viernes, marzo 29

China bloqueó una condena del Consejo de Seguridad de la ONU al golpe de Estado en Myanmar

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Por su parte, la enviada especial de Naciones Unidas en Myanmar sostuvo que hay que «garantizar que las fuerzas armadas respeten la voluntad del pueblo de Myanmar y se adhieran a las normas democráticas» El 1 de febrero, las Fuerzas Armadas de Myanmar llevaron adelante un golpe de estado luego de las tensiones políticas que sufre el país tras los comicios celebrados en el mes de noviembre. En dichas elecciones la Liga Nacional para la Democracia (NLD) había obtenido una victoria aplastante que no fue reconocida por sectores de la oposición y las Fuerzas Armadas que denunciaron fraude electoral pero hasta el momento no lo han podido verificar.

En el golpe de estado encabezado por el jefe del Ejército de Myanmar, el general Min Aung Hlaing, junto a la formación de un gobierno de facto, se detuvo al presidente Aung San Suu Kyi, y a otros altos cargos del partido gobernante, (NLD), y declararon el estado de emergencia durante un año. Los militares anuncian que su gobierno es transitorio cuyo únicos objetivos son restaurar el orden democrático tras realizar una investigación de los recientes comicios, celebrar nuevas elecciones dentro de un año que, a sus ojos, generen legitimidad y transferir el poder al futuro nuevo gobierno.

Ante los hechos suscitados, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió para abordar la nueva crisis política en el país asiático luego de la presentación de un documento de la delegación del Reino Unido que repudiaba el golpe de estado ocurrido en la nación del Sudeste Asiático. No obstante, China, que cuenta con derecho a veto, ha impedido que fuera aprobado, tal y como ha recogido la cadena de televisión británica BBC.

La posición del Gigante Asiático responde a una política exterior basada en no entrometerse en los asuntos internos de los países. Siempre y cuando sus intereses económicos no se vean afectados. Tras el golpe de estado, mientras los lideres occidentales condenaban los hechos y exigían la restauración del orden democrático, China optó por una posición mas suave y evitaron hablar de un gobierno de facto.

En su lugar, los medios estatales chinos aludieron al golpe como una “importante remodelación del gabinete” (Xinhua News) y ” un ajuste de la estructura de poder disfuncional del país” (Global Times).

Antes de la votación, la enviada especial de Naciones Unidas en Myanmar, Christine Schraner Burgener, había instado a la “unidad” del Consejo de Seguridad para defender la democracia en el país asiático tras el golpe perpetrado el lunes por el Ejército.

Schraner Burgener también ha condenado “enérgicamente” frente a los miembros del Consejo las recientes medidas adoptadas por los militares, a los que ha urgido a “enviar colectivamente una señal clara en apoyo de la democracia en Myanmar”.

La enviada especial ha calificado los eventos que precipitaron la toma de control del Ejército como “sorprendentes e impactantes”, ya que “parecía haber un compromiso por parte de los militares de salvaguardar el Estado de Derecho” y de resolver mediante mecanismos legalmente establecidos las disputas electorales.

En adición, Burgener reconoció los resultados electorales del mes de noviembre ya que “refleja la clara voluntad del pueblo de Myanmar de continuar por el camino de la reforma democrática, ganada con tanto esfuerzo”.

Así, ha añadido que “es importante que unamos nuestros esfuerzos para ayudar a garantizar que las fuerzas armadas respeten la voluntad del pueblo de Myanmar y se adhieran a las normas democráticas”.

No podemos permitir un retroceso total” en Myanmar, ha destacado, tras añadir que es “lamentable que se haya puesto en peligro la esperanza de un progreso continuo marcado por las elecciones del 8 de noviembre”, concluyó.