jueves, marzo 28

Con el regreso de Mauricio Macri, Alberto Fernández pudo sacar la cabeza de las internas

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Por Ignacio Miri para Clarín

El Presidente Fernández volvió a pelearse con un adversario externo y esquivar el fuego amigo.

La serie de entrevistas que dio Mauricio Macri durante esta semana le sirvieron a Alberto Fernández -si es que le sirvieron para algo- para redireccionar sus conflictos.

Luego de varias semanas de fricciones internas, con figuras inorgánicas del kirchnerismo cuestionando sin vueltas las iniciativas del Gobierno y también la posición del Presidente sobre las violaciones a los Derechos Humanos en Venezuela, Fernández pudo, otra vez, pelearse con Macri, el enemigo que mejor unifica las antipatías del Frente de Todos.PUBLICIDAD

“El regreso de Macri le refresca a la gente el recuerdo de que Macri existe”, le dijo a Clarín uno de los funcionarios que viajó con Fernández a conocer los pozos petroleros de YPF en Vaca Muerta, el lugar elegido para lanzar el Plan Gas. Ese recuerdo llega, según destacan en el Gobierno, cuando amplios sectores del electorado empiezan a tomar en cuenta la responsabilidad de la gestión actual en el descalabro de la economía y los suman a los problemas que dejó Macri. “Para nosotros es fácil pegarle a Macri.

Mucho más fácil que pegarle a Horacio Rodríguez Larreta, con el que hoy está compartiendo algunas responsabilidades”, explica otro de los funcionarios que participa en la formulación de la estrategia de Fernández.

Según la visión del equipo más cercano al Presidente, un Macri corrido de la escena le servía a Juntos por el Cambio para promover el recambio de dirigentes luego de una gestión fallida, que no le alcanzó a Macri para ser reelecto y abrió la posibilidad para el regreso de una alianza encabezada por el kirchnerismo.

El intervalo en el retiro postpresidencial de Macri será corto. Luego de la entrevista televisiva que dará el martes próximo, volverá a refugiarse en su quinta. ¿Por qué decidió volver? En su muy acotado círculo de ex funcionarios explican que Macri quiso contener a un sector de votantes de Juntos por el Cambio que ahora estaban sin un referente claro.

Para decirlo de otra manera: Macri jugó a recuperar la simpatía de las miles de personas que marcharon durante todo el año en los banderazos. No era una tarea muy difícil, pero el ex presidente había empezado a notar que si él no reaparecía, otro dirigente podría empezar a cosechar en el huerto que él había sembrado desde que decidió convertirse en político.

Todo indica que Fernández entendió la situación de una manera parecida, y por eso desde el martes eligió enfrentar en cada una de sus apariciones tanto a los marchantes como a Macri. El Presidente arrancará este viernes con una conversación telefónica con el francés Emmanuel Macron, uno de los jefes de Estado que mejor se llevó con su predecesor.

A Macron le pedirá el apoyo de Francia en la renegociación de la deuda con el FMI, una de las herencias que recibió de Macri, tal como él mismo destaca cada vez que puede.