Cómo la crisis energética global impactará en Argentina

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Nota extraída de Infobae por Miguel Boggiano

En 2022, la importación de gas GNL será mucho más dificultosa por una sencilla razón: el precio. Se espera que para este invierno el precio se triplique, en comparación al 2021

La crisis energética actual es uno de los principales problemas económicos que atraviesa el mundo y esto se ve reflejado en los precios del petróleo y gas subiendo con furia. Además, se suma el conflicto entre Rusia y Ucrania, que podría agravar mucho más la situación.

Para que tengamos una referencia, el precio del gas en Europa se multiplicó por 9 en los últimos meses:

Como se puede observar, la tendencia alcista se aceleró fuertemente. Nunca antes en la historia había habido semejante suba en tan poco tiempo.

Argentina, respecto de la producción de gas, sigue estando por debajo de los niveles de dos años atrás, teniendo en cuenta el número de pozos terminados en Vaca Muerta (principal joya energética). No hay nuevas exploraciones ni perforaciones. Mientras la situación mundial es de disminución de la oferta, una vez más Argentina está en el peor escenario, pudiendo estar en el mejor: vendiendo gas al mundo.

Además, el estancamiento no solo se explica por la producción de gas, sino también por la infraestructura. Si Argentina produjera el doble de gas en Neuquén, no habría forma de transportarlo, de forma tal que no hay incentivos para producir más. La falta de obras de infraestructura por parte del gobierno es, sin dudas, un escollo para el desarrollo.

Pero veamos primero las causas mundiales de este aumento enloquecedor de precios.

Como todo mercado, el de los hidrocarburos está regido por la oferta y demanda, y sus precios derivan de esta interacción. En este caso, la crisis actual está teñida por problemas en ambas aristas: disminución en la oferta y aumento de la demanda, por lo que genera, consecuentemente, una suba brutal de los precios.

Disminución de la Oferta

Factores:

1) Los fenómenos ambientales, como la ola de huracanes que ha obligado al cierre de refinerías.

2) Las innumerables trabas (impuestos, multas, prohibiciones) a la energía hidrocarburífera en vistas a darle camino a la nueva “energía limpia”.

Aumento de la demanda

Factores:

1) La demanda de gas ha aumentado en todo el mundo a medida que las economías se recuperan de la pandemia, y Europa se ha enfrentado a una competencia particularmente intensa con Asia por el gas natural.

2) El clima frío hizo que Europa saliera del invierno pasado con niveles de almacenamiento de gas más bajos de lo normal, y la región ha tenido grandes dificultades (clima adverso, escasez de gas natural, aumento del consumo) para reponer sus inventarios.

La resultante crisis energética mundial, con sus respectivos aumentos de precios y apagones, se ha visto agravada claramente por la pandemia y los problemas en la cadena de suministro.

Como si fuera poco, se suma el conflicto de Rusia y Ucrania al panorama energético. Rusia es un jugador fundamental en el mercado del gas, ya que abastece a un tercio del suministro total de la Unión Europea. Cualquier interrupción agravaría la situación que, hoy en día, ya es vulnerable.

Impacto inflacionario

El contexto actual preocupa a los Bancos Centrales y a los inversores. El aumento de los precios de la energía tiene un gran impacto en los costos de logística y transporte, que se traducen en un mayor costo de los productos terminados.

Otra consecuencia no deseada, además de la inflación, es el estancamiento económico. Combinados ambos efectos, forman lo que se conoce como “estanflación”. Y este es el principal temor mundial.

China ya ha limitado el uso de energía estableciendo un cupo semanal. Este es sin duda un hecho que puede causar serios problemas en las cadenas de suministro, donde China es uno de los eslabones fundamentales en el mundo de los insumos.

Energías limpias vs. las contaminantes

India genera el 70% de su energía con carbón. China e Indonesia generan el 60% de su energía con carbón. Esto representa 2.500 millones de habitantes. ¿Alguien cree que estos países van a sacrificar su crecimiento para ser limpios?

Las energías limpias representan un porcentaje aún muy bajo en la generación de energía global y se castigó demasiado la inversión en hidrocarburos, antes de tener suficiente oferta de energía limpia.

Por eso está creciendo, nuevamente, el impulso de la energía nuclear, que es considerada energía limpia y que tiene un enorme alcance. De hecho, la construcción de reactores nucleares es la forma en que China e India reemplazarán la generación con carbón.

Argentina

Mientras tanto, nuestro país (hoy importador neto de energía) está contra las cuerdas, ya que la importación de combustible (gas, principalmente) se ha triplicado.

Los subsidios energéticos acumulados en los últimos 12 meses, a noviembre del 2021, ya superaron los USD 10.000 millones, algo así como un 55% más que en el mismo período del año anterior.

Tengamos en cuenta que, durante 2022, la importación de GNL será mucho más dificultosa por una sencilla razón: el precio. Se espera que para este invierno el precio se triplique, en comparación al 2021.

Claramente esta situación, sumada al increíble aumento de precios mundiales, pone en jaque al Banco Central y le suma un problema macroeconómico extra. Menos dólares y más dificultades para obtener energía no son problemas para desestimar.

Este panorama no es para nada alentador, siempre y cuando Argentina siga sin hacer las obras necesarias de infraestructura. Así, el país seguirá importando gas, ya que sin gasoductos se imposibilita transportar el gas hacia el mercado.

Conclusión

Se redujo la economía hidrocarburífera antes de haber construido suficiente “economía limpia”, y las consecuencias están a la vista. Los últimos meses desnudaron el problema que se atraviesa, y que tan solo podría ser el comienzo.

Está claro que, a largo plazo, el mundo irá hacia energías más limpias. En el mientras tanto, a sufrir la transición.