El reconocido especialista argentino Martín Lombardero profundiza en el vínculo entre las enfermedades cardíacas y los diferentes problemas cotidianos. Cómo proteger el bienestar cardiovascular
El cardiólogo Dr. Martín Lombardero tiene una extensa trayectoria en imagen cardíaca y reconocida actividad docente en distintas universidades. (Gentileza Martín Lombardero)
¿Por qué ciertas personas, aparentemente sanas, pueden verse afectadas por problemas cardíacos? El estrés y los excesos cotidianos son algunas de las respuestas para entender por qué el corazón, uno de los órganos más nobles y misteriosos de nuestro cuerpo, cobra protagonismo
El cerebro maneja nuestras emociones y pasiones, y el corazón tiene un rol clave porque es el resonador de todos los sentimientos. Es decir, tiene una capacidad única para captar las distintas emociones y se activa con los impactos, tanto positivos como negativos. Desde la alegría a la tristeza, cerebro y corazón no funcionan aislados. Pero volvamos a los problemas cardíacos.
“Una emoción negativa no resuelta podría ser el componente para que se desencadene un evento cardiovascular”, dijo el cardiólogo Martín Lomardero (MN 79.096) en diálogo con Infobae.
“El corazón está íntimamente ligado al cerebro y a una conciencia única”, señaló y agregó: “El corazón es el órgano que más información le da al cerebro y esta información, en algunas ocasiones, se da en un instante previo a que el cerebro la decodifique. Entonces, existiría evidencia que el corazón parece recibir información intuitiva antes que el cerebro”.
Cinco consejos para preservar la salud cardiovascular
(Imagen Ilustrativa Infobae)
En la charla con Infobae, el doctor Lombardero enumeró una serie de recomendaciones clave para cuidar la salud del corazón que todos pueden poner en práctica:
- Ejercicio: “No dejar de moverse. Nuestra supervivencia a lo largo de la historia fue a través del movimiento. ´Si quieres que algo se muera déjalo quieto´ canta el poeta uruguayo Jorge Drexler. Estar frente a una computadora 8 horas por día y acumular tensión y estrés sin liberarlo… eso nos enferma”. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda de 150 a 300 minutos de actividad física moderada a vigorosa por semana para una vida saludable y para prevenir el riesgo de enfermedades.
- Nutrición consciente: “En los últimos años la cultura nos ha llevado a una pésima alimentación por la cantidad de azúcar, sal, colorantes y conservantes que tienen los alimentos. Volver a la fuente original de alimentos como frutas, verduras alimentos sin conservantes, manteniendo sana nuestra microbiota, nos hace muy bien al corazón”
- Estar en el peso adecuado: “El sobrepeso es la gran epidemia de la humanidad del siglo XXI y eso genera inflamación y la inflamación genera enfermedad”.
- Gobernar nuestras emociones y utilizar para eso la espiritualidad en cualquiera de sus formas. “La meditación y los ejercicios de respiración son claves para lograrlo. Practicar yoga, hacer terapias psicológicas, mindfulness, ejercicio de respiración. Cualquier terapia o hábito que armonice el cuerpo ayuda a nuestro corazón”.
- Tener un sentido de la vida es clave. “El momento más difícil de la mujer (en mi opinión personal) es el momento del nido vacío. Y el del hombre es el retiro de su trabajo o la tristemente llamada jubilación. La falta de un sentido de la vida una vez que nos ocurre estos momentos claves de nuestra vida, nos puede llevar a un vacío, un fuerte sentimiento negativo qué puede desembocar en enfermedades cardiovasculares. Y este tema también lo veo en la historia de Alberto L., uno de los entrañables personajes del libro”.
La hipertensión, los infartos, el síndrome cardio-metabólico, entre otras, son algunas de las enfermedades cardiovasculares relacionadas a los estados emocionales negativos.
Lombardero es miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), cuenta con una vasta trayectoria en imagen cardiovascular y reconocida experiencia académica, y acaba de publicar el libro El corazón es consciente. Puedes cambiar tu destino cardiológico. En sus páginas parte de historias de pacientes reales que sufrieron una enfermedad cardíaca sin esperarlo. Según el experto, el destino cardiológico es reversible.
¿Cuáles son las señales que el corazón envía como mensaje? ¿Qué decisiones conscientes se pueden tomar para proteger la salud cardiovascular? Son algunas preguntas que plantea el cardiólogo para comenzar a pensar en la unidad integradora mente-cuerpo-cerebro.
“El corazón es consciente porque está ligado a una conciencia única y sufre los estados emocionales negativos que la mente crea”. Y profundiza en la siguiente entrevista.
Una imagen colorida y simbólica de un cerebro y un corazón conectados, trabajando en sincronía. Esta representación visual destaca la importancia de la salud mental y emocional en la búsqueda del bienestar y la longevidad. Refleja conceptos de terapia, mindfulness, auto cuidado y la filosofía de ‘estar bien’, subrayando cómo el equilibrio mental y emocional es clave para una vida plena. (Imagen ilustrativa Infobae)
―En su libro El corazón es consciente dice que el corazón tiene cerebro ¿por qué?
―Hay evidencias científicas de que en el corazón existirían neuronas, aunque no de la forma de las neuronas de nuestro cerebro. Estas neuronas son parte de la vía nerviosa que comunica el corazón con el cerebro. Habría evidencia de que existirían 40.000 neuronas en el corazón y esto tiene que ver con la percepción y la intuición, pero no con el razonamiento. El corazón tiene un cerebro intuitivo.
―¿Cómo sería?
―La razón siempre está en la mente, así como los miedos que tenemos y nos inventamos que están en la mente que, a su vez, repercuten en el corazón. La mayoría de los estados emocionales negativos tienen como factor común el miedo: a la pérdida, a que el otro sea mejor, a que me dejen, a la enfermedad, al mañana, etc. El corazón envía información intuitiva al cerebro y, a la vez, sufre el miedo de la mente. Somos los únicos animales que tenemos traumas del pasado y miedo al futuro, y eso nos aleja del presente. El resto de los animales vive el presente.
―¿Cómo afectan los estados emocionales negativos como el enojo, la culpa, la pérdidas y el estrés al corazón?
― La pérdida tiene como base el miedo, que nos genera un estado de alarma permanente (vía cortisol), similar al estado de alarma que teníamos frente a un depredador hace miles de años. La respuesta del cuerpo es siempre la misma: se activa el sistema simpático, que es nuestro sistema de alerta. Es importante que entendamos que es la misma respuesta que teníamos frente a un depredador (¡muy de vez en cuando!) hace miles de años y que hoy la tenemos establecida de manera permanente, día a día, por el estrés que vivimos en la sociedad actual, que es el depredador del siglo XXI.
―¿Por qué?
―Una emoción negativa instalada puede ser el gatillo de un evento cardiovascular que está latente. La raíz de muchas de las enfermedades más prevalentes que sufre el ser humano es inflamatoria. El estrés genera que se prenda el sistema de alarma en forma suave y crónica. Y es lo suficientemente importante como para activar una inflamación crónica sistémica, un aumento del estrés oxidativo (que son los productos de degradación de la formación de energía y son dañinos cuando sobrepasan un cierto límite) y un redireccionamiento de la energía hacia los sistemas de alarma en detrimento de los órganos que realmente la necesitan. Entonces cae la inmunidad, que es la policía del cuerpo, y que va a estar cansada cuando realmente tenga que combatir con un virus, una bacteria o un hongo. Y a su vez la inflamación que genera el estrés crónico va a generar enfermedades inflamatorias como la ateroesclerosis, que genera a su vez, el infarto de corazón o de cerebro.
―¿Cómo es posible cambiar nuestra realidad cardiovascular y mejorarla?
― Somos partícipes de nuestro propio destino Es cierto que hay imponderables, situaciones que son inmanejables. Tenemos mejores medicamentos y técnicas de intervención cardiovascular y la gente sigue muriendo igual de muerte súbita a mediana edad (50 años de promedio), donde el estrés es el factor común. A partir de la toma de consciencia ya comenzamos a bajar el riesgo. También trabajando en la prevención de los aceleradores de la enfermedad ateroesclerótica como la hipertensión arterial, el sedentarismo, la mala nutrición, el sobrepeso, el tabaquismo, entre otras. Además, tenemos que enfocar en gobernar nuestros estado emocionales y bajar el estrés crónico, por ejemplo, con la meditación. Así podemos entonces cambiar nuestro destino cardiológico.
―¿Qué hábito podemos incorporar en nuestra vida cotidiana para bajar la inflamación sistémica crónica?
―Una de las claves para bajar la inflamación sistémica crónica que genera el estrés es el ejercicio. El ejercicio demostró ser la mejor píldora para bajar la mortalidad cardiovascular y de otras enfermedades inflamatorias. La acumulación de estrés en el cuerpo hace daño y la forma de liberarlo es a través del ejercicio. El entrenamiento moderado y constante es la mejor píldora y está al alcance de todos aquellos que no tengan una incapacidad física.
― La palabra energía está muy presente en el libro ¿cuál es la relación con el corazón?
―Todo es energía y somos un punto de energía cósmica con efímero paso en un Universo cuyo sentido del tiempo es muy relativo. En el último capítulo del libro, comparo el macrocosmos con el microcosmos, intentando demostrar que no hay diversidad. Los átomos son los mismos. Es la combinación de átomos la que generó la vida en la Tierra. Somos el único punto de energía que tiene consciencia del Universo. Todo nuestro cuerpo se mantiene vivo a través de la generación de energía de los cientos y miles de mitocondrias que existen en cada una de nuestras células.
Uno de los órganos que más mitocondrias tiene en cada célula es el corazón, cuyo campo electromagnético es el más importante del cuerpo. Millones de células transmiten un impulso nervioso a través de un gradiente eléctrico que se genera en los potenciales transmembrana de cada una de las células cardiacas. Si usted multiplica la cantidad de mitocondrias que hay en cada célula por la cantidad de células que tiene el corazón se va a dar cuenta de la infinidad de centrales eléctricas que tenemos para que nuestro corazón eyecte de 5 a 6 litros por minuto de sangre, que es toda la cantidad de sangre que tenemos.
Es decir, en un minuto la sangre da vuelta por todo el cuerpo y cada glóbulo rojo de los 25 billones de glóbulos rojos que tenemos, viajan en un minuto por todo nuestro cuerpo. Todo gracias a la energía del corazón, el gran generador de electricidad para que la sangre circule. El corazón y el cerebro son los dos órganos con mayor campo electromagnético de nuestro cuerpo. Y estarían comunicados también a través de ese campo electromagnético.