jueves, abril 25

Advertencias locales ante una riesgosa propuesta que Guzmán le llevó a los acreedores

0
365
Pese a la mala experiencia de los bonos atados al crecimiento del PBI, el ministro quiere avanzar con la emisión de un cupón atado a las exportaciones, lo que podría representar no sólo un riesgo sino una mal mensaje para los exportadores, que descuentan altos niveles de retenciones

La experiencia argentina de pagar a acreedores con bonos atados al Producto Bruto Interno (PBI), elaborada por el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, le costó muy cara al país -más de 10.000 millones de dólares para ser específicos- y aún hay juicios de por medio por la controversia en las estadísticas locales en las que se basaba ese papel para disparar su cláusula de pago anual.

Sin embargo, Guzmán ahora pretende avanzar con una estrategia similar en la negociación que lleva adelante con acreedores privados internacionales: en lugar de pagar con un bono atado al PBI, se trataría de un bono atado a las exportaciones argentinas.

Al respecto, ya se levantaron múltiples advertencias por parte de economistas y analistas financieros. Uno de ellos fue Fernando Marull, economista de FMyA. En diálogo con Clarín, Marull recordó los costos que significó el cupón. “Al principio el mercado lo valuó con total escepticismo. Pero después la economía rebotó. En 2005, el gatillo para el pago era un crecimiento del 4 % y el PBI se expandió 9%. En los siete años siguientes crecimos a un promedio del 7% con un gatillo del 3,5 %. Sólo no pagamos en 2009 por la crisis internacional”.

Otra voz que se plantó ante esta propuesta es la del Eduardo Levy Yeyati, titular de Elypsis y decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Di Tella. Levy Yeyati se expresó en las redes sociales en contra de incluir un cupón atado a las exportaciones: “El cupón atado al PBI fue malo para el país pero bueno para los acreedores. No hay razones para que un cupón atado a las exportaciones sea distinto”.

Lanzar un cupón atado a las exportaciones sería, además, enviar una pésima señal al campo, donde descuentan que no sólo se mantendrían las retenciones, sino que temen que las mismas aumenten. Al estar atado a las exportaciones, el Gobierno deberá recaudar lo mismo o más que lo que ya recauda ante una venta al exterior, ya que un porcentaje de esos dólares iría destinado al pago del nuevo bono.

Otra voz que se expresó en contra de avanzar con un bono atado a las exportaciones es la de Marina Dal Poggetto, Directora Ejecutiva de Eco Go. Consultada por Clarín, lo resume así: “Ex-post, los cupones fueron un negocio fenomenal para el sector privado pero resultó terriblemente caro para el país”. Y explica: “Los problemas fueron varios, desde que no sumó valor a la oferta en un comienzo hasta que el prospecto estaba mal escrito y se complicó más por la intervención de las estadísticas”.