viernes, abril 19

El billete de $2.000 recién se estrena y ya es «viejo»: cuánto valor perdió desde que fue anunciado

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El billete de $2.000 empezó a circular pero el poder de compra se deterioró a pasos agigantados desde que fuera anunciado, en febrero pasado

El billete de $2.000 recién se estrena y ya es "viejo": cuánto valor perdió desde que fue anunciado

En estos días se empezará a ver en la calle el nuevo billete de $2.000, la nueva referencia de máxima denominación que tiene la Argentina que comienza a circular con el «pie izquierdo», debido a que, a causa de la inflación, ya perdió más de 20% de su poder adquisitivo desde que se anunció su lanzamiento a inicios de febrero pasado hasta el presente. Y las críticas abundan respecto a la decisión oficial de no emitir cifras más altas.

Esto quiere decir que el billete de $2.000 en realidad hoy debería ser de $2.500 si se pretendiera mantener el poder adquisitivo de febrero, cuando fue anunciado, debido a que con el tiempo fue perdiendo valor de compra por la suba tan alta que arrastran los precios de la economía en este 2023.

«Si se consideran los pronósticos de inflación de mayo, la actual mayor cifra monetaria que se anunció hace casi 4 meses debería ser equivalente a un billete de $2.500 a pesos de hoy. O bien, es lo mismo a decir que a pesos de febrero, hoy estamos llegando con un billete que vale un 20% menos que, en definitiva, sería $1.600», resume a iProfesional Salvador Vitelli, economista de Romano Group.

Además de la pérdida constante de valor de esta nueva máxima denominación por una inflación que ya tocó el 8,4% mensual en abril, se agrega otro dato no menor que tiene que ver con el bajo poder de compra que tiene el billete de $2.000. Es que ni siquiera alcanza para comprar un kilo de determinados cortes de carne, un kilo de helado artesanal, o una docena de facturas en una panadería selecta.

Por lo que se considera que su salida a la calle será un «paliativo» para utilizar la mitad de la cantidad de billetes que se emplean de los $1.000, pero igual para las operaciones cotidianas sigue quedando chico y alcanza para adquirir muy pocos bienes de consumo diario. 

De hecho, la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA) acaba de publicar un duro comunicado en el que afirma que «la decisión del gobierno nacional de emitir y poner en circulación un billete de 2.000 pesos no resuelve el serio problema transaccional que atraviesan los comercios en su actividad diaria, aquejados por una gran circulación de dinero en efectivo que eleva los costos operativos».

Algo que grafica esto es que este nuevo ejemplar representa en dólares apenas a u$s4 al tipo de cambio libre. Una cifra muy baja si se considera que en algunos países de la región su moneda de mayor denominación equivale a más de u$s25.

A datos oficiales de inflación de abril, hoy el billete de $2.000 representa el poder de compra de $2.350 de febrero pasado, cuando fue anunciado.

A datos oficiales de inflación de abril, hoy el billete de $2.000 representa un poder de compra de $2.350 de febrero pasado, cuando fue anunciado.

Billete de $2.000: qué valor puede representar en 12 meses

Ahora bien, a este ritmo tan alto de inflación, en el que algunos economistas consideran que los precios pueden acumular un alza de hasta 200% en los próximos 12 meses, el poder de compra del billete de $2.000 seguirá en caída libre.

«Si consideramos las estimaciones del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), que confecciona el Banco Central, los datos más optimistas prevén una suba del IPC nacional no superior al 109,5% para los próximos 12 meses. Esto quiere decir que, dentro de un año, a valores actuales, el billete de $2.000 gozará de un poder de compra de $955», dice a iProfesional Andrés Méndez, director de AMF Economía.

En tanto, los analistas con proyecciones más pesimistas sostienen que la inflación de los próximos 12 meses tendrá un «piso» de 195,4%, situación que colocará al billete de $2.000 en un poder de compra más cercano a la actual unidad de $500.

«Podríamos estar en presencia de un fenómeno por el cual el poder adquisitivo del billete de $2.000, que en hoy accede a tres unidades de un producto de la canasta básica, se reduzca a una sola unidad en mayo de 2024 si las previsiones más pesimistas se concretan», resalta Méndez.

En resumen, de acuerdo a la publicación del último índice precios al consumidor (IPC) nacional de 8,4%, que correspondió a abril, las estimaciones más «realistas» pueden indicar que en los próximos 12 meses se registrarían sucesivos aumentos de precios equivalentes al observado al mes pasado.

En este caso, la inflación anual se ubicaría en 163,3%, un nivel algo menor que el de los pronósticos «muy pesimistas» del REM, pero «no por ello menos gravoso en términos de deterioro de poder de compra del billete», advierte Méndez.

Según las distintas proyecciones de inflación, en los próximos 12 meses un billete de $2.000 puede terminar a equipararse, a valores actuales, a un papel de $500.

Según proyecciones de inflación, en los próximos 12 meses un billete de $2.000 puede terminar a equipararse, a valores actuales, a casi uno de $500.

Billete de máxima denominación necesario

Si bien el actual nivel de inflación es muy elevado, un gran número de economistas está considerando que la aceleración de precios sería más alta en los primeros meses del 2024 con el nuevo Presidente de la Nación y sinceramiento de algunas variables atrasadas. Por ende, de una u otra manera, el billete de $2.000 no resulta la solución necesaria para resolver el problema de manejo de efectivo necesario para compras cotidianas. Y muchos sectores solicitan denominaciones más altas.

«Que el billete recientemente emitido pierda entre un 34% y 43% de su poder de compra en los próximos siete meses de vida refleja la intensidad del proceso inflacionario doméstico. Es decir, a un país limítrofe que acumule una inflación promedio del 7% anual, le llevaría 8 años (96 meses) registrar un deterioro de su moneda de similar magnitud que la prevista por aquellos analistas más pesimistas consultados en el REM», resume Méndez a iProfesional.

En cuanto al billete de mayor denominación necesario, para los economistas lo más urgente es emitir papeles de $5.000 y $10.000.

«La verdad que han quedado muy ´cortas´ las denominaciones actuales. Si uno pensase en qué billete de mayor denominación podrían estar sacando, uno de $10.000 no sería mala opción. En ese caso, las autoridades también tendrían que imprimir uno intermedio de $5.000, que seguramente lubricarían bastante las transacciones», opina Vitelli.

En este sentido, se pone en el centro de escena otro factor: hasta ahora el Gobierno no tuvo intención de emitir mayores denominaciones debido a que, por los distintos comunicados del Banco Central, prefiere fomentar la digitalización de los pagos de productos y servicios tanto por su practicidad como también para evitar la economía informal.