El Gobierno puso sobre la mesa la propuesta para el canje hasta el 4 de agosto, y tendrá otros 30 días más para recibir adhesiones. En promedio, necesita que 66,67% acepte cambiar los bonos por otros a más largo plazo que, así se entiende, serán menos riesgosos a partir de un nuevo compromiso de pago.
Este cambio del tono ( “queremos llegar a un acuerdo”, dijo el ministro Guzmán) gana relevancia en un marco de necesidad por llegar a un punto final de la negociación después de siete meses de gestiones.
Tanto dentro y fuera del Gobierno, se considera posible que el acuerdo con los bonistas sea parcial y pueda desembocar en otro canje en algún otro momento.
Para el Gobierno el desafío económico es enorme. Por un lado, salen a la luz datos muy malos de caída de la actividad por el aislamiento social obligatorio, y por otro la baja de los ingresos de la población, que el IFE compensa solo parcialmente, no permite prever una recuperación rápida del consumo.
Fuente: Clarín.