El kirchnerismo espera una señal de estabilidad económica para bendecir la candidatura de Sergio Massa
La alta inflación hace tambalear la posible candidatura del ministro, una de las apuestas más sólidas de Cristina Kirchner, quien estira el misterio sobre su futuro político.
De cara a las PASO, mayo se presenta como un mes clave para el Frente de Todos. Sobre todo para el kirchnerismo. Los números de la economía podrían terminar de definir la estrategia electoral que adoptarán teniendo en cuenta que el ministro Sergio Massa esuna de las apuestas mas sólidas de Cristina Kirchner.
Sin embargo, la inflación pone en jaque no solo al gobierno, sino también a la estrategia que deberá comenzar a adoptar la coalición oficialista en una interna que varios proponen, pero a la que Massa consideró un error durante su discurso en la AmCham.
A la espera de resultados económicos menos catastróficos, la Vicepresidenta mantiene la incógnita de si será candidata. Si bien dio señales publicas de que no se presentará, dias atras el senador nacional Oscar Parrilli volvió a alimentar la version contraria. Es posible que ese interrogante ni siquiera se despeje el 25 de mayo.
De todos modos, por el momento hay tres aspirantes claros. Si bien Massa nunca lo blanqueó, es quizás la mejor opción por el lado del cristinismo. Ayer, cuando le preguntaron en la Cumbre Amcham si sería candidato, Massa no rechazó categóricamente esa posibilidad. Pero dijo que “sería un gravísimo error definir la candidatura en una PASO, porque genera incertidumbre”. Es natural: si se expusiera a una PASO, cualquier crítica que se le hiciera perjudicaría su gestión económica.
En paralelo, el ministro de Interior, Eduardo ‘Wado’ De Pedro, está mejorando notablemente su nivel de conocimiento y ha recibido encuestas que lo muestran más competitivo. Es uno de los dirigentes que apuesta a generar y fortalecer la interna para que haya varias fórmulas que vayan a las PASO. Si Cristina no se presenta, debe haber internas dentro del espacio.
Massa y Wado podrían competir, ya sea en una PASO o a la hora de que el dedo de Cristina decida. Pero también se los vislumbra como parte de una misma fórmula. En todo caso, ambos hablan a diario con la vicepresidenta y conversan entre ellos con frecuencia.
El tercer candidato es Daniel Scioli: el exgobernador ha blanqueado en reiteradas oportunidades sus aspiraciones presidenciales y se ha puesto a negociar con todos los sectores, pero está claro que pretende encarnar un modelo distinto al kirchnerismo, una suerte de síntesis superadora. Ayer reiteró su reclamo de que el candidato del FdT surja de una interna, para que tenga respaldo y legitimidad.
Pero en la construcción del oficialismo, es mucho más prioritario atender otro asunto: ordenar la macroeconomía. Ayer, Massa volvió a explicitar los ejes de su gestión en su conferencia de cierre de la AmCham Summit: recomponer la caída de reservas, rediscutir las metas con el FMI, utilizar la capacidad de intervención del BCRA y generar estabilidad para recuperar la estabilidad económica.
El objetivo principal es afrontar la escasez de dólares. El panorama actual es complicado, con reservas netas negativas y una baja liquidación de la tercera edición del “dólar soja”.
Un sector oficialista pide un nuevo “plan platita” antes de las elecciones
En respuesta a esta situación, se han propuesto tres medidas a corto plazo. En primer lugar, se busca profundizar el uso de yuanes y otras monedas en el comercio internacional, en lugar de depender exclusivamente del dólar estadounidense. Esta semana se ha implementado otro tramo del swap con China, y se espera que Brasil permita el uso de pesos o reales en el comercio bilateral.
En segundo lugar, continúan las negociaciones virtuales para que el Fondo Monetario Internacional libere un anticipo de diez mil millones de dólares.
La tercera medida, que genera más dudas, es un aumento salarial. En el sector cristinista, algunos proponen un nuevo “plan platita” que otorgue una suma fija a los empleados privados y municipales más postergados. Sin embargo, Massa rechaza esta idea por temor a que provoque inflación y prefiere concentrarse en el ordenamiento macroeconómico.
En un esfuerzo por preservar los escasos dólares disponibles, también se ha ordenado a la AFIP y a la Aduana que tomen medidas estrictas. Una de estas medidas es recuperar 9.500 millones de dólares que deberían haber ingresado al BCRA o que nunca debieron haberse fugado.
Esta tarea debería haber sido abordada por el BCRA, pero actualmente la Aduana, dirigida por Guillermo Michel, está llevándola a cabo. La Aduana ha presentado numerosas denuncias contra empresas que han falsificado importaciones para comprar dólares al precio oficial y venderlos en el mercado negro, lo que ha generado ganancias de hasta 800 millones de dólares. También ha presentado causas contra empresas que han utilizado la triangulación de importaciones de China a través de países como Uruguay, Dinamarca o Francia para justificar un valor agregado inexistente y aumentar artificialmente el precio de la importación, generando maniobras de sobrefacturación por 5.000 millones de dólares. Por último, la Aduana ha estado instando a las empresas que han exportado a liquidar sus ingresos en el MULC, lo que ha permitido recuperar otros 3.500 millones de dólares.
De eso se trata la denuncia que la Aduana presentó hace varios meses contra Syngenta, mucho antes de que Antonio Aracre saliera a jugar duro contra Massa y sugiriera que podría reemplazarlo. Ese también fue el motivo por el cual, a pedido de Michel, la Justicia realizó ayer 20 allanamientos en bancos de primera línea donde detectó 46 empresas que operan de manera irregular para conseguir dólares baratos y ganar con un “rulo” jugoso.
Así es como llegaremos a agosto: con cepo, escasez de divisas, una inflación alta navegando cerca del 7 por ciento, pedidos de auxilio al FMI, a China, a Brasil y un intento desesperado para evitar una devaluación y conseguir más dólares.