jueves, marzo 28

Desaparecer para ganar la elección o para cuidar la investidura

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La estrategia de dosificar las apariciones públicas que ejecutaron el presidente y la vicepresidenta post PASO se expone a una doble lectura: la intención de relanzarse alejados de la derrota de septiembre, o bien la de proteger su legitimidad para el resto de us mandato

El baldazo de agua fría que implicó la derrota electoral del oficialismo en las PASO generó una crisis política que no solo les costó el puesto a algunos funcionarios sino que condicionó la presencia pública de los mariscales de la derrota desde el fatídico 12 de septiembre. Casi de forma orquestada, los candidatos a diputados bonaerenses Daniel Gollán, Victoria Tolosa Paz; el ahora canciller, Santiago Cafiero; la vicepresidente, Cristina Kirchner; y el presidente, Alberto Fernández, desaparecieron de la escena pública como si se tratara de políticos retirados.

Inmediatamente resueltos los cambios en el gabinete, el Gobierno comenzó con una catarata de anuncios económicos, en un intento por reconquistar al electorado de cara a las elecciones generales de noviembre, pero con la particularidad de que ninguno de los mencionados anteriormente estaba presente; como si la nueva estrategia de comunicación del Gobierno fuera vincular noticias “positivas” a caras nuevas, ya que las caras viejas están cargadas de una negatividad irremontable por estos días y que solo el correr de las semanas en las sombras podrá alivianarlas de esa carga. Sin embargo, la cercanía que hay con los próximos comicios tampoco asegura que esto ocurra.

El claro ejemplo es del jefe de Gabinete, Juan Manzur, quien sí figuro en cada uno de los anuncios al punto que un extranjero que se hubiera puesto a seguir la política argentina esta última semana creería que el ex gobernador tucumano es el presidente y no Alberto Fernández.

En Twitter el ostracismo fue total, tanto presidente y vice se caracterizaron por ser muy activos en la red social del “pajarito”, pero durante los últimos días redujeron sus interacciones al mínimo más allá de algún posteo protocolar.

La intención fue airear las imágenes de los mencionados referentes políticos para hacer un corte entre lo que fueron las PASO y este relanzamiento de gestión; reaparecer ya con la derrota ausente en los temas de agenda y cuando las nuevas caras con los anuncios bajo el brazo le den una nueva imagen al Gobierno.

Recién volvieron a la escena política oficialmente en la tarde del jueves en un acto político con anuncios para el sector rural donde también buscaron dar una imagen de unidad luego del escándalo por las presentaciones masivas de renuncias y la posterior carta de la vicepresidente donde “apretaba” a su propio compañero de fórmula a la vez que acusaba a a su mano derecha de estar detrás de operaciones mediáticas en su contra.

Sin embargo, nada asegura que en las próximas semanas que restan hasta las elecciones generales vuelvan a tener un rol activo como lo hicieron hasta ahora. El kirchnerismo lleva adelante la curiosa estrategia de querer dar vuelta una elección sin la presencia de sus principales referentes y que a priori tienen el caudal de votos para apuntalar las postulaciones de sus candidatos.

Si esta forma de comunicación continuara más allá de la crisis post PASO, la atenuación de sus apariciones públicas podría estar escondiendo otra razón: puertas adentro ya reconocieron que la elección es irremontable por lo que ahora lo más importante es desvincular el comicio legislativo de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Una nueva derrota podría continuar minando su legitimidad complicando el resto de su mandato por lo que hay que evitar que dichos resultados tengan alguna vinculación directa con el binomio presidencial.