jueves, abril 18

Dólar soja: el Gobierno recauda, pero crece la preocupación por los daños colaterales

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Además de la inflación, por la emisión que implica adquirir los dólares del campo, hay más efectos adversos de la medida

El ritmo de liquidación de la soja tras el anuncio de un dólar soja a $200 dejó un dato alentador para el Gobierno y las expectativas que se habían fijado en el equipo del ministro de Economía Sergio Massa.

En la primera semana de vigencia de la medida se acumularon ventas por unos 4 millones de toneladas –el Gobierno afirmó que había unos 30 millones de toneladas de soja sin vender, un número que para analistas del mercado granario es más cercano a los 22 millones– y eso se tradujo en unos US$ 1.660 millones que pudo comprar el Banco Central de la República Argentina (BCRA) para engrosar sus reservas. Si se restan las ventas –unos US$ 600 millones– las reservas del BCRA tuvieron un plus de poco más de US$ 1.000 millones.

En ese sentido, la medida aparece como eficaz: logró motivar la decisión de venta de los productores que con un mejor precio, pero con la cosecha finalizada, usarán los pesos extras para anticipar compras de insumos, maquinaria u otros bienes para la próxima campaña.

Aun así, siempre hay un pero. El impacto de una intervención tan aguda y directa en un mercado, va a generar el movimiento de otras piezas, repercute en otros mercados con los que la soja se vincula y también con otras variables de la macro.

Estos son algunos de los efectos. Sube y baja de la soja. Antes de la medida del dólar soja la tonelada del poroto con descarga inmediata se pagaba $ 50.670. El nuevo valor implicó un desdoblamiento del tipo de cambio para ese mercado y dejó el precio, en las primeras horas de la vigencia de la medida, en torno a los $ 72.000 la tonelada. Pero la fuerte liquidación que se acumuló durante la semana terminó desplomando los precios. Primero recortó a $ 70.000, luego a $ 69.000 y cerró el viernes a $ 67.000.

Más inflación. Los dólares que genera la liquidación de la soja es la recompensa que buscaba el BCRA que necesita hacerse de divisas para alimentar sus escuálidas reservas. Pero esos dólares se compran con pesos y para ello el Gobierno recurre a la emisión, lo que puede terminar acelerando la inercia inflacionaria que, desde hace tiempo, está en una dinámica cada vez más dañina y difícil de controlar.

Desde la consultora de mercado Quinquena detallaron el posible costo de la medida en términos de emisión. Señalan que si se compran los esperados US$ 5.000 millones, con un impacto neto en reservas de US$ 2.000 millones, el efecto monetario sería de $ 588.400 millones. A estas fuentes de emisión hay que sumar el pago de intereses de Leliq y pases, previsto para el mes que, bajo el nuevo nivel de tasas de interés, rondaría los $ 380.000 millones.

Esto implica que en total en el mes el BCRA estaría inyectando casi $ 970.000 millones nuevos en el mercado. En términos de base monetaria, esta emisión equivale a 22,5 puntos. La decisión de instrumentar este nuevo esquema tiene un impacto monetario altamente significativo”, señalan.

Desde la fundación FADA, el economista David Miazzo apunta: “Sin duda va a generar algún impacto en la inflación porque requiere de mayor emisión. Lo que demuestra esta medida es que va a ser eficaz en términos del objetivo de incrementar las reservas, pero servirá por uno o dos meses. Y tiene costos importantes. Esto pasa cuando no hay reglas claras, no se incentiva la inversión y la producción. Se avanza con una medida que es un parche excepcional y que no resuelve los problemas de fondo”.

Es una medida inconsistente desde la macroeconomía. Lo único que logra el Gobierno es hacerse con un colchoncito de dólares para hacer frente a una devaluación que es inevitable a esta altura. Solo resta ver cuándo llegará”, afirmó.

Distorsión de precios. El incremento del valor de la soja, que escaló este mes, generó también un fuerte aumento para los alimentos que consumen los ganados porcino, aviar y vacuno que demandan harina de soja. El efecto dominó del aumento de costos, también impacta en la producción de leche y huevos.

Cómo se alquila. Otro efecto de la medida es que genera mucho ruido a la hora de definir el costo del alquiler de los campos, aunque no se dediquen a la producción de soja. El valor de los alquileres siempre se referencia en quintales de soja, con la pizarra de Rosario. Pero el nuevo precio de la soja a valor ‘dólar soja’ dista mucho del que había en agosto y nadie sabe qué pasará en octubre o noviembre, si es que la medida no se mantiene.  “Movieron todos los precios y no sabemos qué hacer. La verdad que así es muy complicado”, expresó un productor local.

Daños colaterales va a haber. No hay ninguna medida de devaluación, aunque sea parcial, que no tenga consecuencias de aumento de precios. Es imposible evitar la suba cuando vos devaluás y acá la devaluación es fuerte, es un 40% largo. En economía el almuerzo gratis no existe”, sintetizó un analista del mercado agrícola.