Cómo conservar correctamente los medicamentos

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Cuál es la forma adecuada de hacerlo según su tipo

La forma de conservar y donde se guarden los medicamentos, es fundamental para que estos mantengan intactos sus principios activos y puedan actuar conforme han sido creados. Cuando no se conservan de la forma adecuada, estos pueden perder su efectividad. Por lo que, es fundamental que se conserven en un lugar fresco, seco y seguro.

Casualmente, los sitios donde más se acostumbra guardarlos son los menos apropiados. Por ejemplo, el cuarto de baño o un armario de la cocina, que son probablemente, donde mayor humedad y cambios de temperatura suele haber. Tampoco se deben guardar donde puedan estar expuestos a fuentes de calor, o donde puedan recibir una fuente de luz directa. Y deben estar fuera del alcance de los niños.

Los lugares más seguros para guardar y conservarlos son:

– En la heladera: Muchos medicamentos, como las vacunas, los colirios, algunos antibióticos, jarabes infantiles o remedios en suspensión, que son aquellos que se deben mezclar con agua y tienen un tiempo limitado para su consumo, son los que deben conservarse ahí. Siempre que adquieras un nuevo remedio, revisar bien el prospecto para conocer los consejos del fabricante en cuanto a las recomendaciones de conservación.

– A temperatura ambiente: La mayoría puede conservarse así, a excepción de aquellos que lo especifiquen o los mencionados en el punto anterior. Los que necesiten una temperatura inferior, llevarán una indicación para su conservación. Por eso es tan importante leer bien el prospecto en cada caso y conservarlos siempre en su propio envase.

A la hora de buscar un lugar apropiado donde conservarlos, debemos tener en cuenta ciertos aspectos.

– Los que deban estar en la heladera: Tendrán que estar siempre a esa temperatura y evitar en cualquier caso que se rompa la cadena de frío. Por lo tanto, si debés viajar y tenés que llevar tu medicación, tendrás que buscar la manera más apropiada de hacerlo. Podés utilizar heladeritas de viaje y asegurarte de que la temperatura alcanzada es la misma que tienes en la tuya.

– Lejos del alcance de los niños: Deben conservarse en un lugar poco accesible para los niños, mascotas y personas mayores que puedan tener problemas para reconocer los fármacos que deben tomar. Es aconsejable usar un recipiente, como una caja de plástico con cierres de seguridad, que puedas guardar en un estante alto y poco accesible.

– Conservar el envase original: Es muy importante conservarlo dentro de su envase original junto con el el prospecto que se incluye, de forma que se pueda consultar siempre que sea necesario. Es aconsejable escribir en la caja la fecha en la que se comenzó a usar y para qué fue prescrito. Así, siempre sabrás para qué sirve y cuando ya no sea necesario, lo podrás desechar de la forma más apropiada

Tener en cuenta los cambios de temperatura ambiental, es decir, durante los meses de verano cuando aumenta la temperatura considerablemente. En ese caso, es posible que necesitemos cambiarlos de ubicación, de forma que puedan conservar la temperatura apropiada sin sufrir. Ante cualquier duda, consultá con quien te los recetó.

Fuente: Bekia