Economía electoral: alertan por una aceleración de la inflación durante el verano

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El aumento del gasto público durante las elecciones es visto con desconfianza por el mercado que ve un mayor aumento de la inflación

Con el objetivo de revertir el resultado de las PASO, el Gobierno esta dispuesta a poner la “platita” en los bolsillos suficiente para incentivar más el consumo, aunque sin medir las consecuencias. En este sentido, no es casual que todos los días surjan anuncios con nuevas medidas económicas para lograr torcer la imagen negativa que han construido en el último año. Sin embargo, toda medida tiene su costo: la fuerte emisión monetaria presionará sobre los precios y también genera mayor tensión cambiaria.

Algunas señales ya empiezan a evidenciarse: el número del próximo IPC que difundirá el Indec será mayor al de agosto (2,5%), aunque todavía estiman que será por debajo del 3%.

Lo cierto es que los efectos de esta emisión monetaria con fines electorales comenzarán a verse con dureza en algunos meses. A los plazos normales que demora el impacto, se debe sumar que diciembre es un mes con una alta demanda de pesos, por lo que el recalentamiento de la inflación llegará a la par de los meses más calientes del verano argentino.

Sin embargo, la desconfianza en el Gobierno sigue siendo un problema para Casa Rosada. En el último relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), divulgado por el Central evidencia que lejos de mejorar estas se van deteriorando: los economistas y consultores ya calculan una inflación de 48,6% para el 2022, unos 2,5 puntos porcentuales más de lo que esperaba hace apenas un mes.

Un informe de la Fundación Mediterránea apunta en ese sentido: “Es esperable que, en virtud del proceso electoral, el Gobierno apunte a redoblar estímulos por el lado de la demanda. Se discute un “paquete electoral” del orden de los $ 250.000 millones a ser aplicado entre lo que queda de octubre y la primera mitad de noviembre. Sin embargo, el riesgo para el nivel de actividad surge de la posible aceleración de la tasa de inflación, como derivación de sobreestímulos fiscales y monetarios”, plantea.

En esta línea, el informe sostiene que los meses más duros de inflación en 2021 ocurridos entre enero y marzo, cuando se registró un alza de precios que promedió el 4,15% “puede volver, corregido y aumentado, hacia fin de este año, principios de 2022”.