viernes, marzo 29

El 30% de los resfríos comunes son causados por 4 tipos de coronavirus: podrían ser decisivos para el covid-19

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El 30% de los resfríos comunes son causados por cuatro tipos de coronavirus

Varios equipos científicos están considerando que esas variantes del virus podrían ser decisivas en la eficacia con que el cuerpo responde al actual coronavirus que provocó la pandemia mundial.

El 30% de los resfríos comunes son causados por cuatro tipos de coronavirus, algo así como los “primos mayores” del SARS-CoV2: son una camada más vieja de la misma familia, sí, pero hay un punto en que no se parecen en nada. Cerca del 90% de la población se enfrentó a por lo menos tres de esos cuatro virus.

El paso de estos patógenos por nuestro organismo deja una marca. Esa cicatriz inmunológica hoy cobra especial protagonismo, ya que es capaz de reconocer al menos un pedacito del virus del Covid-19. Ese reconocimiento podría ser plenamente beneficioso al momento de combatir el patógeno. Sin embargo, como se explicará debajo, está penosamente matizado por un efecto “detrimental”.

Varios equipos científicos están considerando que esos cuadros respiratorios “altos” podrían ser decisivos en la eficacia con que el cuerpo responde al coronavirus. Aunque no está definido es si para bien o para mal.

El 30% de los resfríos comunes son causados por cuatro tipos de coronavirus.

El 30% de los resfríos comunes son causados por cuatro tipos de coronavirus.

Según el virólogo Jorge Quarlieri, además de la cuestión de la edad y las comorbilidades del paciente- esta variable (haber tenido otros coronavirus, y en consecuencia, contar con esa «marca inmunológica») explicaría un poco mejor la inentendible brecha entre el 80% de la población que transita el coronavirus casi sin notarlo, y el 20% que la pasa entre mal, muy mal o directamente no la pasa.

“Lo que está en juego es nuestra historia inmunológica: cómo puede influenciar de forma determinante en el curso de la infección, una suerte de biblioteca que se vuelve un condicionante, dando mayor o menor énfasis a la respuesta del organismo», dijo al diario Clarín, Quarlieri, quien es investigador de la UBA-Conicet, en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (INBIRS).

Puntualmente, «estas investigaciones hablan de cuatro coronavirus (OC43, HKU1, NL63, 229E) cuya prevalencia en la población es altísima, ya que causan resfríos comunes, que son de fácil contagio. Y la cuestión es que pueden haber generado una respuesta inmune celular adaptativa, que en este momento estaría dando una reacción cruzada contra el coronavirus”, resumió.

El cuerpo humano responde a los agentes externos de dos maneras. La sistematización quizás aburra, pero conviene seguirla para entender el fondo de la cuestión.

Está la respuesta inmune innata, “que carece de especificidad y memoria; es más bien una respuesta general a cualquier cosa extraña, como podría ser la acidez del estómago para terminar con los microorganismos de los alimentos”. Y cuando se reconoce el objetivo, cuando se visualiza un agresor, surge una respuesta inmune adaptativa, que es específica y tiene memoria. A su vez, se diferencia en dos “brazos”.

“De un lado está la respuesta inmune adaptativa humoral, que está en los ‘humores’, los líquidos del cuerpo. El ‘efector’ que lleva adelante esa acción inmunológica o antimicrobiana son los anticuerpos, proteínas solubles que viajan en nuestros líquidos. En este proceso participan los llamados linfocitos B”, detalló Quarleri.

Los otros coronavirus dejaron una cicatriz inmunológica

Los otros coronavirus dejaron una cicatriz inmunológica

Por otro lado hay un respuesta inmune adaptativa celular, la que nos importa ahora: “Está mediada fundamentalmente por linfocitos T, el componente que lleva adelante la acción inmunológica son células y los efectores que dan esa respuesta inmune son esos linfocitos en particular. Estos linfocitos T luego ‘ayudan’ a los otros, los linfocitos B, que intervienen en la generación de anticuerpos”.

“Lo que vieron estos investigadores es que en muchos casos de pacientes que no habían tenido coronavirus, al tomar sus linfocitos T y enfrentarlos en el laboratorio con pequeños pedacitos de proteínas del virus SARS-CoV2, la respuesta mostraba que había una memoria, como si esos linfocitos ya hubieran enfrentado el coronavirus en el pasado. Lo que pasó, en realidad, es que los otros coronavirus dejaron una cicatriz inmunológica, que en este contexto genera una reacción cruzada con el SARS 2”, explicó el especialista.

¿Se puede decir entonces que la mayoría de la población está más o menos “armada” para responder al nuevo coronavirus, en sintonía, tal vez, con el 80% de «leves y asintomáticos»? Quarleri dijo que sí, en principio, pero nada es tan lineal porque, al mismo tiempo, los investigadores reportan una reacción opuesta: un efecto adverso, “detrimental”, lo que Quarleri llamó “pecado original antigénico”.