jueves, marzo 28

Cómo lograr que tus hijos te obedezcan sin necesidad de gritar

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Consejos para sobrellevar de la mejor manera una de las tareas más difíciles para los padres

Conseguir que los hijos obedezcan sin que hagan berrinche o rabietas de por medio es uno de los retos más difíciles que se pueden presentar en el proceso de crianza.

La razón por la que los pequeños no obedecen a la primera es porque se acostumbran a que el mandato les sea repetido más de una vez, por lo tanto saben que si no hacen caso al primer instante, no existirán consecuencias de por medio.

Estamos en una paradoja, primero les decimos “me tenés que hacer caso a la primera”, pero lo hacemos diez veces más. Así, aprende que, en realidad, se lo vamos a decir más veces, así que espera a esa última, y mientras, se dedica hacer lo que le interesa, según la psicóloga Maribel Martínez.

Entonces, si no quiere seguir la orden aunque se lo hayas repetido mil veces, será necesario que consideres qué es lo que verdaderamente querés y que te plantees más soluciones para conseguirlo de una forma menos desgastante y más eficaz.

Si queremos que lo hagan a la primera, por definición, no tiene que haber una segunda, Debemos hacer algo diferente y coherente para conseguirlo.

Cuando proponemos otras soluciones o alternativas, es mucho más fácil que el pequeño analice la situación y elija la opción que más le convenga. Eso sí, al momento de que tome la decisión debés ser contundente y mantenerte firme, así lograrás que vaya desarrollando la capacidad de tomar acción y de forjar su autonomía.

Otro punto muy importante es el hecho de mandar y dar órdenes. Hay que aprender a crear dinámicas saludables en donde sepamos comunicar correctamente que es lo que necesitamos y no la solución más inmediata.

Por ejemplo cuando un niño está corriendo y le decimos “no corras”, lo que de verdad queremos es que se siente en una silla y que no se mueva. Entonces no estamos expresando lo que verdaderamente buscamos. Hay que aprender a mandar para lograr que nos obedezcan, explica la especialista autora del libro “¿Cuántas veces te lo tengo que decir?”

Todo se reduce a la autocrítica. Es importante recordar que al final del día, los padres son el pilar y la guía de la vida de sus hijos, por lo tanto, ellos esperan que los adultos les digan qué es lo deben de hacer y no al contrario.

Entonces, si das una orden y ves que no funciona, analizá qué fue lo que hiciste mal o si no lo supiste expresar y tratá de hacerlo mejor la próxima, pero no se lo repitas más veces ni tampoco te desesperes tratando de hacerlo entender.

Una palabra: respeto. Es fundamental no confundir esta palabra con autoritarismo o dictadura. Sos quien lo va a llevar por el camino correcto, es mejor hacerlo desde la vía del amor y no desde la imposición.

Una vez que logres que te respeten, más allá de verte como alguien que todo el tiempo los está regañando, te verán como su guía y como el adulto responsable que sabe lo que les hará bien y lo que no.

Por otro lado, no está mal regañar ni corregirlos, al contrario, con esto se puede fortalecer su autoestima y su salud e inteligencia emocional. No importa la edad que tengan, deben entender que la vida no es fácil y que está llena de obstáculos que es mejor que sepan resolver.

Fuente: Vix