Cómo usar zapatos planos sin resentir tu cuerpo

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Qué músculos pueden verse afectados y cómo utilizarlos correctamentel ser humano nace sin calzado, por tanto biológicamente estamos preparados para caminar descalzos. El zapato plano no es perjudicial en sí mismo. El problema es que acostumbramos al pie a caminar con más altura en la parte posterior que la anterior y cuando le ponemos una suela plana sin hacer la conveniente transición, se queja.

Hay una serie de músculos que pueden resentirse especialmente al pasar de un cierto taco a un calzado plano. La zona más afectada es la fascia plantar. Si a este músculo que recubre la planta del pie le «quitás» esa altura a la que está acostumbrado tiene que trabajar más y se sobrecarga.

Por eso en verano aumentan los casos de fascitis plantar (se inflama esta musculatura y provoca dolor al caminar), una dolencia que suele corregirse con una combinación de masaje deportivo y ejercicios diarios.

Tendón de aquiles, gemelos e isquiotibiales también sufren. Ocurre sobre todo en mujeres que pasan de llevar mucho taco a calzarse unas sandalias planas. Esto provoca una sobrecarga en toda la musculatura posterior de la pierna (desde el tobillo hasta los muslos) que puede causar tendinitis. En personas que ya tienen problemas del tendón de aquiles puede llegar a provocar incluso una rotura.

También duele la espalda. Toda la musculatura del cuerpo está conectada, por tanto cuando cargamos la del pie esto afecta a la del resto de la pierna y también a los músculos que rodean la columna, en especial los de la zona lumbar.

Cómo evitar problemas en los pies

Los problemas aparecen porque no hacemos una adaptación en el tránsito del calzado con cierto tacón al zapato completamente plano. Para que esto no ocurra:

Los primeros días usa el zapato plano solo unas horas y andá aumentado el tiempo de forma gradual.

– De esta manera la fascia plantar, los gemelos y los isquitiobiales se van acostumbrando poco a poco al cambio y en un par de semanas aproximadamente la adaptación será total.

Hay otras cuestiones asociadas a este tipo de calzado que también acarrean consecuencias negativas:

La sujeción

– Unas chinelas o unas sandalias que no agarren el tobillo son más perjudiciales por la falta sujeción que por su suela plana. Al no haber una buena sujeción, tampoco hay un correcto equilibrio.

– Y si no hay un buena estabilidad en nuestros pies, articulaciones como la rodilla o la cadera se resienten.

– Además, la falta de estabilidad también favorece esguinces.

Adaptar el zapato a la ocasión

– Lo malo es llevar unas chinelas para caminar todo el día cuando en realidad este calzado es solo para ir la playa o la pileta.

– Si corrés, por ejemplo, también necesitás un calzado adecuado y no por ser verano podés hacerlo en sandalias, por más que estas sean anatómicas o sujeten el pie.

– Tampoco sería adecuado pasar muchas horas de pie con unas chatitas porque en este caso es importante llevar un zapato cuya suela absorba el impacto.

El zapato plano ideal es aquel que:

Tiene un buen agarre en el tobillo, sujeta todo el pie y ofrece una buena estabilidad para que no hayan desequilibrios.

Está fabricado con material de calidad. Muchos problemas de rozaduras y ampollas aparecen porque está fabricado con materiales tipo plástico que no son transpirables. Incluso hay calzado barato que lleva metales pesados y puede provocar alergias.

– Si tenés mucho puente tu pie es más inestable, por tanto necesitás un buen apoyo.

– Así como un calzado plano no tiene porqué ser perjudicial si seguís los consejos, el taco muy alto sí provoca una gran retracción de los músculos isquiotibiales (los acorta) y, por tanto, no es saludable.

Fuente: Saber vivir TV