
En lo que va del año, las muertes por sobredosis en los condados donde se encuentran sus centros han aumentado más del 25 por ciento, alerta. “Si escribes una lista de cosas que empeorarán la salud mental y la adicción en la sociedad o en una comunidad”, dice Ryan al medio norteamericano, “el COVID causó casi todas ellas -aislamiento social, inestabilidad económica, interrupción del transporte y dificultades para obtener apoyo, ansiedad relacionada con el aislamiento social- todo lo que empeoraría nuestra crisis de salud mental y adicción”.
Los esfuerzos desde el estado para evitar que la epidemia de los opiáceos siga profundizándose se vieron truncados por el coronavirus: los adictos son reacios a visitar los departamentos de emergencia, donde tratan su adicción, por miedo a infectarse. A su vez, las cárceles y prisiones, sobrecargadas con altos niveles de infección por COVID, están liberando a los adictos a los opiáceos no violentos con “muy poca preparación”, su predisposición a una recaída es muy alta, explican.
Denuncian que en Morón funciona una “Dirección de Atención al Delincuente”
21 septiembre, 2023