viernes, abril 19

Cinco opciones para consumir las frutas

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Formas de incluir este alimento indispensable en tu dieta diaria

Si querés algunas ideas para incluir las frutas en tu alimentación diaria, tomá lista de algunas formas de consumirlas.

Confitada

Esta técnica consiste en cocer lenta y prolongadamente las frutas, ya sean piezas enteras o porciones, en un almíbar de azúcar y someterlas a un proceso de secado. Es aconsejable retirarles la piel, las semillas y las membranas, cocerlas sin alcanzar el punto de ebullición y dejarlas en un lugar que facilite su proceso de secado.

Además de alagar su vida, les imprime una textura melosa y fundente de lo más suculenta, ideal para decorar postres, hacer salsas, rellenos e incluso para degustar como snack.

Smoothie

Junto con la macedonia, es una de las primeras opciones cuando queremos dar salida a la fruta que está a punto de deteriorarse o disfrutarla de otra manera. Se perfila una alternativa diferente e interesante nutricionalmente hablando al conservar la mayor partes de las vitaminas y los minerales. Debemos incluir, al menos, dos tipos de frutas al gusto, pues admite cualquiera. A continuación, incorporamos la base, que puede ser leche, agua, té helado o leches vegetales, que conviene agregar en menor proporción si nos hemos decantado por frutas muy acuosas. Luego, incluimos ingredientes que espesen como yogur, kéfir, copos de avena… Finalmente, endulzamos, mejor con un edulcorante natural como la stevia.

Macerada

Sumergirlas durante un tiempo, que oscila entre las 24 y las 48 horas, en un líquido como el agua, aunque también es posible usar vinagre, licores con alcohol e incluso un jarabe, al que además podemos añadirle distintas hierbas y aromatizantes al gusto. Como resultado, toman el sabor y el aroma del líquido en el que han estado, sin perder los nutrientes; a la vez que trasfieren a dicho líquido el suyo propio, que se perfilan una opción para la elaboración de vinagres, aceites, salsas o jugos.

También puede realizarse con azúcar, en cuyo caso debemos cubrir las piezas por completo y una pizca de jugo de limón para restar dulzor. Podemos aplicarlo a cualquier fruta y el resultado funciona muy bien en postres, salsas, ensaladas e incluso para degustarlas en solitario.

En mermelada

Las versiones caseras son más saludables que las comerciales, pues contienen menos azúcar y aditivos, y su elaboración no es demasiado compleja. Se necesitan dos ingredientes: azúcar y fruta. Si queremos una versión casera resultona, adecuar la proporción de azúcar para que la textura no quede demasiado líquida, que debe oscilar entre los 700 g y los 1.000 g por cada kilo de fruta. Si es blanca, mantendrá el sabor original de las frutas.

En caso de escoger variedades con poca cantidad de pectina (una fibra natural, que se concentra principalmente en la piel de las frutas, la cual une con el azúcar y los ácidos de la fruta para formar un gel) como las fresas o peras, se hace necesario añadir esta componente de forma artificial, aunque también podemos recurrir a la cola de pescado.

Deshidratada

Se realiza sometiendo las frutas a un proceso de deshidratación y uno posterior de secado. De esta manera, alargamos su vida e intensificamos su sabor. Los mejores resultados se consiguen con los higos, manzanas, melocotones, dátiles, ciruelas o uvas. Si usamos cítricos, debemos introducirlos en un bol con agua y sal durante veinte minutos antes de secarlas para restarle amargor.

Podemos hacer el proceso de secado en el microondas o en el horno, en cuyo caso debemos secarlas durante dos o tres horas a baja temperatura. El resultado es igual de nutritivo que las frescas y de lo más versátil, ya que se pueden incluir en los guisos, las ensaladas o cualquier elaboración repostera.

Fuente: Alimente