Ahora, una foto tomada por el grupo de jóvenes tan solo 20 minutos después del crimen demuestra su actitud frente a la atrocidad recién cometida: se muestran sonrientes y relajados. La defensa de Fernando Báez, llevada a cabo por el abogado mediático Fernando Burlando, destacó que hasta “tenían tiempo para sacarse selfies”.
“Esto fue cuando volvieron a la casa que estaban alquilando. Esa es la imagen de los asesinos. Contentos, sacándose selfies. Es muy difícil excluir a los otros participantes”, específico el letrado.
En la foto, además, se puede ver un pequeño mensaje oculto: uno de ellos se encuentra de espaldas a la cámara, mostrando un buzo con inscripción en que se lee la palabra “Chiefs” (que significa “Jefes” en español), lo cual no parece ser una pura casualidad, sino que estarían intentando dejar en claro cuál es la situación “superior” en la que piensan que están.
Esta prueba suma además otro dato de importancia a la causa: es la primera vez en la que se ve la cara de “Pipo”, el sospechoso número 11. Burlando dijo en relación a esto: “Es la primera imagen que tenemos del número 11. Está en el expediente. La fiscal tiene que investigar concretamente de quién se trata. La casa tenía 12 camas. Nosotros consideramos que el número 11 no es un testigo”.
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