sábado, noviembre 2

Acorralado por la inflación récord,Alberto espera que su reunión conBiden le de oxígeno

0
255

El 26 de julio el Presidente tendrá una bilateral en Washington con su par estadounidense. El contexto apremia: este jueves, todas las cotizaciones del dólar pegaron otro salto y las acciones argentinas en Wall Street tuvieron fuertes desplomes.

Alberto Fernández busca que su próxima reunión con Joe Biden le dé oxígeno camino a 2023. Pero la inflación de junio del 5,3 por ciento y el seguro rebote que tendrá en los próximos meses hace que los tiempos se acorten.

El índice conocido ayer tuvo varias lecturas elementales: la inflación de junio fue superior a la de mayo y en 6 meses acumula 36,2 por ciento, récord desde 1991; la interanual ya está en 64 por ciento.

Todo es cierto. Pero la situación, mirada de cerca, es mucho peor. Veamos:

  • La inflación núcleo está en 5,1 por ciento.
  • El rubro alimentos no fue el que más aumentó. Quedó por debajo del promedio: mucho más treparon salud, medicamentos, vivienda, hoteles y restaurantes.
  • El mes de julio ya tiene autorizados aumentos en servicios, empleo doméstico, colegios, prepagas -entre otros- y el rubro hoteles y restaurantes, que navega a un ritmo superior al 6 por ciento, pegará otro fuerte salto por los precios durante las vacaciones de invierno.
  • Los alimentos subieron 2 por ciento cada una de las dos primeras semanas de julio y los supermercados recibieron listas con remarcaciones de 15 a 20 por ciento.

Frente a la suba de las cotizaciones del dólar y el cepo a las importaciones -ayer empezó a flexibilizarse para la importación de fertilizantes, maquinarias para la industria petrolera y autopartes- las empresas empezaron a calcular sus costos al valor del dólar MEP.

Acorralado por la inflación récord, Alberto Fernández espera que su reunión con Joe Biden le de oxígeno

El Ministerio de Economía da por descontado que en lo que resta del año la inflación nunca será inferior al 5 por ciento. Esa es la tasa de interés mensual que comprometió en la licitación a los inversores.

El BCRA, desde que asumió Silvina Batakis, ya emitió 195.000 millones de pesos para asistir al Tesoro. Y parte de esa emisión se vuelca a la inflación. Además, en lo que va del año ya emitió 1,8 billón, la mitad para asistir al Tesoro y el resto paga pagar intereses de Leliq.

La enorme emisión y déficit, por más que Cristina Kirchner lo niegue, son el origen de la inflación. La inflación no tiene origen en el precio de la lechuga y en los valores de las góndolas: estos precios son solo la fiebre de una enfermedad económica mucho más grande.

Ayer se esperaba que el BCRA subiera la tasa de interés para darle un calmante a la inflación. Pero no lo hizo, porque quiere incentivar que los inversores busquen mejor tasa de interés en los bonos del Tesoro. El riesgo es que quienes se desprendan de las Leliqs o los que no vayan a los bonos del Tesoro terminen confluyendo en el dólar.

Ayer, todas las cotizaciones del dólar pegaron otro salto. Y los bonos en dólares y las acciones argentinas en Wall Street tuvieron fuertes desplomes. Por más que el Gobierno diga que los mercados empezaron a creerle a Batakis, el problema es que los mercados ya no le creen al Gobierno.

Alberto Fernández y Cristina Kirchner lograron algo difícil de conseguir: no les creen ni los mercados de derecha, ni los movimientos sociales oficialistas, ni los piqueteros de izquierda. La inflación desacomoda a todos y todas por igual