Así lo relevó un informe de la consultora Analytica sobre las consecuencias económicas del coronavirus. En dos meses, explicó el reporte, el PBI argentino cayó 25%.
De todas formas, continuó, el ritmo de destrucción de empresas no fue distinta a las de otras crisis argentinas, aunque la pérdida de trabajos es superior.
“El COVID-19 no generó una devaluación de shock y, en consecuencia, la disminución de los salarios, medidos en dólares, no fue suficiente para frenar los despidos a pesar del tejido institucional reforzado por el accionar conjunto del Gobierno y la CGT”, explicó Analytica.
Según datos de AFIP recopilados por la consultora, entre marzo y mayo se destruyeron 285.000 puestos de trabajo registrados.
“Los datos son preliminares y representan un subconjunto del total de asalariados (solo los que aportan a Anses), que puede modificarse en revisiones posteriores”, aclararon.