viernes, abril 19

Cleptomanía: qué sucede en la mente de quienes sufren este trastorno

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Cuáles son los síntomas que caracterizan a esta enfermedad

A diferencia de los típicos ladrones de comercios, las personas con cleptomanía no roban para beneficio personal o por venganza, sino porque les resulta imposible resistir el impulso de hacerlo.

Es un trastorno de control de impulsos y su característica principal radica en los problemas con el autocontrol emocional o conductual para resistir el impulso de robar objetos que, por lo general, no necesitan y/o tienen poco valor.

En la mayoría de casos, los episodios se producen de manera espontánea, es decir, sin haberse planificado ni pedido ayuda a ninguna otra persona. Aunque se desconoce la causa exacta, algunos factores incluyen:

– Problemas con la serotonina. Esta sustancia química cerebral ayuda a regular los estados de ánimo y las emociones; los niveles bajos son frecuentes en personas propensas a tener conductas impulsivas.

– Adicciones. El robo puede causar la liberación de dopamina, neurotransmisor que provoca sentimientos placenteros, los cuales muchos cleptómanos buscan experimentarlos una y otra vez.

– Sistema opioide del cerebro. Un desequilibrio en este sistema que regula los impulsos podría dificultar la resistencia a ellos.

Síntomas

– Incapacidad para resistir el fuerte impulso de robar artículos que no necesita.

– Mayor tensión, ansiedad o excitación antes del robo.

– Placer, alivio o gratificación durante el acto.

– Mucha culpa, remordimiento y odio hacia uno mismo, así como vergüenza o temor de ser arrestado después del robo.

– Reaparición de los impulsos y una repetición del ciclo de cleptomanía.

Aunque intenta dominar la compulsión, la resistencia le genera tal tensión e impotencia que sólo consigue aliviar cuando hurta el objeto deseado, lo cual suele ocurrir en lugares públicos. Sin embargo, también existen otros que pueden robar a amigos o conocidos cuando los visitan o conviven en alguna fiesta, por ejemplo.

Suele esconder los artículos robados; incluso, acostumbra donarlos, regalarlos, o devolverlos secretamente al lugar de donde los tomó de manera ilegal. Una de las mayores dificultades para tratarlo reside en los sentimientos de vergüenza que invaden al afectado, mismos que le impiden pedir ayuda.

Aunque no existe cura psicológica “ideal”, es posible recurrir a un tratamiento con medicamentos o terapia de conversación (psicoterapia), lo que ayuda a detener el ciclo de robo compulsivo.

Fuente: Salud y medicinas