Humor político-Nota extraída de Clarín por Alejandro Borensztein
Es momento de unirse minimizar el impacto que está provocando esta gran racha de Alberto. Tal vez esta catarata de incontinencias marque el fin de la grieta.
Litto Nebbia en el sillón presidencial y Alberto Fernández a su lado.
Antes que nada, damos paso a un aviso oficial: “La Facultad de Derecho de la UBA comunica que ha decidido llamar a todos los egresados que pasaron por los cursos del Dr Alberto Fernández para ser sometidos a una revisión técnica”.
Cumplido con el pedido, vamos a lo importante. Nada sería más cómodo que redoblar la apuesta de la semana pasada y volver a felicitar al señor “presidente” por su nuevo éxito. Un título merecido pero previsible podría ser “Alberto no tiene techo”. Decir que la Argentina le está quedando chica y que su fama está dando la vuelta el mundo sería un recorrido vulgar. A esta altura, festejar su desborde de talento sería una obviedad. Fernández nos desafía a pensar en algo superador.
Por eso, y ante los hechos de dominio público, propongo que armemos urgentemente un grupo de WhatsApp constituido por todos los argentinos. Todos quiere decir todos, los 45 millones de compatriotas con una sola excepción: el “presidente” Fernández.
El grupo tendría como finalidad minimizar el impacto que está provocando esta racha de Alberto. La idea es que, ni bien algún argentino se entere de que el “presidente” clavó otra genialidad, mande un mensaje a todo el grupo: “Ojo que habló el quia, tendamos un manto de piedad”. Y así todos sabremos que Alberto acaba de meter otro hit e inmediatamente todos deberíamos hacernos los boludos, como si no hubiera dicho nada.
Ni comentarios, ni redes sociales, ni memes, ni chistes, ni siquiera la publicación de la noticia en ningún medio. Nada. Solo un gigantesco y misericordioso manto de piedad. En todo caso, si lo que dijo fue demasiado grave y ofendió a otros países, la Cancillería podría mandar una nota reservada de disculpas al país agredido y chau. Es lo más sano que podemos hacer por el país y la democracia.
El grupo debería incluir a kirchneristas, cambiemitas, trotskistas, libertarios, etc. Todos mancomunados en la epopeya de minimizar el daño. Veamos el lado positivo. Tal vez esta catarata de incontinencias sea el comienzo de la unión nacional. ¿El fin de la grieta? Tomémoslo como un mensaje de Dios: “ahí les mando a Alberto para que, de una buena vez, todos coincidan”.
Por supuesto que el grupo de WhatsApp incluye a todos los miembros del gabinete. Los tipos no deben saber de que disfrazarse cuando Alberto los engalana con su verba y se les debe hacer muy dificil justificarlo, tanto a los dirigentes oficialistas locales como a los de la Patria Grande. A esta altura, creo que el único indígena latinoamericano que lo defiende es el Indio Solari.
Para colmo, cuando despliega sus ideas, intenta florearse. Su frase sobre los brasileños y la selva no arrancó con “Dijo Octavio Paz…” sino que arrancó diciendo “Supo decir Octavio Paz…”. Este simple detalle define la estatura con la que se autopercibe. Video: Alberto Fernández dijo estar citando a Octavio Paz, pero en realidad era la letra de una canción de Litto Nebbia.
Por supuesto, todo sabemos que el “presidente” no es racista. Cuando se mete con los orígenes de los brasileños no pretende ser discriminatorio y cuando felicita al presidente electo del Perú antes de ser proclamado oficialmente no tiene intencionalidad política. La verdadera razón por la que el tipo dice y hace semejantes cosas la sabemos todos, pero por respeto a la investidura guardamos silencio. Y lo bien que hacemos porque hasta Bolsonaro se dió el lujo de pasarle la garompa por las cuerdas de la guitarra.
La mejor imagen para definir al grupo nacional de Whatsapp es la inmortal escultura “La piedad” de Miguel Angel. Podríamos usarla como foto de perfil. Lo tiro como idea para que lo charlemos entre todos.
Llevamos un año y medio de frases y hechos memorables, y todavía faltan dos años y medio más, plenos de poesía. Por eso nos tenemos que anticipar y armar el grupo rápidamente antes de que sea demasiado tarde. A este ritmo, en cualquier momento vamos a ver al “presidente” en un zoom con otros mandatarios, hablando sobre la demora en la llegada de las vacunas y diciendo: “Recuerdo las palabras de Cortázar cuando supo decir que la fábrica no me está entregando en blanco pero llevátelo en gris metalizado que con las llantas negras da pistero”.
Como inmortalizó el Coco Basile: ahora Silenzio Stampa. Y el 10 de diciembre de 2023, cuando termine el mandato, vamos todos respetuosamente a la Rosada, nos guiñamos un ojo, lo despedimos con aplausos y acá no ha pasado nada. A lo sumo, ese día podemos poner un gran pasacalle de lado a lado de la Plaza de Mayo que diga: “Perdón De La Rúa”. Punto.
Ya que los argentinos hemos encontrado en la palabra del “presidente” una gran excusa para empezar a unirnos y ponernos de acuerdo en algo, deberíamos aprovechar también para hacer una colecta entre todos y mejorarle el sueldo a la diputada Fernanda Vallejos.
La diputada Fernanda Vallejos, en campaña junto a Cristina Kirchner.
La legisladora declaró esta semana que las 200 lucas mensuales que cobra son una vergüenza, que los diputados argentinos tienen los sueldos más bajos de Sudamérica y que no puede ser que cualquier CEO de una empresa privada gane más que un representante del pueblo.
Acá lo importante es que, como sociedad, no nos podemos dar el lujo de que la diputada Vallejos se vaya. No sea cosa que deje la función pública y pase al mundo privado donde seguramente la están esperando con los brazos abiertos y un súper cargo en cualquier multinacional con un sueldazo en dólares.
Un cuadro técnico y académico de esta dimensión no se encuentra todos los días. No la podemos perder. Pongamos un mango cada argentino, juntemos 10 o 15 palos y démosle un bono en julio. Para esto también es útil el chat de La Piedad, y si no armamos otro que se llame Un Sol para Vallejos y listo.
En todos los círculos empresariales y productivos del país suele decirse que “Vallejos es brillante”. De hecho, su nombre ya traspasó las fronteras. Es famosa la anécdota de la cena entre Bill Gates, Jeff Bezos y Elon Musk en una trattoría de California. A los postres, el chef se acercó para saber si había estado todo bien y Bill Gates dijo “these macarroni were As great as Vallejos” (estos macarronis estaban tan grandiosos como Vallejos). “As great as Vallejos” es una expresión que se escucha mucho en Silicon Valley.
Por suerte, si se va Vallejos nos queda Paula Español, la secretaria de Comercio que combate el aumento de precios recorriendo supermercados con un centímetro en la mano para medir cuanto espacio le dan a cada producto en las góndolas. Otro talento que hay que cuidar antes de que se la lleva Apple.
La pregunta del millón es: ¿Lo que estamos viendo es en serio o es solo una cortina de humo? ¿Hacen todo esto porque son así o nos están distrayendo mientras Cruela de Kirchner maniobra para zafar de la justicia? En otras palabras: ¿los boludos son ellos o somos nosotros?
Mientras tanto, en el Campeonato Mundial de Vacunación seguimos en el puesto 63, pese al esfuerzo que hace la banda de propaganda oficialista por explicarnos que estamos entre los mejores.
Sin embargo, esta semana tenemos una muy buena noticia: achicamos la distancia con Brasil. Ahora estamos a sólo una dosis de diferencia. Ellos aplicaron 36 dosis cada 100 habitantes (25% de la población tiene una y 11% tiene dos) y nosotros estamos a un puntito con 35 dosis cada 100 habitantes (28% con una y 7% recibió dos). Allá vamos, pisándoles los talones a los que salieron de la selva.
Ojo Jair, no sea cosa que en poco días los alcancemos y tengas que aguantar que Alberto, de la mano de Maduro, se baje de la Biblioteca de Babel y juntos te griten: “¡Chupala macaco!”.
Recuerden, nosotros Silenzio Stampa.