jueves, marzo 28

Confidencial: el kirchnerismo, entre la indignación, la bronca y el desconcierto con Alberto

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Si bien los problemas de comunicación presidencial se percibieron desde el inicio, el affaire de Olivos y su manejo, ponen en alerta al kirchnerismo.

«Eso de que los brasileños vienen de los monos (sic) o errarle al cargo del diputado baleado en Corrientes, es su problema, lo afecta a él, es su problema (repite). Ahora, el despelote del cumpleaños de Fabiola y todo lo que está haciendo después de eso, nos está complicando a todos, perdemos chances electorales y capaz hasta el control del Congreso que teníamos previsto, no se cuánto tiempo lo va a permitir la Doctora», dice una fuente de alta raigambre kirchnerista, respecto al presidente Alberto Fernández y claro, a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

La crisis por el Fabiolagate está pegando fuerte en la alianza oficialista. Los manejos del presidente y su comunicación respecto de la crisis, empiezan a generar consecuencias impensadas hasta hace poco tiempo.

Las encuestas que se manejan tanto en la Rosada como en el Instituto Patria, muestran una fuerte merma en la intención de voto, especialmente en la Provincia de Buenos Aires. Y de concretarse esta caída, traerá aparejados desenlaces muy complicados desde el punto de vista del manejo de poder y de cómo se llega a 2023.

Los números previos a la difusión de las imágenes de la fiestita eran promisorios. El oficialismo tenía (según sus encuestadores) unos 10 puntos porcentuales de diferencia en Provincia. Hay que tener en cuenta que la elección que se celebra este año, es la renovación de los legisladores que ganaron sus bancas en 2017, la mejor elección del macrismo en su historia. Por ende, un triunfo contundente en el distrito que más diputados selecciona, como el bonaerense, ponía al kirchnerismo en control total de la Cámara de Diputados, con quorum propio.

Las mujeres de la agrupación además, se indignaron como pocas veces con el Presidente por el Fabiolagate

Esa ventaja era sustancial para avanzar con proyectos sustanciales para el cristinismo: control completo de la Justicia, reformas de normas que despejen el panorama judicial de todos, especialmente de la propia Cristina y el perfilamiento del proyecto político que tendría su segunda etapa en 2023. «Yo te la entiendo que la política está llena de imprevistos, los votos perdidos por manejos equivocados de la pandemia son tolerables, era algo que nadie sabía cómo hacer, ¿pero esto? ¿Tirar todo el proyecto abajo del tren por el cumpleaños de la chica esta», dice la misma fuente K, indignada como pocas veces se la ha visto.

Es que, la estructura que responde a la expresidenta tiene organización y conducta militar: no quedar expuestos a estos papelones es una premisa que baja y se cumple. Es difícil encontrar a algún camporista cometiendo un error estratégico como sacarse fotos en un cumpleaños celebrado en un momento prohibido por ellos mismos. «¿Vos te crees que no hicimos reuniones? Sin celulares maestro, sin celulares…», dice un alto mando de la estructura de Cristina.

Las mujeres de la agrupación además, se indignaron como pocas veces con el Presidente ante su segunda reacción a la crisis. La primera fue negar las imágenes y tildarlas de trucadas, y ya fue un error, pero la segunda, echarle la culpa de todo a «mi querida Fabiola», hizo que las damas militantes montaran en cólera.

No es que la pareja del Presidente la caiga muy simpática a nadie, ni un poco, todo lo contrario, pero el rol de «la mujer tonta culpable de la imprudencia, es algo que no podemos permitir, rechazamos de plano esta forma de estigmatización, nos produce asco», dijo una funcionaría de altísimo nivel, cercana a Máximo Kirchner.

Pero las cuestiones principistas quedan un poco de lado ante el riesgo electoral. Perder la Provincia pasó de ser una película de ciencia ficción a un riesgo cierto. El kirchnerismo no gana una elección de medio término desde 2005 cuando la propia Cristina venció a Hilda «Chiche» Duhalde en la Provincia y consolidó el poder de su marido, permitiéndole liberarse de la tutela del cacique Eduardo. En 2009 perdieron con Francisco De Narváez, en el 2013 con Sergio Massa y en 2017 con Esteban Bullrich. Hoy estaba todo dado para ganar, hasta el Fabiolagate y los manejos posteriores.

El daño por el Fabiolagate es enorme, no solo externo a la coalición gobernante en materia electoral, sino interno

«Alberto no entra en razones, está rodeado de gente que no lo sabe llevar, entre sus pocos laderos y él mismo, tienen una concepción de la política que venció hace dos décadas. Ir a echarle la a culpa a la mujer como primer reacción es inviable hoy, desconocer imágenes es ridículo a esta altura, la movida judicial que armó presentándose y proponiendo donar medio sueldo para resolver el tema y que el fiscal te impute a las dos horas, es todo inaceptable, nos daña a cada movimiento», dice el viejo dirigente, cercanísimo a Cristina Kirchner.

Nadie se pone de acuerdo con «qué hacer con Alberto». Hay quienes sugieren acciones contundentes para «rodearlo y entrar en control completo» de la gestión. «¿Qué va a alegar, que pierde imagen? Si se autodestruyó», dice uno de los promotores de la movida. «Compartimos la jugada con Sergio (Massa) para que no haya quilomb… y listo», completa la idea.

El daño generado por el Fabiolagate es enorme, no solo externo a la coalición gobernante en materia electoral, sino interno, donde la furia con el presidente crece cada día y se alimenta después de cada errata estratégica.

f:IProfesional