La Cumbre de las Américas será el escenario ideal para que ambos países expresen su rechazo a la exclusión de los regímenes de Cuba y Venezuela

En los últimos meses el Gobierno argentino comenzó su giro en política exterior en favor de un mayor acercamiento a Venezuela que permanece marginada en la región por la ausencia de democracia en el país y la sistematica violación a los derechos humanos. Ahora, con motivo de la celebración de un nuevo encuentro de la Cumbre de las Américas, el presidente, Alberto Fernández, aprovechó para usar el evento para mostar su nueva política exterior.

En un foro en el que Estados Unidos tiene una importante presencia, Venezuela no puede participar de los encuentros como parte del cerco de sanciones y aislamiento que sostiene Washington contra el régimen de Caracas. Al respecto, Argentina endureció su posición y junto a su principal socio, México, intentaron presionar a la Casa Blanca para que el país caribeño y Cuba sean invitados a la cumbre como parte de un “deshielo” de las relaciones entre ambos.

Ante la negativa de Estados Unidos, tanto Argentina, en su rol de presidente de la Celac, y México, preparan una “contracumbre” en las propias narices de Washington con aquellos países que sí están de acuerdo con la postura de los anfitriones. En concreto, los mandatarios de todo el continente viajarán a Norteamérica el 6 de junio para participar de la Cumbre de las Américas y será allí, donde junto a los 14 países del Caricom, casualmente región donde Venezuela y Cuba supieron tener una importante influencia, celebrarán en la ciudad de Los Ángeles un desayuno para poder tratar una agenda de temas sin la supervisión de Estados Unidos.

La información fue confirmada a La Política Online, cuyas fuentes confirmaron que el canciller, Santiago Cafiero, viajó a la Ciudad de México para reunirse con su par, Marcelo Ebrard, y establecer los lineamientos del encuentro y la agenda a tratar.

“Es una cumbre dentro de la cumbre, un desayuno para hablar mal de anfitrión, en las narices de Biden”, comentó una fuente al tanto del convite, en diálogo con La Política Online.

Con ello, Argentina buscará darle mayor importancia e influencia a la Celac con el objetivo de poder generar mayor presión a Estados Unidos y condicionar en la toma de decisiones respectivas a la región; la relación con Cuba y Venezuela es una de ellas.

Lo cierto es que de concretarse sería un golpe a la relación del país con la Casa Blanca. En su propio país, Argentina aprovecha para celebrar en sus narices un encuentro para hablar mal de Washington y resaltar la ausencia de dos países fuertemente enemistados con Estados Unidos. Mientras tanto, junto con México, se continúan profundizando los lazos de una relación que hasta ahora no ha tenido grandes triunfos a nivel regional.