
El senador Juan Carlos Romero sostuvo que, ante el crítico escenario social y económico del país, el Gobierno nacional, fracturado por una muy dura pelea interna, no tiene posibilidad de brindar respuestas superadoras. Al mismo tiempo, confía en que la oposición de Juntos por el Cambio, como frente electoral, podrá llegar a un acuerdo porque comparte valores y objetivos, más allá de las diferencias. A nivel provincial, sugiere evitar reformas de fondo a la ley electoral, que requerirían un debate muy profundo, pero sugiere, por única vez, suspender las PASO y habilitar múltiples candidaturas en los cargos unipersonales (gobernador, intendentes, senadores).
Vivimos tiempos difíciles tanto en lo político
como en lo económico. ¿Cuál es la evaluación que hace del manejo de
ambos escenarios por parte del Gobierno nacional?
En primer
lugar, la situación económica del país es muy preocupante, por dos
razones decisivas: la falta de horizontes y el creciente deterioro
social. La inflación viene creciendo exponencialmente desde 2002 y, en
una década, el poder adquisitivo de la gente ha caído al menos, un 20%.
Pero a esto se agrega la desocupación y la degradación generalizada del
empleo. La pobreza ya está en los niveles más altos en la historia de
Argentina. Frente a esta realidad, crece la incertidumbre porque no hay
un rumbo mínimo para la economía. Se toman medidas compulsivas que,
constantemente, intentan modificar las reglas de juego, especialmente
para el sector productivo; es la consecuencia de que no hay un plan
económico con objetivos de crecimiento, modernización tecnológica y
desarrollo humano. Estos son algunos de los serios problemas que
vivimos. Pero solo algunos, porque a ellos se le suman el déficit
fiscal, la emisión monetaria, la falta de inversión en obra pública y,
especialmente, la improvisación permanente en la política exterior, que
solo suma falta de credibilidad y de relevancia internacional del país. Y
si sobre ese escenario sumamente complejo agregamos la irresponsable
pelea política (porque es una pelea, aunque no les guste la palabra) que
hoy divide al Gobierno nacional, efectivamente estamos ante una
realidad extrema. Lo más grave es que todo lo que el modelo de la
vicepresidenta es peor aún que lo que tenemos, que es ya malo.
La gente también observa que la oposición en Juntos por el Cambio no logra encontrar la unidad..
Es
cierto que hay diferencias internas entre los sectores que buscan tener
protagonismo en las próximas elecciones, pero desde la oposición vamos a
encontrar el camino del consenso. No es oposición por la oposición
misma, no nos une el espanto, sino que hay valores y objetivos de
desarrollo compartidos sobre los cuales, sin dudas, se lograrán
coincidencias. Y si hay elecciones internas estas serán dentro de un
marco de respeto. Un respeto mutuo que no se ve en el oficialismo. Somos
conscientes de esa responsabilidad y la vamos a asumir como lo hicimos
hasta ahora desde nuestras bancas, votando en bloque en el Senado y
frenando las locuras del kirchnerismo en Diputados. Vamos a proponer un
plan superador, que nos saque del laberinto en que nos encontramos.
Vamos a encaminar al país de tal modo que nunca más tengamos que vivir
estos momentos. Queremos, como lo quiere la mayoría de los argentinos,
que nuestros hijos y nietos vivan en este gran país y no busquen “la
salida de Ezeiza” que tanto nos duele.
¿Qué rol le tocará jugar al recientemente lanzado Encuentro Republicano Federal, con Miguel Pichetto a la cabeza?
Estoy
muy entusiasmado con este espacio. Obviamente estamos dentro de Juntos
por el Cambio, y vamos a nuclear a miles de peronistas e independientes
de todo el país que nada tienen que ver con el kirchnerismo. Me han
llamado muchos dirigentes justicialistas del interior de Salta
entusiasmados también con la idea de colaborar para que este modelo de
gestión nacional sea reemplazado en las próximas elecciones.
Es un
deber darles un lugar a todos ellos y que, en vez de buscar una Justicia
sometida, busquemos justicia social, en vez de pelearnos con el mundo y
apoyar la dictadura de Venezuela, busquemos una apertura racional que
nos brinde oportunidades; en vez de agredir a los jueces y legisladores,
respetemos la independencia de los poderes. Con Miguel Pichetto,
contribuiremos para que muchos peronistas desencantados nos ayuden a
recuperar la República.
¿Usted ve en la sociedad argentina indicios de una predisposición a aceptar acuerdos de largo plazo?
La
sociedad no es la culpable sino la responsabilidad es nuestra, de los
dirigentes, veo mucha desesperanza, especialmente entre los sectores más
castigados por la crisis, pero, al mismo tiempo, me parece que la
mayoría descree en quimeras ideológicas y quiere marchar sobre seguro.
Cualquier gobierno va a fracasar como el actual, como le pasó a Macri,
si no hay un acuerdo de gobernabilidad en el Congreso para tener 10
políticas de Estado que se cumplan aún con cambios de gobierno; y debe
comprender a una mayoría más amplia que la del que gana. Bajar la
pobreza, hacer crecer la economía, generar empleo y tener una moneda,
son puntos que deben estar allí.
Y en Salta, ¿cómo
interpreta esta discusión sobre la eliminación o suspensión de las PASO,
entendiendo que las elecciones se van a adelantar a los primeros meses
del 2023?
La desaparición de las fuerzas políticas de gran
envergadura en el país y en Salta ha dado lugar a la formación de
frentes electorales entre muchos partidos que han proliferado los
últimos años. Esta es una realidad con la cual hay que convivir, con sus
ventajas y desventajas. El sistema electoral debe ir adaptándose a la
realidad política y requiere una revisión perdurable que incluya el
debate, por ejemplo, sobre la boleta única de papel, que en muchos
distritos está funcionando con eficacia; también, el reemplazo del voto
electrónico por las conocidas fallas y desconfianza que genera. Por esta
razón, no creo que sea el momento para hacer modificaciones definitivas
en la ley electoral. Eso requerirá de un consenso, producto de un
diálogo con todas las fuerzas y fuera de un contexto electoral que ya
estamos viviendo.
Pero hoy los partidos son muy numerosos y nada tienen que ver con las estructuras fuertes que existían hasta hace poco tiempo…
Es
así. Las PASO debieron reemplazar a las elecciones internas de los
partidos políticos, pero hoy los que están debilitados son esos mismos
partidos, de allí que se pone en duda la eficacia de las primarias
abiertas y simultáneas
Y ante ese panorama, ¿cuál cree usted que puede ser la salida?
Seguramente surgirá del diálogo político que lleva adelante el Gobierno pero, en mi opinión, una alternativa que propongo para Salta, por única vez y en virtud de evitar el gasto de unas PASO en este periodo tan complejo para la sociedad, es que cada frente electoral pueda tener más de un candidato en las categorías individuales como gobernador, intendentes y senadores, y que esos votos se sumen entre sí, siempre dentro del mismo frente electoral, lo que pondría a todos esos espacios en iguales condiciones. Con ese mecanismo se podrán ir consolidando los frentes, en reemplazo de los partidos políticos históricos.
Por ejemplo: en Salta hubo una fuerza conservadora que manejó la provincia por décadas hasta la irrupción del radicalismo, tiempo después se suma el peronismo, y por más de 50 años compitieron entre sí con una diferenciación ideológica. Hoy esa diferencia no se da tanto en los partidos sino en los frentes. Esta idea respeta la democracia interna, nada más que en vez de que sea una interna en cada partido, lo es en cada frente electoral.
f: El Tribuno