martes, abril 23

“El Gobierno nacional genera incertidumbre porque está dividido y lo que asoma es aún peor de lo que hay”

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El senador Juan Carlos Romero sostuvo que, ante el crítico escenario social y económico del país, el Gobierno nacional, fracturado por una muy dura pelea interna, no tiene posibilidad de brindar respuestas superadoras. Al mismo tiempo, confía en que la oposición de Juntos por el Cambio, como frente electoral, podrá llegar a un acuerdo porque comparte valores y objetivos, más allá de las diferencias. A nivel provincial, sugiere evitar reformas de fondo a la ley electoral, que requerirían un debate muy profundo, pero sugiere, por única vez, suspender las PASO y habilitar múltiples candidaturas en los cargos unipersonales (gobernador, intendentes, senadores).

Vivimos tiempos difíciles tanto en lo político como en lo económico. ¿Cuál es la evaluación que hace del manejo de ambos escenarios por parte del Gobierno nacional?
En primer lugar, la situación económica del país es muy preocupante, por dos razones decisivas: la falta de horizontes y el creciente deterioro social. La inflación viene creciendo exponencialmente desde 2002 y, en una década, el poder adquisitivo de la gente ha caído al menos, un 20%. Pero a esto se agrega la desocupación y la degradación generalizada del empleo. La pobreza ya está en los niveles más altos en la historia de Argentina. Frente a esta realidad, crece la incertidumbre porque no hay un rumbo mínimo para la economía. Se toman medidas compulsivas que, constantemente, intentan modificar las reglas de juego, especialmente para el sector productivo; es la consecuencia de que no hay un plan económico con objetivos de crecimiento, modernización tecnológica y desarrollo humano. Estos son algunos de los serios problemas que vivimos. Pero solo algunos, porque a ellos se le suman el déficit fiscal, la emisión monetaria, la falta de inversión en obra pública y, especialmente, la improvisación permanente en la política exterior, que solo suma falta de credibilidad y de relevancia internacional del país. Y si sobre ese escenario sumamente complejo agregamos la irresponsable pelea política (porque es una pelea, aunque no les guste la palabra) que hoy divide al Gobierno nacional, efectivamente estamos ante una realidad extrema. Lo más grave es que todo lo que el modelo de la vicepresidenta es peor aún que lo que tenemos, que es ya malo.

La gente también observa que la oposición en Juntos por el Cambio no logra encontrar la unidad..
Es cierto que hay diferencias internas entre los sectores que buscan tener protagonismo en las próximas elecciones, pero desde la oposición vamos a encontrar el camino del consenso. No es oposición por la oposición misma, no nos une el espanto, sino que hay valores y objetivos de desarrollo compartidos sobre los cuales, sin dudas, se lograrán coincidencias. Y si hay elecciones internas estas serán dentro de un marco de respeto. Un respeto mutuo que no se ve en el oficialismo. Somos conscientes de esa responsabilidad y la vamos a asumir como lo hicimos hasta ahora desde nuestras bancas, votando en bloque en el Senado y frenando las locuras del kirchnerismo en Diputados. Vamos a proponer un plan superador, que nos saque del laberinto en que nos encontramos. Vamos a encaminar al país de tal modo que nunca más tengamos que vivir estos momentos. Queremos, como lo quiere la mayoría de los argentinos, que nuestros hijos y nietos vivan en este gran país y no busquen “la salida de Ezeiza” que tanto nos duele.

¿Qué rol le tocará jugar al recientemente lanzado Encuentro Republicano Federal, con Miguel Pichetto a la cabeza?
Estoy muy entusiasmado con este espacio. Obviamente estamos dentro de Juntos por el Cambio, y vamos a nuclear a miles de peronistas e independientes de todo el país que nada tienen que ver con el kirchnerismo. Me han llamado muchos dirigentes justicialistas del interior de Salta entusiasmados también con la idea de colaborar para que este modelo de gestión nacional sea reemplazado en las próximas elecciones. 
Es un deber darles un lugar a todos ellos y que, en vez de buscar una Justicia sometida, busquemos justicia social, en vez de pelearnos con el mundo y apoyar la dictadura de Venezuela, busquemos una apertura racional que nos brinde oportunidades; en vez de agredir a los jueces y legisladores, respetemos la independencia de los poderes. Con Miguel Pichetto, contribuiremos para que muchos peronistas desencantados nos ayuden a recuperar la República. 

¿Usted ve en la sociedad argentina indicios de una predisposición a aceptar acuerdos de largo plazo?
La sociedad no es la culpable sino la responsabilidad es nuestra, de los dirigentes, veo mucha desesperanza, especialmente entre los sectores más castigados por la crisis, pero, al mismo tiempo, me parece que la mayoría descree en quimeras ideológicas y quiere marchar sobre seguro. Cualquier gobierno va a fracasar como el actual, como le pasó a Macri, si no hay un acuerdo de gobernabilidad en el Congreso para tener 10 políticas de Estado que se cumplan aún con cambios de gobierno; y debe comprender a una mayoría más amplia que la del que gana. Bajar la pobreza, hacer crecer la economía, generar empleo y tener una moneda, son puntos que deben estar allí.

Y en Salta, ¿cómo interpreta esta discusión sobre la eliminación o suspensión de las PASO, entendiendo que las elecciones se van a adelantar a los primeros meses del 2023?
La desaparición de las fuerzas políticas de gran envergadura en el país y en Salta ha dado lugar a la formación de frentes electorales entre muchos partidos que han proliferado los últimos años. Esta es una realidad con la cual hay que convivir, con sus ventajas y desventajas. El sistema electoral debe ir adaptándose a la realidad política y requiere una revisión perdurable que incluya el debate, por ejemplo, sobre la boleta única de papel, que en muchos distritos está funcionando con eficacia; también, el reemplazo del voto electrónico por las conocidas fallas y desconfianza que genera. Por esta razón, no creo que sea el momento para hacer modificaciones definitivas en la ley electoral. Eso requerirá de un consenso, producto de un diálogo con todas las fuerzas y fuera de un contexto electoral que ya estamos viviendo.

Pero hoy los partidos son muy numerosos y nada tienen que ver con las estructuras fuertes que existían hasta hace poco tiempo…
Es así. Las PASO debieron reemplazar a las elecciones internas de los partidos políticos, pero hoy los que están debilitados son esos mismos partidos, de allí que se pone en duda la eficacia de las primarias abiertas y simultáneas

Y ante ese panorama, ¿cuál cree usted que puede ser la salida?
Seguramente surgirá del diálogo político que lleva adelante el Gobierno pero, en mi opinión, una alternativa que propongo para Salta, por única vez y en virtud de evitar el gasto de unas PASO en este periodo tan complejo para la sociedad, es que cada frente electoral pueda tener más de un candidato en las categorías individuales como gobernador, intendentes y senadores, y que esos votos se sumen entre sí, siempre dentro del mismo frente electoral, lo que pondría a todos esos espacios en iguales condiciones. Con ese mecanismo se podrán ir consolidando los frentes, en reemplazo de los partidos políticos históricos.
Por ejemplo: en Salta hubo una fuerza conservadora que manejó la provincia por décadas hasta la irrupción del radicalismo, tiempo después se suma el peronismo, y por más de 50 años compitieron entre sí con una diferenciación ideológica. Hoy esa diferencia no se da tanto en los partidos sino en los frentes. Esta idea respeta la democracia interna, nada más que en vez de que sea una interna en cada partido, lo es en cada frente electoral.

f: El Tribuno