martes, abril 16

El dúo Alberto & Sergio, impuestos para todos y la oposición mira a Marcos Juárez

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Nota extraída de Clarín por Ignacio Zuleta

El Presidente y el ministro, aliados para mantener gravámenes. El 11 de septiembre, elección clave en Córdoba.

El dúo Alberto & Sergio, impuestos para todos y la oposición mira a Marcos Juárez

El presidente Alberto Fernández y el ministro Sergio Massa, en un acto en Rosario, a principios de agosto. FOTO Guillermo

Buscan a la oposición para prorrogar impuestos

Un gobierno que camina por la cornisa tiene que afilar los instrumentos para consolidarse. Alberto Fernández intenta reforzar las decisiones que, junto a Sergio Massa, han facilitado el apartamiento de Cristina de Kirchner del gobierno. Es lo que querían desde 2019 y lo precipitaron cuando firmaron el acuerdo con el FMI. Era el límite de la affectio societatis con ella y su hijo, quienes creen que es un acuerdo ruinoso para el país y que lleva al peronismo a una derrota en 2023, por el mismo motivo que perdió Macri en 2019, haberse abrazado al Fondo.

El dúo Alberto & Sergio movilizó con la discreción necesaria la primera oferta de acuerdo con la oposición que espera salga a la luz esta semana en Diputados. La comisión de Presupuesto y Hacienda buscará dictamen para un proyecto de ley de prórroga de impuestos que vencen este fin de año -tenían vigencia por una década- sin los cuales se paralizaría el funcionamiento del Estado.

Son nada menos que el Impuesto a las Ganancias, de Ley N° 25.413 de Competitividad, el Impuesto Adicional de Emergencia sobre el Precio final de Venta de Cigarrillos (Ley N° 24.62), el Régimen Simplificado para Pequeños Contribuyentes (Ley N° 24.977), diversas asignaciones específicas de la recaudación y la prórroga de la vigencia del Fondo para Educación y Promoción Cooperativa.

Hay para todos, porque el paquete incluye Bienes Personales, tributo tóxico para la oposición -y para los contribuyentes-. Detrás de cada impuesto hay un derecho, diría el burócrata gastador, pero hay que vivir y un acuerdo en este nivel parece razonable para evitar el apocalipsis que aventuran los indignados.

Oposición pide abrir el paquete, como con el FMI

El detalle figura en el mensaje 78/2022 que le envió Silvina Batakis a Massa el 1° de agosto, cuando no era aún ministro de Economía. El oficialismo quiere que se vote todo el paquete. La oposición, como ocurrió con el proyecto de acuerdo con el FMI, quiere que se abra el paquete y se mande cada impuesto en una ley diferente. Le permitiría a Juntos por el Cambio discriminar su rechazo a tributos tóxicos, como Bienes Personales.

La prórroga que se busca acordar con la oposición y también los gobernadores es hasta el 31 de diciembre de 2027. Es decir, que el nuevo gobierno 2023-2027 contará con esos fondos que podrían quedar en el limbo sin un pacto de base.

El proyecto afirma que «las difíciles circunstancias que atraviesan los mercados internacionales con motivo de la persistencia de los efectos desatados por la pandemia ocasionada por el COVID-19 y con la situación de guerra en Ucrania, resulta imperioso que tanto la Nación como las jurisdicciones locales accedan a niveles de ingresos equivalentes o aproximados a los que derivan del esquema tributario que rige actualmente«. Es como para conmover a las piedras y precipita el primer intento de pacto de la era Massa ministro.

Debate fino hasta el final

La agenda diaria es resbaladiza, y pone a la vicepresidenta en personaje de crónicas policiales con el pedido de condena en el expediente Vialidad. Esa climatología obliga a que oficialismo y oposición jueguen mediante señales mudas. Por ejemplo, el silencio alrededor de las conversaciones sobre este proyecto de prórroga de impuestos, que les conviene a los dos sea cual sea el resultado electoral del año que viene. Pero contamina a la oposición si la fuerzan a que se divida, en caso de que haya una ley ómnibus blindada.

La oposición ya viene dividida por el voto al proyecto del Consenso Fiscal, que repone los impuestos regresivos como Ingresos Brutos. El PRO avisó que lo rechaza. Los radicales que gobiernan provincias están obligados a apoyar para poder refinanciar deudas. Este debate le pondrá fuego a la comisión de Presupuesto el miércoles.

Pero ya ocupa a los bloques de la oposición que desde este fin de semana han fatigado el zoom con sus economistas buscando argumentos para que el gobierno desarme el paquete y mande ley por ley para cada impuesto. Claro que Massa y Alberto forzarán que el paquete siga cerrado, para dar a entender que después de torcerle el brazo a Cristina, se lo van a torcer a la oposición.

Alberto asegura control del Central

También sobrevienen otros silencios no menos estridentes. Uno es la seguridad con la que se mueven los protagonistas respeto de la confirmación del actual directorio del Banco Central, después del vencimiento del mandato «en comisión» de su presidente Miguel Pesce y de seis directores más. Les vence el 23 de setiembre y los repondrán también en comisión por decreto de Alberto Fernández, que tiene en el equipo de Pesce una herramienta que ha resistido a todas las crisis.

Pesce lo acompaña desde hace más de 20 años desde diversas funciones. Además del alineamiento, el funcionario ve cumplir sus pronósticos: la cuenta por importación de energía bajará de USD 2.400 millones a USD 1.000 millones; se han anotado operaciones de prefinanciación con el nuevo sistema para el campo a través de varios bancos; las conversaciones del Gobierno con CIARA (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina) y CEC (Centro Exportador de Cereales) para aplicar ese llamado dólar-soja o dólar-Pesce, sumaban hasta el viernes unos USD 300 millones -ingresan a reservas cuando se verifiquen los pagos, que pasaron de 10 a 180 días por el nuevo método-.

Todo eso frenó durante una semana la caída de reservas. De ese elenco que renovará forman parte, además de él, Sergio Woyecheszen (ex funcionario de Daniel Scioli y yerno del jefe de los espías Agustín Rossi), Claudia Berger, Betina Stein (responden a Alberto), Claudio Golonbek (hombre de Pesce, compartieron la conducción del Banco de Tierra del Fuego entre 2015 y 2019) y Zenón Biagosch (con origen lavagnista).

Antes, Alberto firmará la designación de Lisandro Cleri, que ocupará la vicepresidencia del BCRA. Lo pide Massa y pertenece al grupo de economistas de la mesa chica del massismo que coordinaba Diego Bossio, que lo trajo de Mendoza. Bossio rechazó la presidencia del Central que le ofreció Massa, está lejos del Gobierno, pero mantiene una gran amistad, personal y técnica, con Cleri; con quien, además, comparte disciplinas gimnásticas, como el box.

Scioli, a repetición

Entre las relaciones discretas hay que incluir la re-designación de Daniel Scioli como embajador en Brasil. Como había renunciado, se necesita otro decreto y debió pasar otra vez por una audiencia en la comisión de Acuerdos en el Senado. La oposición no envió a ninguno de sus senadores. La audiencia fue un paseo por la agenda de Scioli, que tendrá que administrar las relaciones de dos países ligados por una sociedad estrecha, pero cuyos presidentes no se saludan y se destratan.

La oposición avisó que aprobará en el recinto al pliego de Scioli, como ya lo obtuvo por unanimidad para el primer nombramiento en esa embajada. La oposición justificó la ausencia de sus representantes en que les habían avisado de apuro en una semana corta. Algunos admitieron que participar les parecía poco serio, no por Scioli, a quien todos respetan, sino porque la última crisis del Gabinete les pareció improvisada. Que se la banque el oficialismo, mandó a decir alguno.

Los gobernadores, mesa examinadora

El nuevo giro de los gobernadores como tribunal de examen del Gobierno nacional, le da un rol central en los debates por los fondos, que se libran con el proyecto de prórroga de impuestos, el Consenso Fiscal que tiene que pasar ahora por Diputados y, más importante, el debate del proyecto de presupuesto 2023. Debe estar en el Congreso el 15 de setiembre.

Gerardo Zamora, que es uno de los bastoneros principales de la Liga de gobernadores del peronismo, fue claro: espero que haya medidas, no anuncio de medidas. Fue uno de quienes mocionó para mantenerlo a Juan Manzur en la jefatura de Gabinete y para que Massa se hiciera cargo de Economía. Hoy está en el lote de la decena de mandatarios que escuchó el llamado de Axel Kicillof a reanudar las reuniones en La Plata. Una manera de amortiguar los efectos de la dialéctica más honda de la Liga, la que enfrenta al peronismo del interior con el peronismo del AMBA.

Esa dialéctica separa al país normal del país anormal y concursado (en el sentido contable del término, vive cercado por sus acreedores, políticos y de los otros). Las provincias del Interior tienen superávit fiscal y poderosos administradores que, salvo alguna restricción institucional, pueden planificar un futuro de reelección o de sucesión. De eso se trata la política. El país anormal, el del AMBA, vive la zozobra de la ecuación inviable de Buenos Aires -tres provincias en una, que tiene que traer casi siempre a su gobernador de la Capital, que gasta más de lo que ingresa y siempre pide más-.

Nada en política es lineal, por eso el mencionado Zamora le ha provisto a Cristina protección en el Senado, ejerciendo la presidencia provisional de esa Cámara, él o su esposa Claudia Abdala, sin renegar de su extracción radical. Como lo prueba el inmenso retrato de Raúl Alfonsín, casi una gigantografía, que luce en su despacho de la gobernación de Santiago del Estero.

Schiaretti te espera con el fotógrafo

Los caciques de la oposición sacan turno para visitar distritos que pueden ser decisivos. Córdoba ofrece hoy una plaza a disputar con fuerza simbólica, como es el municipio de Marcos Juárez, que elige intendente el 11 de setiembre. Fue el «Kilómetro Cero» de Cambiemos porque allí ocurrió el triunfo en 2014 de la alianza que después fue Cambiemos. El primero de una serie que lo llevó al poder en 2015.

En este round los pronósticos son mejores para el peronismo de Schiaretti, que hizo una alianza con migrantes de JxC que le puede traer suerte. Que te roben el KM 0 en un municipio puede no significar mucho en cantidad de votos. Pero es importante en lo simbólico, y más entre políticos, que es un gremio cabulero, milagrero y fatalista, que consulta brujas, tarotistas y otros vendedores de mancias como encuestadores y asesores estratégicos.

Los gurúes les aconsejan a los dirigentes nacionales de Cambiemos que no se acerquen a Marcos Juárez porque si pierde JxC pueden quedar pegados a una derrota. Algunos demoran aparecer por ahí, otros se tapan los oídos y acompañan a los suyos pese a los pronósticos poco alentadores. El sábado estuvo allí Gerardo Morales, obligado a aclarar que no tiene otro proyecto en Córdoba que ganarle a Schiaretti.

Como el gobernador tiene un programa de oportunidades fotográficas con radicales -el propio Morales, Facundo Manes, Martín Lousteau-, el jujeño se vio obligado a tomar distancia. De puertas adentro, Morales admite, como Horacio Rodríguez Larreta, que Schiaretti sería un bueno socio si entrase en Juntos por el Cambio. Pero el cordobés no quiere. También Morales sostiene, como Larreta, que, en caso de ganar el gobierno, JxC debería cerrar pactos con el schiarettismo.

Macri, a la pelea por el KM 0 de Cambiemos

Morales no se mosquea porque la elección de Marcos Juárez venga esquinada para su fuerza. Pero sabe que es una tarea del héroe -el jefe- bancarse derrotas. Es una afirmación de liderazgo. Las lealtades en política son de arriba hacia abajo, y no de abajo hacia arriba, como creen los aficionados. Lo mismo entiende Macri, que se sube al avión esta semana para estar el jueves en Marcos Juárez. Si falta a la campaña, debilita su liderazgo, algo que se prueba en las malas.

Ese viaje a Córdoba despierta hormigueos en la oposición, porque temen algunos que Schiaretti apele a la relación personal que tiene con Mauricio -a quien trata desde hace cuarenta años- para forzar una fotografía, de onda nada más. Esa especulación tiene morbo, pero pocos fundamentos. Es claro que a Schiaretti le conviene, pero no está claro por qué le convendría a Macri. De hacerlo, iniciaría un debate en el que no tiene mucho que ganar por ahora.

A Schiaretti y a Macri les sirve el statu quo, que es la identificación sociológica de sus electorados, que comparten en el segundo distrito más grande de la Argentina: Córdoba. ¿Para qué tocar eso? Schiaretti no tiene reelección y puede temer que estar afuera de la competencia en 2023 resienta el proyecto «cordobesista». Para eso captura opositores molestos con los acuerdos que respaldan una candidatura a gobernador de Luis Juez, que ha sido su adversario durante años. Esa cacería motiva que dirigentes radicales como Mario Negri acompañen también la campaña de JxC en Marcos Juárez. Ahora puede significarles un costo, pero en las elecciones del año que viene puede rendirles en su pelea con Schiaretti.

El viaje de esta semana a Córdoba motivó una negociación de agenda entre Macri con Larreta, que se había comprometido a estar este jueves en esa provincia. Como no tiene resuelto aún si irá a Marcos Juárez, le ha servido a Horacio esta postergación. Le conviene más alguna foto mansa como la que brindará esta semana junto a Facundo Manes y Carolina Losada, con quienes compartirá un panel en las jornadas de Coninagro que se harán en la sede porteña de la UCA.