miércoles, abril 24

El atentado a CFK cayó en la grieta y no mueve en la opinión pública

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Nota extraída de MDZ por Beto Valdez

A medida que fueron pasando los días desde el impacto que generó el intento de atentado contra la vicepresidenta y el oficialismo comenzó a tratar de sacarle rédito político, se empezó a percibir en la calle un creciente grado de escepticismo. No se registró un cambio de escenario

“Cómo puede ser que uno de los hechos institucionales más graves de las últimas décadas se termine naturalizando como si nada hubiera ocurrido”, comenta a MDZ con decepción una alta fuente del oficialismo. Mientras tanto, desde Juntos por el Cambio se quejan cada vez con más énfasis del “aberrante uso político que le está dando el Frente de Todos” al incidente del jueves.

A medida que fueron pasando los días luego del impacto que generaron las imágenes en la puerta del edificio donde vive Cristina Fernández de Kirchner, la grieta y la radicalización del cristinismo duro terminaron por devorarse un incidente muy grave que podría haber servido para encontrar consensos para bajar la tensión y la agresividad en el escenario político. Hasta ahora solo se ha registrado un fuerte impacto en la superestructura del Instituto Patria y La Cámpora, cuyos integrantes recibieron una inyección de ánimo que culminó en un creciente optimismo porque su jefa recuperó la centralidad política.

Pero en algunos sectores del ecosistema del oficialismo se percibe cierta decepción frente a los primeros números que se van conociendo respecto a la credibilidad de las agresión contra la vicepresidenta. “En el entorno de Cristina no terminan de entender que cuanto más agresivos se pongan contra la oposición, la Justicia y los medios, las consecuencias van a ser peores, así no hay victimización que funcione”, confiesa un intendente peronista del Gran Buenos Aires.

“La sensación térmica fuera de la superestructura política es que hay un universo mayoritario que descree de la veracidad del incidente”, comentan en forma reservada varios gobernadores del PJ. Son muchos los hombres de la política que manejan encuestas telefónicas y que obviamente no van a difundir porque el porcentaje de credibilidad sobre el atentado es realmente bajo.

“El viernes creían que habían dado vuelta el escenario y que habían vuelto a los picos de popularidad de 2011, pero al final movió poco el amperímetro por la grieta y las desprolijidades de la investigación judicial”, expresa un reconocido dirigente del PRO.

A su vez algunos encuestadores consultados por MDZ revelan en off the récord que “gran parte de la conmoción inicial se transformó en escepticismo por culpa de la sobreactuación de Alberto Fernández, el feriado y la nueva obsesión K contra el odio”. Otro asegura que que el promedio de descreimiento está por arriba del 60%. Aducen que la poca transparencia de la investigación judicial, como lo que supuestamente ocurrió con el teléfono celular del detenido Sabag Montiel, fueron aumentando las dudas en amplios sectores de la opinión pública.

La sociedad está descreída y muy enojada con la política, coinciden la mayoría de los encuestadores. Todos los meses aumenta el malestar contra los dirigentes políticos, incluso los que tienen mejor imagen también se ven afectados por el enojo y la disconformidad. La coincidencia generalizada es que las peleas entre oficialismo y oposición, más la internas en cada espacio político, provocan malestar y en muchos casos indiferencia.