Cuánto dinero se necesita en la actualidad para comprar los alimentos que en 2017 se adquirían con $1.000
Un informe privado analiza la evolución de los precios de algunos productos de consumo básico y grafica la pérdida del poder adquisitivo de la moneda nacional
En los últimos cinco años los alimentos y bebidas tuvieron aumentos por encima de la inflación general: Bloomberg
Desde diciembre de 2017 hasta hoy, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 1.270%, pero el rubro de “alimentos y bebidas” se incrementó 1.435%, según la medición del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
De acuerdo a un informe elaborado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), la inflación de los alimentos por encima del promedio no es un problema de una cadena específica o de un producto en particular. Por el contrario, es algo que afecta a todos los sectores.
“Para comprar hoy lo que comprábamos con $1.000 en alimentos y bebidas en diciembre de 2017 hoy necesitamos más de $15.300″, comentó Pisani Claro, economista de la institución.
El estudio toma como base a diciembre de 2017 porque el billete de $1.000 recién se estrenaba en ese momento. “Si llevamos a la discusión de los nuevos billetes, vemos que por lo menos necesitaríamos uno de cerca de $15.000 para que tenga el mismo poder de compra que tenía el de $1000 cuando recién salió”, reafirmó el economista David Miazzo.
Canasta testigo
Aunque los porcentajes son claros, los aumentos de precios se ven con mayor facilidad cuando se hace un seguimiento de algunos productos específicos. Para ponerlo en números, FADA detalló cuánto costaba hace cinco años comprar una serie de productos para que cuatro niños realicen una pijamada en las vacaciones de invierno y, lógicamente, cuánto cuestan los mismos productos hoy.
“Planteamos una juntada a dormir para 4 niños, aprovechando que estamos en vacaciones, ¿Cuánto nos saldría prepararles unas hamburguesas completas con papas, gaseosa, helado y algunas golosinas hoy y cuánto salía en 2017? En diciembre de 2017 eso nos costaba $980 y hoy nos sale $13.320, es decir, el número se multiplicó por 13″, explicó Natalia Ariño, economista del organismo.
“Llevado a algunos productos concretos, en esos años perdimos la capacidad de comprar 50 kilos de papas, 26 paquetes de pan, 14 paquetes de hamburguesas, 50 paquetes de caramelos y 28 docenas de huevos”, ejemplificó Ariño.
Para realizar el cálculo se tomaron en consideración los precios para el Gran Buenos Aires obtenidos del Índice de Precios al Consumidor (elaborado por Indec) y los precios publicados en sitios web de supermercados. “Analizamos cuántas unidades de un producto seleccionado se podían comprar con $1.000 en diciembre 2017 y cuántas se puede comprar actualmente, mostrando el efecto de la inflación y la pérdida de valor de los pesos”, explicaron.
Cómo revertir la situación
Desacelerar la inflación es un objetivo central para el Gobierno de turno y también para los candidatos presidenciales. Los economistas de FADA afirmaron que hay formas de “tratar” controlar los aumentos de precios. En detalle, apuntan a que hay que tomar medidas en tres ejes: emisión de pesos, equilibrio fiscal y confianza en la economía del país.
Los especialistas advierten que debe haber una reducción de la emisión monetaria, acompañada de un ajuste del gasto público. REUTERS
“No alcanza con abordar uno de esos tres frentes, sí o sí hay que encarar los tres focos para que funcione”, advirtió Miazzo. “Hay que dejar de imprimir pesos. El problema no son los precios, son los pesos y su pérdida de valor”, agregó.
De acuerdo con los especialistas, para dejar de imprimir pesos es necesario contar con equilibrio fiscal. “Este es el segundo punto: los gobiernos tienen que dejar de gastar más de lo que recaudan por impuestos. No hay otra opción que controlar el gasto público para controlar la inflación”, insistieron.
El último punto es generar confianza en la moneda. “Los pesos, como cualquier moneda, son un papel impreso, y su valor está determinado por la confianza que genera el país que lo imprime”, explicó Ariño.
“Por esto, la solución pasa también por generar confianza en la salud y el rumbo de la economía de un país. Para ello, es necesario un plan económico consistente que sea capaz de ir solucionando los grandes desequilibrios macroeconómicos del país”, completó Miazzo.
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