El cura Rosa Torino llega a juicio por tres denuncias de abuso sexual

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Es el primer responsable de un instituto religioso que debe afrontar a la Justicia. Declararán dos jóvenes que lo acusaron cuando eran novicios y una exmonja.

A seis años de la primera denuncia, hoy al mediodía se inicia el juicio contra el sacerdote o, acusado por dos exnovicios y una exmonja del instituto religioso que él fundó y dirigía. Está imputado por abuso sexual gravemente ultrajante por la duración en dos casos y abuso sexual simple en uno, todo agravado por ser ministro de culto reconocido.

El proceso judicial, que se extenderá hasta el 8 de julio, comenzará con los testimonios de los tres denunciantes. Dos de ellos repasarán los hechos de manera virtual y tan solo uno pudo llegar a Salta para declarar de forma presencial.

Con presencia de organizaciones sociales que llamaron a concentrarse en las puertas de Ciudad Judicial, la audiencia se hará en el salón de grandes juicios. Está a cargo la Sala IV del Tribunal de Juicio integrada por los jueces Maximiliano Troyano, quien presidirá el tribunal, y Norma Beatriz Vera y Roberto Faustino Lezcano como vocales.

La causa cuenta con un nutrido expediente para el que se realizaron inspecciones oculares en las instalaciones del instituto Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, que Rosa Torino dirigía. También hubo pericias sobre un teléfono celular, un pendrive, computadoras, cámaras filmadoras y otros dispositivos digitales.

Pese a la gravedad de las acusaciones, Rosa Torino esperó el juicio en prisión domiciliaria. La fiscal que deberá demostrar los hechos que se le imputan es Verónica Simesen de Bielke, que en su momento reemplazó a Luján Sodero en la Fiscalía penal 2 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual.

Llegar a esta instancia significó sortear un cúmulo de obstáculos, entre dilaciones judiciales y hasta contradenuncias que tuvieron juicio antes que la causa principal. En un momento, hasta peligró el proceso cuando el por entonces juez de la Sala IV del Tribunal de Impugnación, Adolfo Figueroa, hizo lugar a un recurso de apelación presentado por la defensa del acusado y declaró nulo el requerimiento de elevación a juicio. Días antes, Figueroa había sobreseído al excura José Carlos Aguilera también acusado de abuso sexual. El magistrado criticó el decreto de imputación de la fiscalía, al sostener que contenía «vicios graves».

Simesen de Bielke fue la encargada de reformular la investigación. Si bien ya no está al frente de la fiscalía en la que se encontraba entonces, solicitó asumir la representación del Ministerio Público Fiscal en el juicio.

Caso resonante

Rosa Torino es el primer sacerdote fundador de un instituto religioso que llega a esta instancia a nivel nacional. En la provincia es el primer cura de este rango que será sometido a juicio por abuso sexual.

El anterior juicio de este tipo que se conoce en Salta es el de Renzo Ferrazo, ocurrido en el 2000 por hechos cometidos en Orán contra varios adolescentes y jóvenes.

Rosa Torino fundó en 1986 el instituto religioso de derecho diocesano Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, que llegó a tener sede en México, Chile y España.

El entonces reconocido sacerdote comenzó a estar en el ojo de la tormenta en mayo de 2015, pero por delitos económicos como lavado de dinero. Ese año, y a raíz de denuncias sobre manejos irregulares, visitaron la provincia funcionarios de alto rango de la Iglesia. Tenían como objetivo investigar desvíos económicos. Estas denuncias llevaron a que, en 2019, el papa Francisco cerrara el instituto. Sin embargo, poco se sabe del final que tuvo esa causa, que fue derivada al fuero federal. Se señala, incluso, que podría haber nexos con el narcotráfico mexicano.

Ya con su nombre en la escena pública, en diciembre de 2016 un exnovicio lo denunció por abuso sexual, con dos monjas como testigos. A las semanas, otro exnovicio asentó una segunda denuncia que además involucraba a otro discípulo de Rosa Torino, Nicolás Parma, que era representante del polémico instituto en el sur del país.

Rosa Torino estuvo preso entre diciembre de 2016 y agosto de 2017. Luego le concedieron la prisión domiciliaria.

A la tercera denuncia la realizó una exmonja, Valeria Zarsa, que ingresó al Instituto en 1997. Estuvo en la institución durante 20 años hasta llegar a tener con Rosa Torino, según consignó, una relación de «padre e hija».

La exnovicia aseveró que el cura comenzó a buscar situaciones para rozar sus partes íntimas contra ella. Luego de que lo denunciara, surgió contra ella una acusación de abuso sexual. Sin embargo, llegó a juicio y quedó absuelta.

 “Suficientes pruebas para una condena”

Durante diez audiencias, la Fiscalía presentará 45 testimonios para comprobar la acusación sostenida. Muchos de ellos, advirtieron desde el Ministerio Público Fiscal, atravesarán el proceso como testigos pero “podrían haber sido denunciantes”.
En esta semana, además, se consiguieron los expedientes de las denuncias canónicas. Se señala que son cerca de 30 las que fueron asentadas en dicho fuero eclesiástico.
La fiscal a cargo de la causa, Verónica Simesen de Bielke indicó que “hay suficientes pruebas para una condena, son elementos contundentes”.
La fiscal se refirió a “los informes psicológicos y psiquiátricos del imputado y las testimoniales”.
Si bien aclaró que considera importantes todos los juicios que encara, la fiscal indicó que le parece relevante el proceso contra el sacerdote Agustín Rosa Torino por “la trascendencia de que se trata del juzgamiento de alguien que pertenecía a la Iglesia Católica y de personas que estaban dentro de esa institución con la misma intención de servir a Dios”.
Simesen de Bielke destacó además que se trata de abusos sexuales ocurridos en Salta “donde la población católica profesante es mayoritaria”.
Consultada por los delitos económicos que resta investigar, la fiscal indicó que la causa se envió al fuero federal. “Hay una posible vinculación con el narcotráfico en México”, advirtió.
 

 “Suficientes pruebas para una condena”

Durante diez audiencias, la fiscalía presentará 45 testimonios para comprobar la acusación sostenida. Muchos de ellos, advirtieron desde el Ministerio Público Fiscal, atravesarán el proceso como testigos pero “podrían haber sido denunciantes”.
En esta semana, además, se consiguieron los expedientes de las denuncias canónicas. Se señala que son cerca de 30 las que fueron asentadas en dicho fuero eclesiástico.
La fiscal a cargo de la causa, Verónica Simesen de Bielke indicó que “hay suficientes pruebas para una condena, son elementos contundentes”.
La fiscal se refirió a “los informes psicológicos y psiquiátricos del imputado y las testimoniales”.
Si bien aclaró que considera importantes todos los juicios que encara, la fiscal indicó que le parece relevante el proceso contra el sacerdote Agustín Rosa Torino por “la trascendencia de que se trata del juzgamiento de alguien que pertenecía a la Iglesia Católica y de personas que estaban dentro de esa institución con la misma intención de servir a Dios”.
Simesen de Bielke destacó además que se trata de abusos sexuales ocurridos en Salta “donde la población católica profesante es mayoritaria”.
Consultada por los delitos económicos que resta investigar, la fiscal indicó que la causa se envió al fuero federal. “Hay una posible vinculación con el narcotráfico en México”, advirtió.

f:El Tribuno