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El día que Anthony McCarten, guionista de «Los dos papas», decidió escribir la película

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Por: Facundo Baez Rodríguez12 de diciembre de 2019 13:53

El día que Anthony McCarten, guionista de Los dos papas, decidió escribir la película

El reconocido guionista reveló la anécdota que lo llevó a escribir esta historia.

El próximo 20 de diciembre se estrenará en Netflix «Los dos papas«, película que narra la transición en el papado entre Benedicto XVI y Francisco. El filme, que protagonizan Anthony Hopkins y Jonathan Pryce, cuenta con guion de Anthony McCarten, con experiencia previa en títulos de la talla de Bohemian Rhapsody y La Teoría del Todo.

En diálogo con RatingCero.com contó el proceso que lo llevó a escribir el guión.

¿Cómo te acercaste a esta historia?

– Fue un proceso muy orgánico que como todos mis proyectos comenzó con una mezcla de curiosidad e ignorancia. Algunos dicen que hay que escribir sobre lo que conocés. Yo escribo sobre lo que quiero saber porque soy una persona muy ignorante. Mi curiosidad despertó estando en Roma, cuatro años atrás en la plaza de San Pedro. El Papa Francisco estaba dando un discurso y yo fui criado como católico, entonces sabía una o dos cosas sobre la Iglesia. Sabía que este papa llegó al poder por la renuncia de otro, el cardenal alemán Ratzinger. Lo que no sabía era cuándo fue la última vez que un papa había renunciado. Tomé mi teléfono y escribí la pregunta en Google parado en la plaza de San Pedro. Habían pasado setecientos años. El papa más tradicional de la era moderna hizo lo menos tradicional imaginable. De esa cuestión empecé a estudiar orgánicamente la materia. Volví a Londres y empecé a escribir. Cuando mi agente en Los Ángeles vio lo que escribí, me dijo que podía ser una película.

¿Cambiaste tu opinión personal sobre los papas durante el proceso?

– Empecé con más simpatía por Francisco. Pero como dramaturgo tenés que aprender a amar a tus personajes por igual. Me forcé a amar a Benedicto, a entenderlo y ponerme en sus zapatos. Empecé a simpatizar y apreciar su posición que en la película está resumida como lo eterna. La verdad eterna puntualmente le ofrece a la gente en un mundo caótico algo que no cambia y eso me parece una de las razones clave por las que las iglesias siguen existiendo. Ofrecen algo puro, simple y sin cambios. Mi respeto por él creció al punto que ahora valoro a los dos por igual.

La película se sumerge en la historia argentina, especialmente en parte de sus horas más oscuras: ¿por qué tomaste esta decisión en el guion?

– Bergoglio nunca perdió oportunidad de decir que es un pecador. Y sabía que, como todos los papas, era reacio a ser papa. Quería meterme en las razones por las que él pensaba que no calificaba para ser papa. Y cuál era la naturaleza de su pecado. Era necesario revisitar su tiempo como jefe de los Jesuitas. Lo encuentro como un extraordinario personaje. No mucha gente mira adentro suyo, identifica sus fallas y determina que va a superar sus debilidades y que no son perfectos y que continúan cometiendo errores, pero cada día trabajan en ser una mejor versión de sí mismos. Si nacés humilde y te mantenés humilde no es un gran logro. Si nacés narcisista y te convertís en humilde, es un trabajo admirable.

¿Cómo elegiste en qué costados enfatizar y en cuáles no de la vida de un personaje?

– Creo que elegí lo que cualquier otro elegiría. Pienso que elijo los pequeños detalles de la vida de alguien que son encantadores, mágicos y que revelan algo. Si vos lees que a Benedicto le gusta tomar determinada gaseosa, cualquier usaría ese detalle en un drama. No hay nada particularmente único en estas elecciones.