jueves, abril 18

Cristina Kirchner dio una señal sobre su desacuerdo con la «buena onda» de Alberto

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Con un sugestivo elogio a un periodista, Cristina Kirchner dio una señal sobre su desacuerdo con la «buena onda» de Alberto

Con un sugestivo elogio a un periodista, Cristina Kirchner dio una señal sobre su desacuerdo con la "buena onda" de Alberto

La vicepresidente recomendó un artículo de Alfredo Zaiat, en el que se advierte sobre el riesgo de buscar una alianza con los grandes grupos empresariales

Cristina Kirchner siempre encuentra la forma de hacer saber sus opiniones y darle señales a sus seguidores y adversarios, sobre todo cuando se trata de manifestar su desacuerdo con los aliados. A veces lo hace de manera explícita, otra mediante sugestivos silencios o ausencias, y a veces ponderando opiniones ajenas.

En los últimos días prefirió acentuar el bajo perfil y no realizar declaraciones, pero sus actitudes dejan entrever con claridad que está en desacuerdo con el estilo «componedor» que quiere adoptar Alberto Fernández.

Ya había sido elocuente su «faltazo» al acto patrio del 9 de Julio, cuando el Presidente apareció acompañado por los principales popes de las agremiaciones empresarias y sindicales. Allí, en un intento por comunicar amplitud y tolerancia, les dio un protagonismo inusitado a directivos que han sido muy críticos del gobierno, como por ejemplo Daniel Pelegrina, titular de la Sociedad Rural, que ese mismo día estaba manifestando en el «banderazo» y denunciando un intento de avance sobre la propiedad privada.

Por otra parte, Alberto confió ese día a los empresarios sus ideas para la reactivación de la economía y además tomó nota de las propuestas que le arrimaron algunos de los dirigentes -como el del blanqueo impositivo destinado a financiar un plan de vivienda-. Tanto que en los últimos días los propios empresarios hicieron de voceros sobre el plan que está a estudio en los despachos de los funcionarios.

El acercamiento de Alberto Fernández a los empresarios encendió alertas en el kirchnerismo duro

El acercamiento de Alberto Fernández a los empresarios -evidenciado en el acto del 9 de julio- encendió alertas en el kirchnerismo duro

Cristina no estuvo en ese acto, ni tampoco elogió el discurso del Presidente en contra de los «odiadores seriales» ni emitió opinión sobre las bondades del plan económico que empieza a esbozarse. Pero su señal más clara al respecto se vio ayer, cuando elogió públicamente en su cuenta de Twitter un artículo de análisis político de Alfredo Zaiat, economista y periodista del diario Página 12.

No es la primera vez que Cristina recomienda la lectura de una nota, aunque sí es la primera vez que se muestra de acuerdo con un artículo que va absolutamente en contra de la orientación política que Alberto Fernández le está imprimiendo a su gestión.

«El mejor análisis que he leído en mucho tiempo. Sin subjetividades, sin anécdotas. En tiempos de pandemia, de lectura imprescindible para entender y no equivocarse«, escribió Cristina, en referencia a la nota titulada «La conducción política del poder económico».

Techint, Clarín y la advertencia a Alberto Fernández

En esa nota, Zaiat advierte sobre lo que considera un riesgo de confusión que puede condicionar al Gobierno. Señala que en su celo por transmitir una imagen componedora y de cerrar la grieta política, el Presidente no advierte que determinados actores de la sociedad siempre se opondrán a cualquier plan de reformas que implique una drástica redistribución de la riqueza.

«Ir a su búsqueda (a la de los empresarios) con la expectativa de encontrar lo que alguna vez fue para sumarlo a un proyecto de desarrollo nacional, como si nada hubiera pasado en este tiempo, sólo entregará otra decepción», advierte Zaiat.

Y afirma que, salvo excepciones como la del grupo Arcor, de la familia Pagani, el resto de las empresas con las Alberto Fernández espera contar para diseñar un plan de reactivación de la economía tiene intereses contrapuestos a los de un modelo de industria alineada con el desarrollo nacional, como el que propone el Gobierno.

«Casi todos los integrantes del bloque de poder concentrado están cada vez más alejados del destino del mercado interno, operan en áreas monopólicas o con posiciones dominantes y están subordinados a la valorización financiera de sus excedentes, los cuales en gran parte son dolarizados y fugados», escribe Zaiat.

Y carga las tintas en particular sobre el grupo Techint, liderado por Paolo Rocca, y el multimedios Clarín. Recuerda que Techint está diversificado a nivel internacional y tiene sedes legales y fiscales fuera de Argentina, lo cual el autor interpreta como una falta de compromiso con la economía nacional y con el desarrollo de un mercado interno. Te puede interesar

El artículo elogiado por Cristina señala a Paolo Rocca, de Techint, como líder de la oposición al Gobierno

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«Cuando gran parte de los patrimonios de ese núcleo de empresarios poderosos está en el exterior, ya sea en propiedades, empresas, activos bursátiles o capitales líquidos, y su principal actividad se encuentra en servicios monopólicos o producción de materias primas exportables, su propio destino queda escindido del general», señala.

Según Zaiat, se equivoca quien no entienda que Techint y Clarín son los verdaderos líderes de la derecha argentina y que logran que el resto de las agremiaciones del empresariado argentino le resulten funcionarles.

Argumenta que el multimedios Clarín está promoviendo el clima político de enrarecimiento del clima social, al exacerbar la crítica a la cuarentena y las denuncias sobre una voluntad autoritaria del Gobierno.

Pero, además, advierte que las críticas que se realiza desde los medios a los «empresarios K» –de los cuales Lázaro Báez y Cristóbal López fueron los principales exponentes- no se funda en el hecho de que éstos hayan evadido impuestos o sean sospechados de corrupción, ya que el resto del empresariado no sería libre de esos pecados.

Por el contrario, sostiene: «El conflicto al interior del poder económico se originó, por un lado, en la puja por ver quién se queda o domina el manejo de ciertos negocios en sectores de elevada rentabilidad. Por otro, refleja el mecanismo habitual del poder económico para obturar el crecimiento de nuevos conglomerados que pueden poner en cuestionamiento el espacio que ocupan en el esquema de poder».

Un «influencer» en el universo K

En definitiva, el artículo elogiado y recomendado por Cristina como un análisis lúcido del momento político advierte que la búsqueda de apoyos y consensos no debe realizarse con cualquiera.

«Para que los costos devastadores de la actual crisis no sean en vano, la política económica de la recuperación no puede quedar depositado en ganar la confianza de los empresarios del G-6. Puede ser que esa invitación sirva en términos políticos, pero está probado que sus integrantes no tienen la vocación de ser un sujeto social activo en el objetivo de fortalecer un proyecto de desarrollo nacional», finaliza Zaiat.

A esta altura, ya puede afirmarse que el autor de la nota es uno de los economistas preferidos de la ex presidente y una de las personas que más influyen sobre sus opiniones de economía y política.

Ya en su segundo período de gobierno, Cristina había promocionado en un acto público el libro «Economía a contramano», donde Zaiat cuestionaba los postulados tradicionales de la ortodoxia económica.

Su influencia se ha notado, por caso, en las polémicas que Zaiat mantenía con los propios economistas del ala desarrollista del peronismo, que le aconsejaban a Cristina una devaluación para ganar competitividad. En aquella ocasión, Zaiat afirmaba que si cedía a esa tentación no sólo no resolvería problemas económicos sino que perdería votos en la elección legislativa de 2013. Cristina siguió su consejo, aunque de todas formas sufrió un fuerte revés electoral.

Luego, Zaiat fue un duro crítico del entonces titular del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, a quien acusaba de ser blando con los bancos y no regular lo suficiente. Tanto que, cuando sobre el final de su mandato Cristina echó al funcionario, el diario Página 12 tituló «Perdió la banca».

Ya con Alberto como presidente, Zaiat se ha constituido en uno de los líderes de la corriente crítica en la interna oficialista. Desde el inicio de la cuarentena reclamó al Gobierno una actitud firme que no escatimara en echar mano a la emisión monetaria y al déficit fiscal como herramientas para paliar las penurias económicas de la cuarentena.

Y advirtió sobre la tentación de un corte prematuro en los programas de asistencia social. Por otra parte, reclamó una actitud más decidida contra los grandes grupos, a los que ve como posible objeto de mayor presión impositiva.

Ahora, Cristina vuelve a darle un aval en público. Un gesto elocuente sobre la opinión de la ahora vicepresidente y todo una señal sobre la influencia creciente de Zaiat en el universo K. Tal vez, desde aquella ocasión en que Víctor Hugo Morales la convenció de pasar sus ahorros de dólares a pesos para mostrar coherencia con su discurso, ningún otro comunicador había llegado a ejercer tanta influencia en la ex presidenta.

f:IProfesional