jueves, abril 25

Apatía y descreimiento en los políticos: los candidatos se enfrentan a clima adverso para hacer campaña

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Nota extraída de TN por Sebastián Aulicino

Altos niveles de descontento, baja participación y poca valoración positiva de los dirigentes. TN dialogó con encuestadores para analizar el contexto en el que los dirigentes saldrán a buscar el voto en la campaña 2023.

Es muy complejo hacer campaña hoy, dar un mensaje genuino. La gente no piensa en la elección y está más alejada de la política que en los últimos 50 años”, dice, en charla informal, un dirigente con experiencia electoral, miembro del equipo de campaña de uno de los principales presidenciables de la oposición.

Algunas encuestas avalan la hipótesis: al inicio del año electoral, el enojo con la política es grande y es un momento difícil para que los dirigentes generen simpatías.

TN conversó con Lucas Romero, director de Synopsis, Mariel Fornoni, de Management & Fit, y Alejandro Catterberg, de Poliarquía, para analizar el clima en el que los candidatos salen a posicionarse en todo el país para las elecciones del 2023.

Romero señala dos indicadores principales que demostrarían el distanciamiento que tomó una porción importante de la sociedad de la política y el enojo con los dirigentes. Por un lado, la participación electoral: en la última elección nacional, en el 2021, fue a votar el 71,7% del padrón, el porcentaje más bajo desde 1983. Con una aclaración, en el 2001 votó el 75% del electorado, pero solo el 57,4% tuvo participación efectiva.

La participación electoral del 2021 fue la más baja desde 1983 (Foto: Synopsis)
La participación electoral del 2021 fue la más baja desde 1983 (Foto: Synopsis)

“En el 2001, fue más gente a votar pero menos gente votó de manera afirmativa. Es como si en el 2021 ni siquiera tuviera ganas de ir a poner una feta de salame en el sobre como en el 2001″, señala el director de Synopsis. Un dato podría matizar un poco ese cuadro. La elección del 2021 fue en la salida de la pandemia del coronavirus.

El otro indicador es el alto pesimismo y la baja valoración positiva de la dirigencia política en general. En un de sus últimos estudios, la consultora preguntó a sus encuestados qué imagen tenían de los dirigentes políticos: solo el 6,7% respondió “buena o muy buena”, el 31,9% contestó “regular” y 57,6% eligió “mala o muy mala”.

Mariel Fornoni, de Management & Fit, describe un escenario similar: “Nosotros siempre tuvimos una lista de dirigentes que medimos. Hace unos años de 20 que medíamos, 10 tenían saldo de imagen positiva, con 20 o 30 puntos más de positiva que de negativa. Hoy prácticamente todos los dirigentes políticos tienen más imagen negativa que positiva. Y si alguien tiene más positiva es apenas, un punto o dos puntos”, señala.

Los dirigentes políticos tienen poca valoración positiva (Foto: Synopsis).
Los dirigentes políticos tienen poca valoración positiva (Foto: Synopsis).

“Todos están en una situación de mucha negatividad. Obviamente, esto va a hacer difícil hacer campaña porque la gente cree que solo se acuerdan de ellos cuando hacen campaña. Vienen de muchas decepciones. La gente es apática, no cree en los mensajes”, agrega.

Según Alejandro Catteberg, director de Poliarquía, existe un muy mal vínculo entre el electorado y la dirigencia política, aunque no en los niveles del “que se vayan todos” de fines del 2001 y el 2002, sino el previo a las elecciones del 2001. “La política, para sectores muy amplios de la sociedad, está muy desgastada, con niveles de desilusión muy altos y muy baja credibilidad. Es problemático hacer campaña a destiempo de todo el reclamo social”, afirma.

Fixer, una consultora con clientes en la oposición, el oficialismo y en las provincias, mide desde abril del año pasado el lugar que los encuestados le dan al “sistema político y la política” entre los principales problemas de la Argentina. No bajó del tercer lugar, detrás de la inflación y la corrupción.

Los consultores coinciden que el contexto es favorable para aquellos candidatos sin “prontuario político”, y es el clima que busca aprovechar Javier Milei y su discurso “antisistema (político)”.

Según los analistas, los dirigentes se enfrentan además a la necesidad de hacer campaña en canales de comunicación no tradicionales a los que muchos de ellos no están acostumbrados. Están, entonces, ante el peligro de quedar invisibilizados para un importante sector del electorado o arriesgarse al ridículo o a lo “impostado”.

El "sistema político" entre los principales problemas de la Argentina, según una encuesta de Fixer (Foto: Fixer).
El «sistema político» entre los principales problemas de la Argentina, según una encuesta de Fixer (Foto: Fixer).

“Sin emisor no hay mensaje. La primera tarea es visibilizar al emisor. ¿Esto significa poner al emisor con careta de payaso para que la gente lo vea? No, ahí depende de las estrategias, hay estrategias más agresivas o menos. La dificultad está en que en este contexto es probable que la gente preste menos atención a lo que dicen los políticos. Si uno transita los canales tradicionales de la política, probablemente quede fuera del radar de parte de la gente a la que tiene que llegar”, señala Romero.

Catteberg advierte: “Estamos en un momento de descontento, de alejamiento de los argentinos de la participación, de desconfianza en las instituciones y eso se combina con el fenómeno global de que todo es cada vez más rápido y más corto. Las campañas electorales van a suscitar atención en un periodo muy corto. La discusión electoral va a ser cada vez más breve y con una intensidad concentrada”.