jueves, abril 18

Efecto Vicentin: ahora todas las miradas apuntan a las silobolsas

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El avance sobre el enorme conglomerado implica también el reconocimiento de que la imposibilidad de ejercer un control sobre la exportación agrícola ha sido la gran piedra en el zapato del kirchnerismo

Puntos a considerar en materia de campo. El interés particular que despierta la intervención y probable estatización de Vicentin, un hecho que desde el kirchnerismo es visto como una forma de recuperar el control estatal es un “espacio estratégico”, donde el país no puede darse el lujo de que manden las fuerzas del mercado.

Según detalla iProfesional, el plan del Gobierno tiene un serio problema: no hay forma de que una eventual Vicentin estatal pueda imponerle reglas al resto del mercado.

Los máximos representantes de las empresas competidoras de Vicentin no pueden ocultar su fastidio, y mucho menos su preocupación por la decisión oficial de intervenir de manera directa en el poderoso mercado de granos. La expropiación de esa compañía no estaba en sus cálculos.

“Al contrario, después del acercamiento de Alberto Fernández a los empresarios líderes de la Argentina, nunca imaginamos esta resolución a la crisis de Vicentin”, confía uno de los representantes de esas empresas.

“Sí, estamos preocupados. Muy preocupados”, admite otro de los ejecutivos consultados por el citado medio. “¿A qué debemos atenernos? ¿A un Estado que vendrá, de la mano de Vicentin, a competir de igual a igual con nosotros? ¿O tendremos que esperar que haya medidas preferenciales a favor de la compañía estatal?”, razona.

En lo que va del año el aporte de la exportación agrícola fue de u$s6.900 millones, muy por debajo de los u$s8.500 millones que se había vendido a esta altura de 2019.

Y como la cosecha no tuvo este año complicaciones climáticas que disminuyeran su volumen, la conclusión de los funcionarios es que, como mínimo, hay en las silobolsas el equivalente a u$s1.600 millones más que lo que había el año pasado.

Los productores se defienden con el argumento de que ya se liquidó el 50% de la cosecha de soja, que es el número alineado con el promedio histórico para esta época del año. Y que si no se liquidaron más divisas fue por los malos precios del mercado global.