“Que el niño de Belén sea esperanza para todo el continente americano, donde diversas naciones están pasando un período de agitaciones sociales y políticas”, indicó el Papa.
En su mensaje, el líder católico se refirió específicamente a la crisis en Venezuela, y pidió la intervención divina para que al pueblo “no le falte el auxilio que necesita”.
“Que bendiga los esfuerzos de cuantos se están prodigando para favorecer la justicia y la reconciliación, y se desvelan para superar las diversas crisis y las numerosas formas de pobreza que ofenden la dignidad de cada persona”, señaló.
Anteriormente, el Sumo Pontífice había hecho mención a las crisis desatadas en Latinoamérica en tan solo una oportunidad: un vuelo de regreso de Japón el pasado 27 de noviembre, cuando dijo que “hay Gobiernos débiles que no han conseguido poner orden y paz”, y se mostró partidario de “llamar al diálogo, a la paz, para que se resuelva los problemas”.
Respecto al resto del panorama mundial, expresó: “Hay tinieblas en los conflictos económicos, geopolíticos y ecológicos, pero más grande es la luz de Cristo”, e hizo mención a conflictos internacionales como la situación en el Medio Oriente y Siria.
También mencionó a aquellos que son perseguidos a causa de su fe y “especialmente los misioneros y los fieles secuestrados, y para cuantos caen víctimas de ataques por parte de grupos extremistas, sobre todo en Burkina Faso, Malí, Níger y Nigeria”.