Cristina encendió la interna peronista y crece el malestar por la renovación de autoridades del PJ

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En medio del escándalo por la denuncia por violencia de género contra Alberto Fernández, el partido perdió a su presidente y también tiene que pensar en las elecciones del año próximo. En busca de recuperar la transversalidad, algunos dirigentes proponen abrir la convocatoria a quienes se alejaron del kirchnerismo.

En medio de la crisis interna desatada por la denuncia de violencia de género contra Alberto Fernández, el peronismo se enfrenta a la renovación de sus autoridades a mediados de noviembre, así como a la necesidad de conformar las listas para las elecciones legislativas del próximo año.

En la búsqueda de un nuevo liderazgo, algunos dirigentes del partido apuntan a recuperar la transversalidad y a reconectar con aquellos que se alejaron cuando el kirchnerismo tomó el control. Además, se resisten a la imposición de nuevos nombres por parte de sectores internos. No obstante, Cristina Kirchner, a través de sus intervenciones en redes sociales, intenta marcar el ritmo de la interna y establecer límites. «Pericia psiquiátrica les vamos a pedir a los que dicen que Villarruel es peronista», escribió la exmandataria en su cuenta de la red social X, en clara alusión a las recientes declaraciones de Guillermo Moreno, exsecretario de Comercio Interior, quien afirmó que la vicepresidenta es «una persona del nacionalismo», lo que «significa, en última instancia, peronismo».

El jefe del bloque peronista en el Senado, José Mayans, también se sintió aludido, refiriéndose al Presidente como alguien que «está para el psiquiátrico» y, en la última sesión del Senado, insinuó la posibilidad de “profundizar la amistad” con Villarruel.

Este intercambio, aunque amable, es visto por el ala dura del kirchnerismo como algo que debe erradicarse para establecer claramente las diferencias con la política de Derechos Humanos del Gobierno. En el entorno de Cristina Kirchner, además, se comenta sobre un posible enojo con Mayans debido a supuestas negociaciones para avanzar con el juicio político contra Javier Milei, una opción con la que ella no estaría de acuerdo.

Otros analistas sugieren que esta supuesta disputa podría ser una estrategia para distanciar a Cristina Kirchner del voto peronista en la Cámara alta y facilitar la aprobación del nombramiento del juez Ariel Lijo como miembro de la Corte Suprema de Justicia.

El malestar de Cristina Kirchner también podría estar relacionado con las conversaciones entre el peronismo y Villarruel para llevar a Milei a un juicio político, lo que ella rechaza, prefiriendo que sea el voto popular quien decida.

Hasta este reciente conflicto, ese escenario parecía el más probable para quienes intentan interpretar las intenciones de la expresidenta, que mantiene un círculo muy cerrado de confianza. Sin embargo, los enfrentamientos públicos continuaron. El senador Mayans respondió: “¿A los que pusieron a Alberto como presidente del partido, también los mandamos al psiquiátrico?”, preguntó en una entrevista en Radio 10.

Mayra Mendoza, parte del círculo cercano de Cristina Kirchner y intendenta de Quilmes, también reaccionó en la red social X, cuestionando el interrogante planteado por Mayans y compartiendo artículos de Clarín que respaldaban la designación de Alberto Fernández como presidente del partido, algo habitual en el justicialismo. Cristina Kirchner reposteó lo compartido por Mendoza, y Juan Grabois también salió en defensa, argumentando que «recurrir al desastre de Alberto para justificar la simpatía con Villarruel es como recurrir al desastre de Isabel para justificar la simpatía con Massera».

El acto encabezado este martes por Villarruel, en el que reivindicó a las víctimas del terrorismo y anunció la reapertura de todas las causas relacionadas, bajo la teoría de los dos demonios, aleja aún más cualquier posibilidad de diálogo.

Así, la escalada en la interna peronista ha generado nuevas interpretaciones. Aunque Mayans es uno de los más cercanos a Cristina Kirchner y responde al gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, algunos dentro del PJ dudan de que este conflicto sea real y creen más en una «puesta en escena» para que, cuando el Senado vote el pliego de Lijo, los legisladores peronistas parezcan enfrentados a Cristina Kirchner, algo similar a lo ocurrido cuando el bloque anunció su ruptura para quedarse con la primera y segunda minoría en la Cámara.

Según esta visión, el pliego de Lijo para la Corte forma parte de las negociaciones entre el peronismo y La Libertad Avanza para ampliar la cantidad de miembros del máximo tribunal y garantizar también el cupo femenino.