de la serie se encontró en mayo de 2020, cuando se registraron 392.400 independientes. En noviembre había 393.100. Tanto 2019 como 2020 mostraron a esta categoría durante varios meses por debajo de la cantidad tradicional, techo que aún no se volvió a alcanzar.

Los monotributistas, en tanto, llegaron a ser en noviembre 1.651.600. Los trabajadores del régimen simplificado acentuaron su crecimiento a la par de las diferentes crisis y se expanden, como una forma de precarizar la relación de dependencia entre privados, desde 2018 hasta la fecha.

Entre octubre y noviembre de 2019, los trabajadores de casas particulares llegaron a su pico, con 500.000 registrados. A partir de entonces, como consecuencia de las cuarentenas, el número de trabajadores de este sector decayó. El piso llegó en septiembre y octubre, con casi 20.000 trabajadores menos que a fines de 2019 (481.500 en ambos meses). En noviembre, ya con una normalización de la circulación, esa cifra volvió a crecer, aunque muy levemente (481.800).

Con una mirada más amplia, ya que incluye a los no registrados, el último informe de Cuenta de generación del ingreso e insumo de mano de obra del Indec mostró una merma interanual en todas la categorías en el tercer trimestre de 2020. El total de puestos de trabajo cayó 9,2%, de 20.755.000 a 18.848.000. Los asalariados pasaron de 15.478.000 a 14.216.000 (-8,2%), pero el impacto fue mucho mayor para los no registrados. Mientras aquellos en blanco vieron una baja de 3,3% en el año, los informales cayeron en ese lapso 18,8%. Algo similar pasó con los cuentapropistas en negro: pasaron de 5.277.000 a 4.632.000 en un año (-12,2%).

En el tercer trimestre de 2020, la tasa de desocupación llegó a 11,7%, dos puntos por encima que un año atrás. Sin embargo, los expertos en el sector afirman que -dada la baja tasa de actividad por efectos de la cuarentena- muchos que dejaron de ser ocupados (casi 1,2 millones de personas) fueron marcados como inactivos y no engrosaron el dato de desocupación.

Un informe de la consultora privada Abeceb, que conduce, Dante Sica, exministro de Producción de Mauricio Macri, afirmó que «la cuarentena más extensa del mundo» implicó que, al tercer trimestre se perdieran el doble de horas trabajadas que en el resto del mundo. Esto es una caída interanual de 20% en la Argentina, contra un 10% en el mundo, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En base a esos números, los analistas de la consultora estimaron que el principal riesgo es que 2021 se convierta en un año de rebote económico sin empleo. «Si avanza la normalización en las horas trabajadas, entonces la economía podría crecer entre un 3,6% y un 5,3% en el año sin generar ningún puesto de trabajo. Asumiendo un crecimiento del 5,9% en promedio se generarán menos de 500.000 nuevos puestos», calcularon.

Las perspectivas 2021

El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el país rebotará este año un 4,5% (cuatro décimas menos que en su anterior pronóstico). Los analistas privados locales y el Gobierno creen que la mejora del PBI en 2021, año electoral, llegará a cerca de 5,5%.

Con el objeto frenar la tasa de salida, el Gobierno mantuvo la prohibición de despidos y extendió la doble indemnización, medidas criticadas sobre todo por los industriales, quienes afirman (como el Ejecutivo) que el empleo en ese sector (y también en el de la construcción) comenzó lentamente a expandirse en los últimos meses, algo que las estadísticas públicas reflejan. El último informe del Ministerio de Trabajo indica que, contando noviembre, «Industrias manufactureras y Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler llevan el sexto mes consecutivo con variaciones positivas y lograron recuperar y superar los niveles de empleo previos a la pandemia». La construcción mostró, en cambio, cuatro meses de mejoras consecutivas, pero sin alcanzar los niveles del primer trimestre.

Los resultados a futuro prometen heterogeneidad. Por caso, las expectativas de evolución de las dotaciones de las firmas privadas más importantes del país indican que habrá recortes de personal en una de cada cuatro empresas, según un relevamiento de SEL Consultores. Esa encuesta señaló que en 2021 un 56% de las compañías esperan mantener sin cambios su dotación; un 21% la disminuirá algo; un 3% disminuirá mucho, y un 20% la aumentará.