La situación sanitaria de la Provincia de Buenos Aires es crítica. Los hospitales de varios distritos se encuentran al borde del colapso y las medidas de prevención que se toman son desorbitantes, como la escena del sábado pasado en los accesos a la Ciudad, donde se tomó la temperatura de cada pasajero que se dirigía mano a provincia. El resto es historia.
En la conferencia que brindó Axel Kicillof hace una semana junto a su jefe de Gabinete, Carlos Bianco, y al viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, el gobernador dijo que no era una “segunda ola” lo que teníamos por delante sino un “tsunami”.
A modo de ilustración de la gravedad de la coyuntura, según informó Real Politik, el gobernador apeló a una licitación privada, la 211-0061-LPR21, a través de la cual buscará comprar certificados de defunción. El presupuesto asignado es de unos 17.422.050 de pesos e incluirá libretas de familia y certificados de constatación de parto.
Estas operaciones dejan ver una pobre gestión del gobierno de la Provincia en materia de contención de la pandemia, a pesar de las fuertes restricciones de circulación y horarios que están vigentes en el distrito.