El FDT y Juntos, obligados a realizar grandes elecciones para no perder poder en el Congreso

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El Frente de Todos va por el control de la Cámara de Diputados pero pone en juego el dominio del Senado La incertidumbre se terminó y las listas con sus respectivos candidatos ya quedaron presentadas. Ahora, oficialismo y oposición dan vuelta la página y se vuelcan en la lucha por conquistar al electorado. Las elecciones marcarán el futuro del Gobierno que busca aumentar su poder en el Congreso y volver a los “años dorados” de la presidencia de Cristina Kirchner donde contaba con la mayoría absoluta en ambas cámaras y hacían y deshacían a piaccere.

Hoy el escenario mantiene similitudes, pero tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio ponen en Juego una importante cantidad de bancas, en el Senado y en Diputados, respectivamente, que podrían frustrar los deseos legislativos de ambos.

En la Cámara Baja las bancas se renuevan por mitades y en este caso se vencen las 127 bancas de los diputados elegidos en 2017. En aquel año, la ahora oposición se encontraba en su mejor momento y tuvo grandes resultados a nivel nacional e incluso le gano a la lista de Cristina Kirchner en la Provincia de Buenos Aires. En total, 60 de los 115 que tiene tendrán que ser renovadas, una cifra muy difícil de alcanzar. Es por ello que en su campaña también apelarán al temor para persuadir a los votantes: “Estamos a 7 bancas de ser Venezuela” resuena desde este espacio. La frase hace mención a la cantidad de escaños que le faltan al kirchnerismo para lograr los 129 diputados necesarios para tener quórum y la mayoría propia. Con ello podrían avanzar con gran parte de los proyectos que surjan (en tanto no se requieran mayorías especiales).

En la vereda contraria, el Frente de Todos tiene un escenario mas calmo en Diputados aunque no por ello más fácil. El oficialismo pone en juego 51 bancas sumado a las siete restantes que buscarán para alcanzar una mayoría propia, sin embargo por el momento no parece realiazable: deberán repetir los números de la elección de 2019. Ese objetivo no es vaticinado por ninguna encuesta a raíz del desgaste que ha sufrido el Gobierno con la pandemia, cuarentena, crisis económica y programa de vacunación.

“Lo importante es arrimarse lo más posible a la mayoría. Hoy necesitamos 11 aliados para conseguir quórum (porque el diputado Ignacio de Mendiguren, a cargo del BID está de licencia) y esa brecha sí se va a achicar. Nos va a facilitar mucho las cosas”, señala un dirigente oficialista al diario Clarín.

En el Senado, la situación se da vuelta y es el Frente de Todos quien hace una apuesta fuerte en estas elecciones. En esta cámara se vencen un tercio (24) de las 72 bancas. En este sentido, Catamarca, La Pampa, Tucumán, Mendoza, Chubut, Córdoba, Corrientes y Santa Fe son las provincias que deberán renovar las tres bancas de sus senadores.

Aquí el oficialismo ya cuenta con el quorum que busca en Diputados (posee 41 de los 37 necesarios) pero debe renovar 15 y los escenarios son dispares. En Catamarca, Tucumán y La Pampa es casi un hecho que el kirchnerismo obtendrá los dos senadores que se lleva el ganador de la elección, mientras que en Mendoza confían en que Anabel Fernández Sagasti renovará su banca.

En el resto de las provincias el escenario es otro y Juntos por el Cambio es quien se perfila mejor. Así, recortarán la diferencia con el oficialismo al sumar las dos bancas en Corrientes y una en Chubut. Las otras tres (dos en Chubut y una en Corrientes) quedarían en manos del Frente de Todos.

El panorama es más oscuro en Córdoba y Santa Fe ya que en la provincia central se da por descontado que Juntos por el Cambio se quedará con las dos bancas, por lo que el oficialismo deberá disputarse la restante con el espacio del gobernador peronista, Juán Schiaretti.

En Santa Fe, donde el Gobierno pone en juego dos bancas, la elección también es complicada porque además de Juntos por el Cambio, tiene mucho peso el Frente Progresista del fallecido ex gobernador Miguel Lifschitz.

 

Con información de Clarín