viernes, marzo 29

El fin de semana de furia que dejó un gusto amargo en el círculo rojo

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Nota extraída de MDZ por Beto Valdez

La designación de Silvina Batakis en el Palacio de Hacienda terminó por amargarle el fin de semana a empresarios y banqueros que creyeron las operaciones sobre un sucesor de Martín Guzmán con trayectoria y pro mercado

La noticia del sábado generó temor en el círculo rojo. Y los peores fantasmas aparecieron cuando se supo que Silvina Batakis es la nueva ministra de Economía. Si bien las posiciones estaban divididas respecto a la gestión de Martín Guzmán, lo cierto es que había un consenso compartido respecto a sus vínculos con el FMI en contraste con la mayoría de los funcionarios de la administración de Alberto Fernández.

La demonización que venía implementando el kirchnerismo contra la figura del ex ministro también comenzó a generar cierta empatía en el establishment económico.

“No sea cosa que lo terminemos extrañando”, aseguraba a MDZ el sábado a la noche un empresario que fue muy crítico de la gestión del profesor de Columbia.

Siempre optimistas y compradores de expresiones de deseos, en el mundo empresario y financiero cambió el estado de ánimo cuando comenzaron a circular WhatsApps anónimos con los nombres de Emanuel Álvarez Agis y Martín Redrado para desembarcar en Economía y el Banco Central. Y pasaron a la euforia a partir de las gestiones de empresarios de primer nivel con el presidente para convencerlo de elegir un sucesor pro mercado.

Como la espera fue agónica ayer ya estaban convencidos. También muchos lobbistas y colegas los entusiasmaban con datos poco creíbles. Uno de los economistas sondeados admitió a MDZ que “nadie con cierta trayectoria y credibilidad en el mercado se puede tirar a la pileta en este contexto, solo viendo la experiencia de Guzmán”. Se refería a que no se puede subestimar a Cristina Fernández de Kirchner y la falta de voluntad presidencial para ponerle límites.

Quizás, quien mejor entendió lo que estaba en juego fue Redrado, luego de haberla padecido en el BCRA en la década pasada. Por eso, cuando recibió el ofrecimiento pidió muchas más áreas de las que manejaba Guzmán. Energía, el Central y hasta Anses, organismo que maneja una importante cartera de bonos y acciones en manos de La Cámpora.

La respuesta previsiblemente iba a ser negativa. Pero solo con esas garantías un economista profesional podía jugarse. De otra forma era ir con las manos atadas. Si Guzmán no pudo el año pasado echar al subsecretario de Energía, Federico Basualdo, mucho menos podrá hacer el sucesor. Es más, el exministro terminó renunciando por esos funcionarios intocables y defendidos con uñas y dientes por la vicepresidenta que Alberto no se animó a despedir. El área energética, gran responsable del déficit fiscal, y los camporistas de Anses y Aerolíneas quedaron fortalecidos.

Así empezó la seguidilla de negativas para ir al Palacio de Hacienda. Pero las operaciones insistían que Álvarez Agis y hasta Javier Timmerman estaban en lista de espera. Ayer por la tarde solo quedaba en carpeta Marco Lavagna, un perfil que obviamente no entusiasmaba a Cristina, y pudieron más los consejos de su padre Roberto, quien es sumamente pesimista y sabe muy bien que Fernández siempre va a terminar cediendo ante la centralidad política de su vice. “Creímos que traían a Messi y al final llegó el 4 de Barracas Central”, comentaba anoche con autocritica y humor un hombre de peso en el sistema financiero.

Otra vez ganó Cristina. “Ella se va a sentir más cómoda con Silvina Batakis a quien va a manejar por control remoto, analiza un referente del oficialismo. “No pudo con Roberto Baradel y manejó los números de una de las peores gestiones como la de Daniel Scioli”, agrega el dirigente peronista. El kirchnerismo pretendía imponer a Augusto Costa pero era un perfil demasiado radicalizado. Igual resuenan los dichos de Andrés Larroque sobre el final de la moderación.