martes, abril 16

El chofer del micro que volcó en la ruta 2, más complicado: la principal hipótesis que siguen los investigadores

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  • 2019-11-29

Eran alumnas de sexto grado de una escuela de Benavídez y viajaban a San Clemente del Tuyú. Otra chica sufrió una amputación. El conductor quedó detenido.

Un viaje educativo a la Costa Atlántica terminó en tragedia para los alumnos de sexto grado de una escuela de Benavídez. Dos nenas murieron como consecuencia del vuelco de un micro en la ruta 2 que transportaba al contingente de estudiantes, de entre 11 y 13 años, hacia la ciudad de San Clemente. 

El hecho se produjo a las 6.15 de este jueves a la altura del kilómetro 141 de esa autovía, cerca de la localidad bonaerense de Lezama.  Los alumnos son de la escuela primaria Nº 41 de Benavídez, partido de Tigre, en el norte del GBA, e iban al parque acuático Mundo Marino, en San Clemente del Tuyú. Fuentes policiales informaron a Clarín que trabajaron en la zona dotaciones de bomberos y ambulancias de Lezama con situaciones muy complejas.

De acuerdo a fuentes oficiales, en el micro viajaban 52 personas: 44 alumnos, seis docentes y los dos choferes. Las nenas que murieron fueron identificadas como Delfina Del Bianco, de 11 años, y Mía Soledad Morán, de 12.

Al hospital de Chascomús ingresaron 30 heridos, tres de ellos estado grave que fueron trasladados. Al de Lezama, siete chicos, uno grave. Además, en la UPA Lezama, el centro médico ubicado a la vera de la autovía, asistieron a otras diez personas, de los cuales derivaron tres a otros centros. Los dos casos más graves fueron trasladados al hospital El Cruce de Florencio Varela y al Eva Perón de San Martín. En la institución de San Martín, una nena de 12 años sufrió la amputación de su brazo izquierdo, según confirmaron fuentes del Ministerio de Salud de la Provincia: permanece internada con pronóstico reservado. Esas mismas fuentes explicaron que, en el Hospital de Niños de La Plata, un nene de 11 años está fuera de peligro pero con un brazo «muy comprometido».

Este jueves a la mañana, la escuela funcionó como el centro de reunión de padres y familiares, conmocionados y con incertidumbre por sus hijos. Hacia media mañana, las autoridades no habían podido aún consolidar el listado de en qué hospital estaban internados los heridos, por lo que se vivió mucha angustia. Algunos chicos llegaron a avisarles por WhatsApp a sus papás lo que había sucedido. Otros, como el padre de una de las chicas que falleció, se enteraron allí de la peor noticia. Los familiares estuvieron contenidos por un equipo de psicólogos de la Dirección de Escuelas bonaerense.

El conductor del ómnibus, Alberto Gustavo Maldonado, de 48 años, quedó detenido, acusado de homicidio culposo agravado, un delito que prevé una pena de entre tres y seis años. Se le realizó el test de alcoholemia al igual que su acompañante, Juan Carlos Guilenone (69), y a ambos les dio resultado negativo. Fuentes de la investigación explicaron que las pericias toxicológicas completas de Maldonado estarán disponibles en aproximadamente una semana.

Esas mismas fuentes precisaron que la huella que el micro dejó en el pasto y en la banquina hacen presumir que ocurrió una maniobra riesgosa, y que eso la conducción imprudente de un vehículo automotor ya es contemplada como agravante. A la vez, la existencia de más de una víctima fatal también agrava la calificación del delito.

Las fuentes de la investigación precisaron que, a los fines de la imputación, no hace falta determinar si la mala maniobra surgió porque el chofer se quedó dormido o, por ejemplo, se distrajo con el teléfono celular, ya que las pericias preliminares accidentológicas dan cuenta de que hubo negligencia. El teléfono de Maldonado fue incautado y será peritado. El imputado permanece aprehendido y será indagado este viernes: en caso de no tener antecedentes, probablemente será excarcelado a la espera de la resolución judicial del caso.

El lugar donde se produjo el accidente es la llamada “curva de Altamirano”, que no es peligrosa o muy cerrada. Las condiciones de visibilidad al momento del vuelco eran buenas y también está en buenas condiciones ese tramo de la ruta. Pocas horas después del accidente, el fiscal general de Dolores, Diego Escoda, anticipó que la principal hipótesis es que el micro mordió la banquina, el chofer intentó reacomodarlo y volcó. Eso fue lo primero que dijo Maldonado.

El informe preliminar de las pericias confirmó esta línea de la investigación y señaló que esa situación, que el auto se fuera a la banquina izquierda, no se habría producido por un exceso de velocidad. El análisis del tacógrafo del ómnibus determinó que en todo su recorrido nunca superó 100 kilómetros por hora. La causa apunta entonces a una «distracción del conductor», que «podría haberse quedado dormido». El chofer quiso corregir su mala maniobra y quedaron marcas de frenado en el asfalto: el micro pegó contra el alcantarillado, perdió adherencia al piso y cayó sobre el pavimento. El rodado quedó atravesado sobre la traza de la ruta.

“Vi el momento en el que se dio vuelta el micro, pude frenar, bajé con mi compañero para tratar de ayudar a sacar a las criaturas, lo que más se podía: es un desastre”, contó Andrés, un chofer que circulaba justo detrás del micro y se detuvo a ayudar.

El ómnibus, un Mercedes Benz patente FXU403, es de doble piso, un tipo de vehículo cuestionado por los especialistas en seguridad vial por su inestabilidad en las rutas. Pertenece a Silvicard SRL, una empresa familiar con domicilio en Don Torcuato. Su propietario, Cristian González Wang, aseguró que Maldonado tiene un legajo intachable y que nunca antes registró un accidente ni una queja. También afirmó que los choferes cumplen con el descanso de 12 horas y que el micro pasó por todas la verificaciones técnicas y que «fue visado por la CNRT 13 veces”.

La Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) confirmó que el rodado tenía la revisión técnica y el seguro en vigencia. La última de las siete revisiones de estado que la unidad tuvo este año se realizó el 22 de octubre en la localidad de Bella Vista. Para pasar estas inspecciones, los micros deben tener los cinturones de seguridad correspondientes. Sin embargo, ninguna de las autoridades consultadas por Clarín pudieron confirmar cuántos de los integrantes del pasaje lo llevaban puesto. 

Desde la Dirección de Escuelas agregaron que esta «salida educativa» también había sido debidamente autorizada y que tanto la documentación del micro como la correspondiente a las autorizaciones de viaje de los alumnos por parte de sus padres estaban en regla, y que habían sido verificadas y autorizadas por las autoridades distritales.

Según contaron padres de los alumnos este jueves a la mañana en la puerta de la escuela, hace 36 años que desde el colegio organizan este viaje, que en realidad es la tercera etapa de un proyecto de salidas educativas que comienza en Tecnópolis y finaliza en Mundo Marino con el cierre del año. En este caso, tenían previsto llegar el jueves, pasar la noche en San Clemente y regresar el viernes.

El viaje, señalaron los familiares, es financiado en parte por la Municipalidad de Tigre. Los alumnos toman esta excursión como su viaje de egresados, y para muchos chicos de este barrio de clase trabajadora de Benavídez, es su oportunidad para ver por primera vez el mar. Pero este sueño quedó trunco por el drama.