El vicecanciller y el viceministro de Salud del vecino país no profundizaron sobre la denuncia puntual de los amigos del profesor y el cobro compulsivo en pesos bolivianos para la atención. El Gobierno salteño volvió a pedir medidas por el incumplimiento al acuerdo para la atención sanitaria.
Mamani, vicecanciller, y Terrazas, viceministro de Salud de Bolivia, en la declaración que hicieron ayer desde La Paz.
Mediante una conferencia de prensa, que
se aproximó más a una puesta en escena que a una real intención de
brindar una respuesta convincente, autoridades del Estado Plurinacional
de Bolivia desmintieron ayer que se haya negado la atención médica al
profesor salteño Alejandro Benítez, quien murió luego de un accidente de
tránsito ocurrido el 3 de julio pasado en una ruta entre Santa Cruz y
Cochabama.
El caso, publicado por El Tribuno junto a
declaraciones de amigos que acompañaban a la víctima y que dieron
cuenta de un trato inhumano antes de la fatalidad de Benítez, disparó
una escalada diplomática entre ambos países a partir de fuertes reclamos
que surgieron desde el Gobierno provincial y que llegaron a la
Cancillería argentina con notas que luego repercutieron en el vecino
país.
Ayer
desde la ciudad de La Paz, el vicecanciller Freddy Mamani y el
viceministro de Gestión del Sistema Sanitario boliviano, Álvaro
Terrazas, ofrecieron una declaración conjunta ante medios de prensa
bolivianos.
Mamani explicó que el accidente ocurrió en la carretera
Cochabamba-Santa Cruz, en jurisdicción de Chapare, cuando “Benítez
embistió con su moto el tráiler de un camión de grandes dimensiones”.
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El caso Benítez es uno más de los tantos relatos de argentinos que sufrieron maltrato del otro lado de la frontera. El acuerdo de reciprocidad de 2019 es posterior una seguidilla de hechos similares que siempre se presentan en el vecino país. Ayer el vicecanciller Mamani se mostró “sorprendido” por la carta del Gobierno salteño.
Añadió
que “una ambulancia de Villa Tunari intervino con urgencia y trasladó
al herido al Hospital Central de Ivirgarzama en no más de 25 minutos”
con la idea de llevarlo luego a un centro sanitario de mayor
complejidad.
Terrazas acotó que debido a la gravedad de las heridas
que presentaba Benítez, con “traumatismo encéfalo craneano y fracturas
expuestas”, los médicos desaconsejaron ese traslado, ya que primero
“debían estabilizar homodinámicamente al paciente”.
¿Investigarán?
Con estos argumentos los funcionarios bolivianos negaron categóricamente que Benítez haya sido desamparado por el sistema sanitario local, aunque hicieron la salvedad de que todas las denuncias serán investigadas para determinar responsabilidades que hayan vulnerado los acuerdos de reciprocidad entre ambos países.
El vicecanciller Mamani admitió que “tal vez no se dieron cumplimiento a algunos puntos del acuerdo de reciprocidad”.
No
obstante, al término de la conferencia, donde no hubo ni siquiera una
sola repregunta sobre el caso, quedó la certeza de que la declaración de
ambos funcionarios solo buscó contrastar la tragedia con los informes
médicos que señalan lo “irreversible” del cuadro de Benítez. Más allá de
eso, los funcionarios prefirieron no profundizar sobre la denuncia
puntual de los amigos del profesor salteño: el cobro compulsivo en plata
local para recibir la atención médica y el rechazo a recibir dinero
argentino, además de la extorsión que sufrió el grupo por parte de la
Policía luego de la tragedia.