Los principales mandatarios del mundo se reunieron en Cornualles, en el interior de Inglaterra, para celebrar entre el 11 y el 13 de junio la primera cumbre presencial en dos años y abordar la recuperación pos-pandemia, la crisis climática y la generación de empleo.
En su segundo día de actividades, se espera que la jornada concluya con la presentación de la Declaración de Carbis Bay, un documento que incluye un plan de acción con medidas concretas para que nunca más una pandemia azote al mundo de repente y sin preparación alguna.
Reducir el tiempo necesario para el desarrollo y autorización de vacunas y tratamientos para cualquier enfermedad en menos de 100 días, reforzar las redes de vigilancia mundial y la capacidad de secuenciación genómica, y apoyo para reformar y fortalecer la Organización Mundial de la Salud (OMS), son algunas de las propuestas que comprometerán a los jefes de Estado a desarrollarlas.
El anfitrión de la cumbre, Boris Johnson, manifestó: “En el último año el mundo ha desarrollado varias vacunas eficaces contra el coronavirus, las ha autorizado y fabricado a buen ritmo y ahora las está poniendo en manos de las personas que las necesitan (…), pero para derrotar realmente al coronavirus y recuperarnos tenemos que evitar que una pandemia como ésta vuelva a producirse”.
Por otro lado, el asesor en materia de Seguridad de la Casa Blanca anunció: “Los líderes del G7 aprobarán la propuesta del presidente Biden de un impuesto global de al menos el 15%. Estados Unidos está reuniendo al mundo para hacer que las grandes corporaciones multinacionales paguen lo justo para que nosotros podamos invertir en la clase media”.