jueves, abril 25

¿Dólar blue o plazo fijo?: cuál es la inversión que se perfila ganadora de acá a fin de año

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Con un dólar planchado y la inflación al acecho, la decisión del BCRA de subir las tasas de interés cambia el escenario para la toma de decisiones

En su última reunión de Directorio, el Banco Central de la Republica Argentina (BCRA) decidió subir las tasas de interés de referencia. Con esta decisión intenta hacer frente, al menos con los instrumentos que tiene a su alcance, a una inflación que lejos de ceder, parece tomar mes a mes más fuerza.

A partir de este miércoles los plazos fijos de hasta $10 millones, que comenzaron el año con un rendimiento del 37% anual y que en una primera corrección había subido al 41,5%, ahora con esta suba de 200 puntos básicos trepa hasta el 43,5%, por lo que su rendimiento efectivo se elevará al 53,3% anual.

Esta suba de la tasa de interés puede convertirse en un estímulo para aquellos depositantes que buscan protegerse de la inflación y por ende desalentar a quienes se ven tentados por la opción dólar blue, pero en un escenario en el que reina la incertidumbre, cualquier decisión está sujeta a todo tipo de dudas.

Esta suba de la tasa de interés puede convertirse en un estímulo para los depositantes que buscan protegerse de la inflación

¿Quién gana la carrera: el dólar o el plazo fijo?

Para responder a esta pregunta, que es la que se formulan miles de pequeños ahorristas que mes a mes deben decidir que hacer con su capital, es necesario realizar un pequeño ejercicio en el que se deben combinar varios factores: tasa de interés del plazo fijo, dólar mayorista futuro y la brecha que separa a la cotización del tipo de cambio oficial con el blue.

A partir de este «combo», en el que se da como cierto que tanto la tasa como los futuros se mantendrán sin variantes, el paso siguiente es tratar de establecer cuál será la brecha para los próximos meses. En este caso, se optó por una optimista (70%), una similar a la actual (80%) y la pesimista, que trepa al 90 por ciento.

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Los resultados obtenidos luego de hacer jugar estas variables, que en el mejor de los casos tienen como objetivo establecer cierta pauta de comportamiento, son los siguientes:

Plazo fijo: si un depósito que se constituye a principios de abril se renueva a la tasa de interés actual hasta fin de año, se habrá obtenido un rendimiento del 37 por ciento.

Dólar blue: si el precio actual, en torno de los $200 / $202 corre al mismo ritmo que la tasa, a fin de año su precio sería de $275, para lo cual es necesario que la brecha se mantenga estable en torno al 80 por ciento (+36%).

Si en cambio, la misma se reduce al 70% claramente el dólar blue quedaría en desventaja frente a la tasa de interés, pues arribaría a fin de año a un precio cercano a los 260 pesos por unidad (+28%).

Por el contrario, si la brecha se elevara, a manera de ejemplo, al 90%, ya se ubicaría alrededor de los 290 pesos, por lo que en este caso sí aventajaría claramente al rendimiento del plazo fijo (+43%).

El avance de los precios genera incertidumbre en los inversores

Un tercero en discordia: el avance de los precios

A este juego de variables debe sumarse un tercero fundamental que es el avance implacable de los precios.

Si bien en el comunicado en el que se anuncian los incrementos de las tasas se sostiene que los mismos tienen como objetivo «establecer un sendero de tasa de interés de política de manera de propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local y de preservar la estabilidad monetaria y cambiaria», todo indica que aún queda mucho camino por recorrer para alcanzarlo.

El motivo es que si se comparan los rendimientos que surgen de esta última corrección con las expectativas del mercado más optimistas que están reflejadas en el REM que elabora la propia autoridad monetaria, la inflación de 2022 va a ser 55%. Es decir que, si se toma el pronóstico del REM, la tasa actual está 2 puntos abajo. Pero si se toma como estimación una inflación de 60% para 2022, la tasa de interés está nada menos que 7 puntos abajo.

Entonces, quien ahora suma la variable inflación deberá tener en cuenta otra alternativa: los plazos fijos ajustados por UVA.

Si se toma como referencia una inflación anual del 55% y se descuenta la correspondiente al primer trimestre, del orden del 14,5%, el remanente para el resto del año sería del 35%. Con este porcentaje, el resultado sería unos dos puntos menor que el de un plazo fijo tradicional y en términos de blue, similar al que se obtendría si la brecha fuera levemente inferior al 80 por ciento. Dicho de otra manera, al fin del periodo se podría adquirir un dólar de 271 pesos.

En cambio, si la inflación trepara el 60% anual, de aquí a fin de año el acumulado sería del 40%. En este caso, un plazo fijo UVA superaría en tres puntos porcentuales a uno tradicional e igualaría a un blue de $282, con una brecha del 85 por ciento.