La secretaria de Energía, Flavia Royón, confirmó que el proyecto ya está en el despacho presidencial y deberá ingresar al Congreso “de forma inminente”. Por qué es un paso importante para la industria y los riesgos de incentivar opciones basadas en fósiles.
Durante la tarde del jueves, las plegarias de un grupo de inversores de hidrógeno verde en la Argentina fueron escuchadas: el Gobierno aseguró que enviará al Congreso la ley de promoción de hidrógeno, que dormía desde hace semanas en el despacho de Sergio Massa. Y que se había prometido hace un año y medio a través de un compromiso de Alberto Fernández.
Se trata de un marco regulatorio con beneficios y estabilidad fiscal que, reclamaban quienes tienen interés en desarrollar este tipo de energía limpia, es fundamental para poner en marcha este tipo de inversiones en el país.
El anuncio lo hizo la secretaria de Energía, Flavia Royón durante un panel del Foro de Hidrógeno Verde que se está celebrando en el hotel Llao Llao en Bariloche este jueves y viernes.
El objetivo de la ley, a la que accedió TN, es “propiciar la investigación, desarrollo, producción, transporte, y comercialización nacional e internacional del hidrógeno de bajas emisiones de carbono”.
¿Qué significa esto? El hidrógeno es un gas utilizado como combustible. Se obtiene a través de un proceso en donde se separa el hidrógeno del agua utilizando electricidad (electrólisis). Cuando esa electricidad es de fuentes renovables (energía eólica, solar, etc) se denomina hidrógeno verde. Cuando esa energía es de origen nuclear, el producto se llama hidrógeno rosa. En cambio, cuando se utilizan combustibles fósiles – puntualmente gas natural- y se capturan esas emisiones de carbono que se generan, se llama hidrógeno azul.
La ley prevé una serie de incentivos de inversión y beneficios fiscales para estas tres variantes de hidrógeno, aunque priorizará al hidrógeno verde que es el más sostenible en términos ambientales (este punto no está del todo aclarado en le ley).
Además, en 2021, la empresa australiana Fortescue Future Industries anunció una inversión de US$8400 millones para producir, transportar y exportar hidrógeno verde desde Río Negro. Por ahora, las operaciones estaban trabadas ante la falta de una normativa que permita negociar más inversiones y empezar el proyecto.
¿Qué contempla la ley de promoción de hidrógeno?
- Beneficios fiscales por 30 años a partir de su entrada en vigencia como devolución anticipada del IVA; amortización acelerada en el Impuesto a las Ganancias; exenciones por importación de bienes (solo por 10 años); estabilidad fiscal
- Prioridad en el mercado libre de cambios
- Beneficios para importar insumos
- Retenciones 0% en los primeros 10 años de vigencia de la ley
- Beneficios para los proveedores de estos proyectos
Estos beneficios serán aplicados a cualquier parte de la cadena que contribuya a la producción de hidrógeno verde, azul o rosa. Por ejemplo, parques de energía eólica que abastecerán a las plantas de electrólisis, plantas de reformado de gas natural para hidrógeno azul, plantas de energía nuclear para hidrógeno rosa o desarrollo de infraestructura para captura y almacenamiento de gases de efecto invernadero.
Además, se creará una Agencia Nacional del Hidrógeno (ANHIDRO) y un Consejo Federal de Hidrógeno para monitorear los proyectos, auditar y certificar a los beneficiarios y a los proveedores. Es decir, controlar la actividad. También para definir actividades de investigación y desarrollo y producción prioritarias que se fomentarán por medio de un Fondo de Afectación Específica.
Ahora, esta ley deberá ingresar al Congreso (ya está en el despacho presidencial) y luego ser tratada por ambas cámaras. ¿Es viable en este contexto de parálisis electoral? En el Gobierno aseguran que sí, que se sancionará antes de fin de año. Entre los empresarios no son tan optimistas.
¿Por qué en la iniciativa se hace hincapié en el hidrógeno azul cuando implica el uso de energías fósiles en un contexto de crisis climática? El discurso del Gobierno, que se aclara en la ley, es que en la Argentina hay una abundancia de gas natural. Y que así se desincentiva la producción de hidrógeno sin captura de carbono (gris). Es decir, que, según plantean, es un avance a la hora de reducir las emisiones de gases efecto invernadero (GEI).
Sin embargo, la Argentina se comprometió a la descarbonización para el 2050 y los expertos advierten que seguir extendiendo la vida útil del gas, aún si es solo como una energía “de transición” hacia fuentes más limpias, es un riesgo a no cumplir con ese compromiso. De hecho, los beneficios fiscales a 30 años son tanto para el hidrógeno verde como para el rosa o el azul.